El dominio del arte deportivo y la excelencia práctica en el modelo de desarrollo de la intensidad deportiva |
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Sociólogo. Santiago de Chile. (Chile) |
Daniel Ramos Ahumada danielramos72@hotmail.com |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 118 - Marzo de 2008 |
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I
La alta competencia deportiva es la condición estructural que se desarrolla en el medio social que permite a las personas que interactúan bajo ese contexto, alcanzar una mayor probabilidad de desarrollar el máximo de sus potencialidades individuales en algún deporte. Los países que presentan esta cualidad competitiva, siempre tendrán como consecuencia la posibilidad de desarrollar al máximo el dominio del arte y la excelencia práctica de la disciplina del cual ellos vibran y por lo tanto mayores éxitos en el ámbito internacional.
IILa elección individual por algún deporte no es una casualidad, está totalmente determinada socialmente desde el principio, cuando estos espacios físicos se reorientan con el fin de realizar una práctica específica.
El concepto de apropiación deportiva pasó a ser un concepto relevante dentro de toda está investigación, ya que siempre nos preguntamos porqué "son mejores que nosotros" en los deportes, pero nunca se nos había pasado por la cabeza cuestionarnos primero porqué los países juegan determinados deportes. La lógica en el análisis está dada en el sentido de reconocer que los países destacan en determinados deportes más que otros, reconociendo que estos medios sociales aceptaron esa práctica antes de destacar en ellas. Una de las observaciones claves fue el reconocer que el dominio del arte deportivo debe estar encausada bajo un contexto previo que determina el porqué algunos medios sociales vibran tanto por un deporte particular. El éxito deportivo a través de la historia no es la causa del porqué los países juegan aquella práctica, sino más bien, el éxito es la consecuencia del porqué esos países juegan aquella práctica.
Para llegar a esta base sociológica fundamental, aunque suene redundante, tuvimos que "partir del inicio" y plantearnos la pregunta esencial ¿porqué el hombre juega?
Era el camino lógico y razonable para que tuviera cierta coherencia la construcción de este modelo explicativo, y llegar a la segunda interrogante coherente que planteamos anteriormente ¿Porqué jugamos determinado juego? Sólo así lograríamos la conexión final a nuestra pregunta inicial y central, que consistía en responder el porqué ciertos medios sociales son capaces de destacar más en determinados deportes. Al poder desarrollar esta lógica, la elaboración del análisis sociológico por fin adquirió sentido.
Cuando jugamos "a la pelota", no lo hacemos por que aquel juego tenga cualidades particulares esenciales a nuestra idiosincrasia, raza, o a las posibilidades que nos da el medio físico. Más bien desde una mirada latinoamericana, jugamos en la actualidad aquellos deportes extranjeros gracias al dominio imperialista de alguna fase histórica reciente.
El reemplazo de los juegos criollos por los extranjeros nos hizo olvidar de que en el continente los pueblos originarios también jugaban y elaboraban competencias regulares. El dominio británico y estadounidense nos hizo creer que ellos habían inventado el deporte o como mucho, posibles herederos de esta practica social sobreviviente anacrónica de la Grecia clásica. Anexamente cultivó a lo largo del mundo su propia ideología del juego limpio y la hermandad de los pueblos dominados, cuya conexión es bastante cuestionable como se puede revisar.
La modernización temprana de sus juegos con respecto a los nuestros originarios, les dio la ventaja suficiente para que en los nacientes medios urbanos prosperaran, contribuidos gracias a la disminución de la jornada laboral y el arraigo de las clases al nuevo territorio, contexto que permitiría la configuración de una compleja gama de posibilidades para el enfrentamiento a través de los deportes.
Las transformaciones fundamentales de los juegos invasores se resuelve interpretando el paso histórico de lo tradicional al deporte moderno, uno de los hechos más visibles, cuya principal características es su creciente racionalización, que se expresan por ejemplo, en la formalización de sus reglas, el número limitado de participantes y la extensión estándar de los campos de juego, todas cualidades inexistentes en los juegos tradicionales.
Sin embargo, el paso final no se estancó en estos últimos fenómenos, sino que muchos de ellos en algunas latitudes sufrieron transformaciones aun más drásticas. Y esto fue ver que algunos deportes modernos lograban gran aceptación popular, factor esencial que permitiría distinguir lo que se denomina deporte espectáculo, rasgos distintivos de la fase histórica que finalmente denominamos consolidación deportiva y que es lo que diferencia a un deporte amateur de uno profesional.
III¿Qué rasgo distintivo permite diferenciar un deporte amateur de uno profesional?
Habíamos dado una clave, nos habíamos referido a la apropiación por parte de un gran número de personas en el dominio del arte deportivo, tanto en su práctica constante, como la de un aficionado que lo observa desde fuera del campo de juego. Desde el momento en que ese observador activo está dispuesto a pagar una entrada para ver un encuentro deportivo, ese enfrentamiento simbólico se transforma en un espectáculo. Y por la misma lógica mientras más personas están dispuestas a pagar una entrada, la posibilidad de que el deporte se profesionalice es inevitable. En la fase histórica señalada, (amateur - profesionalismo) el espectador es el actor principal que permite que se desarrolle toda la dinámica económica que gira en torno al espectáculo deportivo.
La pregunta en este caso sería saber en que momento comienza a desarrollarse este actor social en el mundo deportivo. De cierta forma, este fenómeno contiene un aspecto circunstancial, el cual brindó a determinada práctica social un potencial superior ante los otros competidores. La idea de que en ciertas partes del cono sur se juegue fútbol y no rugby como en Australia, se debe únicamente en su primera fase, a la exposición que tuvieron estas prácticas frente a la clase más masiva (clase popular). Luego la segunda fase determina la consolidación de estas, el cual es el fruto de como los enfrentamientos partidarios se transformaron en una tradición competitiva dentro del imaginario social, potencial que otros deportes (no expuestos a la clase popular) no pudieron consolidar. La camiseta y los colores defendidos se desarrollaron a la par con la consolidación del mismo deporte espectáculo.
IVPodemos identificar de esta manera dos fases a lo largo del desarrollo histórico. Una primera que denominamos las formas deportivas que nos define que deportes practican los medios sociales explicado por el fenómeno de apropiación y la intensidad deportiva desarrollado en el fenómeno de consolidación.
La exigencia del medio social por mayores triunfos es lo que logra explicar las diferencias de intensidad que puede lograr el fenómeno. Este espíritu competitivo es la consecuencia de la presión antes mencionada, que a la vez es una consecuencia estructural.
Hay una búsqueda constante por demostrar la superioridad sobre sus rivales, especialmente cuando el adversario es un enemigo tácito de los colores que se defienden. Si no existe esta rivalidad no se puede lograr el desarrollo de un medio consolidado ya que esta condición es el factor central que explica las diferencias de intensidad. Cuando en los juegos de pelota se realiza un encuentro entre adversarios clásicos la asistencia a los estadios sube considerablemente. Esto explica la gran conexión que existe entre un encuentro deportivo y un conflicto. La máxima se resume en que a mayor conflicto hay una mayor integración social y por ende la vinculación lograda entre los aficionados y el desarrollo de estas mega organizaciones deportivas tiene una respuesta lógica.
Las distintas representaciones territoriales que están rodeadas por un conflicto constante, es la base capaz de desarrollar una compleja configuración competitiva que en definitiva permite el crecimiento del nivel de exigencia interno, y por lo tanto el medio de alta competencia deportiva se presenta con mayor intensidad.
Dado que las condiciones de exigencia por el triunfo es sustancialmente superior a otros medios, la probabilidad de lograr triunfos en eventos de carácter mundial les da una gran ventaja sobre sus otros adversarios poco acostumbrados a condiciones que exigen un máximo compromiso. Unas de las regularidades recurrentes está dada por la presencia de un prensa que debe satisfacer la demanda de un público sediento de información, espectadores que exigen triunfos, la idolatría por los héroes deportivos, en definitiva, grupos masivos que vibran primeramente con el amor a sus colores y que es un público potencial que comprará una entrada al estadio y predispuesto a consumir cualquier anexo relacionado con el evento deportivo (comida, bebidas, sombreros, camisetas,...).
La dinámica no sólo finaliza aquí, ya que esta misma presión por el triunfo desencadena una serie de procesos técnicos en la búsqueda de este tipo de logros. Se prepararán desde muy jóvenes a los pequeños que luego defenderán los colores del club. También se creará un aparato de promotores que buscarán estrellas potenciales en barrios y pueblos muy lejanos. Los técnicos buscarán los últimos métodos en preparación física como también lo último desarrollado en estrategias. Se anexará la medicina, la psicología y con ello una serie de elementos tecnológicos que ayudarán a una mejor preparación de los deportistas, como maquinarias y espacios mejorados para la práctica social del oficio.
Las regularidades presentadas son una serie de elementos presentes en el deporte profesional y aun más intenso cuando el deporte se transforma en un espectáculo completo. Las "hablas" en torno al espectáculo se hace un tema cotidiano generado en un medio que vibra con el deporte que convierte a cualquier espectador en un deportista y técnico potencial. La exposición permanente ante estos tipos de comunicaciones transforman a estos pasivos actores en expertos comentaristas conocedores del juego y del dominio de la técnica aun más que en regiones y países que el impacto del deporte en cuestión no ha alcanzado las dimensiones descritas. Es una lógica fundamental que se debe reconocer.
El sujeto que asiste a los estadios, juega o jugó el deporte señalado y se instruye a través de los medios de comunicación de las alineaciones de sus respectivos equipos o las condiciones actuales de su deportista favorito.
Tiene un conocimiento mayor sobre este llamado dominio del arte respecto a otros sujetos que no vibran con el deporte. Indudablemente son capaces de reconocer las estrategias y las formas de juego recomendables producto de esta constante exposición. Y lo mismo pasa con los jugadores que en su formación se instruyeron bajo la tutela de estos mismos actores que dominaban el arte del juego. Las exigencias del medio permite el desarrollo de esta excelencia práctica, el cual se define preferentemente como el desarrollo muscular para generar una serie de resultados tal como velocidad, fuerza y la técnica entre otras variables destacables. El dominio del arte, es la estrategia, la lectura previa a un enfrentamiento, es el conocimiento mismo del juego.
Estos elementos que nosotros definimos como dominio del arte y la excelencia práctica se desarrollan más en medios que son más exigentes. Es el "plus" que tienen los países que dominan los deportes apropiados. Al sostener una práctica cultural a través del tiempo se genera un dominio completo de todas las facetas del juego. Cuando el deporte ha adquirido un gran interés, las consecuencias de su sometimiento son inevitables. Los norteamericanos dominan el béisbol más que en los países en que no adquirió popularidad, aun si bien podamos entender las reglas de su juego, podemos conocer sus equipos, pero no lograremos comprender con finalidad la estrategia y el dominio de su arte. Somos espectadores externos, no vinculados a la realidad deportiva del país.
De esta forma, las consecuencias de intensidad deportiva se dividen en estas dos dimensiones. Una práctica fruto del nivel de exigencia interno y la otra forma parte del conocimiento acabado del juego, de la historia y de las epopeyas escritas a través del tiempo que permanecerán imborrables a través de la literatura, la música, leyendas y poesía.
Bibliografía
RAMOS A, Daniel. "Sociología del Deporte. Formación de medios de alta competencia deportiva. Propuesta teórico práctica para la obtención de logros deportivos". (Tesis). Santiago de Chile. 2006.
Ramos A, Daniel. "Esquema general del modelo de desarrollo de la intensidad deportiva". Lecturas: Educación Física y Deportes - Revista Digital: www.efdeportes.com. Buenos Aires. Año 12. Nº116. Enero 2008.
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digital · Año 12
· N° 118 | Buenos Aires,
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