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Propuesta psico-educacional para la evitación del consumo de sustancias
dopantes en ciclistas de élite a través de la mejora de la autoestima

 

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

(España)

Manuel García Cortés

remasca4@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          De un tiempo hasta la actualidad se vienen dando casos de dopaje en el ciclismo profesional. Lejos de fomentar esta conducta, debemos de analizar el proceso en el que se encuentra inmerso el deportista profesional del ciclismo y proponer medidas para que la toma de sustancias dopantes no aparezcan en ningún momento. En este artículo vemos como con un programa de entrenamiento en la mejora de la autoestima se puede llegar a no consumir sustancias no permitidas y ese rendimiento en momentos clave venga dado por la propia capacitación del deportista. 

          Palabras clave: Dopaje. Ciclismo profesional. Autoestima. Presiones psicosociales. Rendimiento.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 118 - Marzo de 2008

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    Es evidente que no todos los deportistas que comienzan una carrera deportiva llegan al máximo nivel, ni todos consiguen llegar a la élite que suele ser su objetivo.

    El entrenamiento del ciclista es resultado de un conjunto de circunstancias que rodean al deportista (entrenamientos, entrenadores, preparación a todos los niveles, etc.) que le llevan, o no, hacia lo más alto de su rendimiento como deportista. Como referencia a esta circunstancia debemos echar un poco la vista atrás y, al igual en el ciclismo como en casi todos los deportes, los sujetos que alcanzan el más alto nivel son una gran minoría en comparación con todos aquellos niños que empiezan en la base y no alcanzan el objetivo de llegar a la élite.

    “El nivel de los resultados competitivos en el ciclismo están muy por encima de una simple actuación física. Los corredores que los obtienen, manifiestan una serie de cualidades mentales, de manera natural, o desarrollada por la eficacia del trabajo educativo de los especialistas, hacen que esta preparación forme parte de la vida deportiva del ciclista, desde su inicio en las categorías de base hasta el final de su carrera” (Algarra, 1993).

    Según este mismo autor, el éxito de un ciclista depende de un compendia de circunstancias entre las que destacan de manera especial las cualidades o capacidades psicológicas del deportista, primero de manera general como persona y después como deportista: “Debe mantener un equilibrio...entre el logro de resultados y su inserción en unos procesos intelectuales afectivos y sociales que le proporcionen equilibrio existencial. De este modo el corredor debe de conocer a fondo sus frustraciones, intereses, motivaciones, vida familiar y escolar, etc.

    El deporte de élite entraña un problema, son una “trampa” para el propio ciclista, ya que “durante unos años les permite ascender económica y socialmente, pero al acabar sus carreras deportivas y sin lograr finalizar sus estudios, pueden retornar a posiciones sociales más bajas” En este sentido, vemos como muchos deportistas de élite se sienten como meros objetos, como una máquina de obtener triunfos y marcas. Por estas circunstancias se sienten preocupados, agobiados y frustrados (Curso Nacional de Entrenadores de Ciclismo, 1999).

    Esa situación le lleva a verse inmersos dentro de una serie de problemas psicológicos o conflictos, especialmente de identidad personal, provenientes de tres frentes esenciales, como son:

  • Frente al deporte: asociada a la concepción de formar parte de una sub-élite en relación a los campeones de otros países.

  • Frente a la sociedad: originada por el reconocimiento de la falta de aprecio de muchos deportes en contraste con otros deportes, como por ejemplo el fútbol.

  • Frente a la familia: referida al miedo a no corresponder a las expectativas familiares de promoción, ante lo incierto del porvenir profesional que se considera obstaculizado por la dedicación especializada al deporte.

Figura1. Presiones que recibe el ciclista

    Los cambios estructurales que se han producido en el deporte han contribuido a una separación cada vez mayor entre el deporte de élite y el deporte popular.

    En la actualidad, según García Ferrando, los deportistas de alto nivel tienen un comportamiento similar a los trabajadores de un sistema integral, ya que “se encuentran integrados en un sistema complejo de planes de entrenamiento, estrictos presupuestos, controles médicos, cálculo de finanzas por participaciones, sponsors, normas de clubes y federaciones, etc.

    Son unas crecientes exigencias, cada vez más difíciles de alcanzar que llevan al deportista a hacer excesos para no “bajarse del carro” y poder seguir practicando el deporte, ciclismo en este caso, al nivel de alto rendimiento en el que se encuentra o dar el salto desde categoría Junior o Aficionada hasta el deporte profesional.

    En referencia a este aspecto, uno de los excesos que se pueden cometer por parte de los ciclistas es la toma de sustancia dopantes o Doping (Manzano, 2004), que junto con la violencia deportiva es considerado en la actualidad como uno de los problemas más acuciantes en el ámbito deportivo.

    “Con respecto a la utilización de drogas en el deporte, Coubertin ya fue consciente de su uso y lo condenó desde un punto de vista. Sin embargo, el deporte de alta competición no ha evolucionado de forma tan simple y en la actualidad el uso de drogas en el deporte es una cuestión que engloba a una serie de intereses más que una simple cuestión moral. En un entorno de competición máxima y de valiosas recompensas sobre todo para el vencedor, lo deportistas no son actores libres. Las decisiones de tomar una sustancia estimulante prohibida no son, en la mayoría de los casos, individuales”. (Texto del Curso Nacional de Entrenadores de Ciclismo 1999).

    Por doping entendemos aquel uso de sustancias o técnicas perjudiciales para el organismo en formas o cantidades no naturales, con el exclusivo fin de obtener un artificial e injusto aumento del rendimiento en la competición (C.O.I. 1967).

    Este tipo de sustancias son prohibidas por dos motivos esencialmente: porque son una desventaja competitiva para los que no las usan, y principalmente, porque son perjudiciales y ponen en serio peligro la salud del deportista.

    El dopaje en el ciclista tiene unos efectos lógicos tanto en el plano físico como en el psíquico, que podríamos concretarlos en: efectos “positivos” y efectos negativos.

- Como efectos “positivos” encontramos: éxito, record, triunfos y dinero (¿?).

- Como efectos negativos encontramos: desequilibrios fisiológicos, psicológicos, alteración del espíritu deportivo, etc.

Figura 2. Efectos que produce el dopaje en el deporte

    Aunque desde otro punto de vista, el doping en la actualidad está traspasando los límites de una mera toma de sustancias farmacológicas, y en la actualidad se está barajando la hipótesis de la existencia de un dopaje más sofisticado, de un orden superior, sería esencialmente el de tipo genético, aunque en la bibliografía también encontramos el ideológico, mental, laboral, etc. (¿Campeones o cobayas? El Semanal Diario Ideal, nº 854).

    El problema es que el deportista comienza a ser manipulado desde edades muy tempranas por distintas motivaciones (políticas, comerciales, familiares, etc.).

    El deportista está colocado en el centro de todas las presiones y son “forzados” hasta los límites más extremos para lograr éxitos. El fin justificaría a los medios en este tipo de planteamientos, si bien a la hora de pedir responsabilidades el control antidoping lo pasa el deportista y el castigo y/o sanción el pagado por ellos, no por toda aquella gente responsable del mismo que está por detrás del deportista.

    Volviendo al tema comentado anteriormente de las presiones que recibe el ciclista en su ejercicio del desarrollo del ciclismo, sería conveniente entrar a valorar y detallar el perfil de la especialidad de este deporte:

  • ¿Cómo es posible el poder competir con tanta frecuencia y en determinadas épocas del año?

  • ¿Cómo es posible que un ciclista pueda estar 5 horas montado en una bicicleta y con esos requerimientos de rendimiento?

  • ¿Cómo ha de ser la preparación para ese tipo de pruebas?

    En el presente trabajo sólo nos vamos a centrar en aquellos aspectos de la psicología del ciclista que son causantes de la toma de sustancias dopantes, o aquellos otros aspectos psicológicos que pueden verse afectados por la toma de sustancias de este tipo.

    Baumann argumenta en este sentido que “las capacidades psíquicas serían los requisitos basados en aptitudes que inician procesos internos de estimulación y dirección, y la calidad del rendimiento deportivo engloba un sistema de relación entre sus capacidades psíquicas y el conocimiento que tiene del deporte, manifestándose en competición por medio de un conjunto de capacidades de dirección, que regulan su actuación deportiva”.

    Desde las capacidades de dirección es capaz de superar aquellas dificultades internas que se le pueden presentar al ciclista en su camino, entre las que destacan el cansancio, emociones, conflicto, excitaciones, concentración, etc. Así como su mundo de dificultades externas entre las que aparecen complejidad y dificultad de las competiciones, relación con la afición, condiciones de entrenamiento y competición, presiones sociales para la consecución de resultados, etc. Siguiendo a Baumann, estas capacidades de dirección se concretan en:

  • La educación de la voluntad en el ciclista, que está expuesta a numerosas situaciones desagradables del medio y condiciones con las que entrena (frío, viento, lluvia, calor, extremo, subidas, etc. Matveev explica que la forma de educar esta voluntad es creando una continua atmósfera de competición, que pasa por la ejecución de los entrenamientos impuestos, utilizando principalmente los siguientes procedimientos:

    • Adición de un trabajo suplementario al entrenamiento a realizar, sin conocimiento previo por parte del corredor.

    • Realización de entrenamientos complejos tratando de educar la seguridad en la toma de decisiones.

    • Entrenamientos creando dificultades complementarias en la forma de llevarlos a cabo (incrementando las condiciones, generalmente adversas, que el ciclista se va a encontrar en la propia competición.

    • Entrenamientos colectivos, donde se exija determinados comportamientos a los deportistas, como mantener un ritmo alto de carrera, responder ante numerosos ataque por parte del contrario, etc.

  • La fuerza de decisión, que se concreta en la capacidad de tomar decisiones y convertirlas en acciones motrices.

  • El autocontrol, es la capacidad de ejercer un control cognitivo sobre las emociones e impulsos espontáneos.

  • Valor, que es la capacidad de superar conscientemente los peligros y temores.

  • Perseverancia, que es la capacidad de enfocar una meta a lo largo de un gran espacio de tiempo, añadiendo la presencia de fracasos y retrasos.

  • Concentración: la capacidad de percibir un campo limitado con máxima conciencia, paralizando al mismo tiempo otras estimulaciones.

  • Persistencia de la concentración, que supone la capacidad de centrar la atención durante un largo plazo de tiempo constantemente en un campo perceptivo previamente seleccionado.

Figura3. Capacidad de dirección. (Baunmann, citado por Algarra, 1993)

    Importante será por parte del técnico el mantener un clima constante de competición y espíritu de superación de sus corredores, valorando adecuadamente la intensidad de los estímulos que maneje y la apreciación de los mismos que le llegan a los demás. Del mismo modo, deberá ir programando el entrenamiento, considerando en cada etapa el nivel psicológico en el que se encuentra el individuo, considerando su progreso y los objetivos en cada etapa.

    Una de las capacidades importantes de la aptitud del corredor será la fuerza mental que tenga, sus sistemas funcionales.

    Esquema representativo del proceso que siguen los ciclistas profesionales para la toma de sustancias dopantes:

Figura 4. Momentos en los que puede aparecer la toma de sustancias dopantes

    Atendiendo al rendimiento del ciclista profesional, las épocas que hemos considerado claves en su trayectoria deportiva han sido dos:

  1. Una época que puede coincidir con dos etapas evolutivas dentro de la propia vida deportiva del profesional

a.1. Una primera categoría conocida como “Sub-élite”, una categoría pseudo-profesional, donde las exigencias tanto físicas como psíquicas de la competición son muy parecidas a la profesional. Supone una categoría puente entre lo que son las categorías inferiores y el ciclismo profesional. Son muchos los ciclistas que llegan hasta esta categoría, pero pocos los que dan el salto hacia el profesionalismo. Las ganas de dar ese paso y las propias exigencias de la competición son las que nosotros consideramos que puedan llevar al ciclista a “elegir” entre: No dar el salto y quedarse estancado, doparse y dar el salto o no doparse no dar el salto, trabajar por ese objetivo, no conseguirlo y sobrevenirle problemas de índole psicológico como puede ser por ejemplo, causarle una baja autoestima.

a.2. Otra categoría, la categoría Juvenil, es el paso evolutivo y lógico donde los ciclistas vienen de la categoría cadete y se dirigen hacia la categoría profesional. En esta etapa, ya son algunos de los ciclistas los que empiezan a destacar, pero una gran minoría los que logran dar el siguiente paso que sería llegar a Profesional. Casi todos ellos pasan a la categoría Sub-élite, por no poder acceder directamente la Profesional, donde entrarían en la dinámica que hemos descrito en el apartado anterior.

  1. Mantenerse en la categoría Profesional u obtener más rendimiento

Una vez en la categoría profesional (habiendo consumido doping o no), las exigencias de este deporte son muy elevadas. El ciclista se siente presionado por la propia dinámica de la competición, por su entorno deportivo, por el entorno social, por su familia y amigos, etc. (Ver Figura 4).

Esta presión no es fácil de sobrellevar, y muchos de los ciclistas profesionales no les basta con el entrenamiento físico para dar el máximo rendimiento posible. En algunas ocasiones, el plano psicológico se ve debilitado precisamente por tales motivos, y no se ven capaces de soportar toda la carga de entrenamiento que se les viene encima.

Por otro lado, vemos como en muchas ocasiones, su futuro profesional va a depender de su rendimiento y lógicamente está en juego su devenir personal y deportivo en función de los resultados que obtengan. No sólo basta con hacer un papel discreto y “cumplir”, los grupos deportivos otorgan misiones a cada corredor y deben cumplirlas, porque por la propia estructura de la especialidad, hace que el ciclismo en ruta sea un deporte intermedio entre un deporte individual y uno de equipo, y el rendimiento colectivo supone el resultado de la suma de rendimientos individuales.

En otras ocasiones, el ciclista se queda estancado en un nivel de rendimiento y se le exige un poco más para poder mantenerse en ese nivel, ya que los jóvenes que vienen de categorías inferiores pueden alcanzar ese nivel de rendimiento con relativa facilidad, y son mucho más jóvenes, con muchos más años por delante para progresar, con más ilusión (se supone), con menor riesgo de lesionarse, y cumpliendo con el mismo trabajo que el que puedan realizar los más veteranos.

Por tales motivos, el ciclista (Profesional, Sub-élite o Juvenil) se ve abocado a una disyuntiva, se expone a la elección de doparse y superar los problemas anteriormente descritos, o a no superarlos y empezar en un proceso psicológico negativo, donde su propia autoestima se vea disminuida, y por consiguiente su rendimiento deportivo también disminuya.

En el caso de no consumir sustancias dopantes en un primer momento, y persistir los problemas, es decir, donde hemos dicho que disminuía la autoestima, si no superamos este problema, estas circunstancias o cuadro psicológico, nos puede llevar a una doble problemática:

Por un lado, el agravamiento de ese cuadro de baja autoestima, y como consecuencia, entraríamos en un proceso de Depresión.

    Así mismo, podríamos entrar a consumir sustancias dopantes para paliar esa baja autoestima. El mecanismo de acción sería: poco o bajo rendimiento lleva a baja autoestima, baja autoestima a toma de sustancias dopantes, al tomar sustancias dopantes mejoramos el rendimiento (¿?), al mejorar rendimiento mejoro la autoestima y mi estado inicial.

    Nuestra propuesta personal sería un programa psicológico de “Mejora de la autoestima” ya desde las categorías “críticas” citadas anteriormente, para que no se den ninguna de estas dos circunstancias, ni descenso de la autoestima, ni el consumo de sustancias dopantes, y en consecuencia, que no se desencadene ninguna de los procesos posteriores.

Bibliografía

  • Algarra, J.L., Garrotxategi, A. (1996). El rendimiento en el ciclismo. Gymnos. Barcelona.

  • Manzano, J. “Así se dopa un ciclista”. Diario AS. Marzo, 2004

  • Texto del Curso Nacional de Entrenadores de Ciclismo, 1999.

  • Weinberg y Gould (1996). Fundamentos de la Psicología del deporte y el ejercicio físico. Editorial Ariel.

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