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Beijing 2008: la fiesta de la humanidad

 

Profesor de Educación Física, egresado en el Instituto Antonio Ruiz de Montoya, Ciudad de Posadas, Misiones Argentina

Licenciado en Deportes y Actividades Físicas, Egresado en la Universidad de El Salvador, Buenos Aires, Argentina

Entrenador Panamericano de Triatlón (PATCO-ODEPA), recibido en Montevideo Uruguay

Investigador, Docente Universitario

Luís Federico Solé Masés

sole_mases@argentina.com

(Argentina)

 

 

 

Resumen

          Finalizada la caída del Gigante Soviético en 1991, el Mundo se reconfigura Políticamente y se consolida la Era de la Globalización, con la supremacía del bloque occidental y el capitalismo, liderado por los EE.UU. de Norteamérica. Como ha ocurrido desde las primeras sociedades, el deporte no pierde su íntima ligazón con la política, y en ese contexto llegamos a los Juegos de Beijing 2008. China, otrora potencial enemigo, manifiesta una secuencia de alianzas estrategias con los Estados Unidos, que llegan a todos los planos de la conveniencia mutua. Paralelamente los países del orbe se aprestan a utilizar la cita olímpica para mostrar su potencial, mientras Argentina continúa inmersa en un ciclo decadente de más de medio siglo.

          Palabras clave: Globalización. Política. Juegos Olímpicos. Deporte. Argentina.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 118 - Marzo de 2008

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    Nunca tan globalizado, el Planeta se apresta a vivir los XXIX Juegos Olímpicos de la Era Moderna, entre los días 8 al 24 de Agosto en Beijing, capital de la República Popular China. Deporte, Arte, Tecnología y Política se fusionan en el Crisol Olímpico. Aunque las candidaturas de París y Toronto eran superiores en varios aspectos, el Comité Olímpico Internacional, un órgano permeable a la política internacional de las potencias, votó mirando al Este.

    El tema de los Derechos Humanos pareció ser la maza que demolería las pretensiones Chinas, pero los países líderes de occidente (sobre todo EE.UU.), justificaron su conducta imponiendo como Lema Olímpico “Nuevo Pekín, Grandes Juegos”, que como toda operación del positivismo en política internacional, es una aspiración a la conducta futura del Gigante Asiático, y un manto de disimulo a la actualidad.

    Cifras que oscilan (según la fuente) entre 8 mil y 10 mil ejecuciones humanas anuales, persecución religiosa, política e ideológica y la actual “limpieza de todo elemento humano indeseable” de las calles de Beijing, hubieran sido en otro momento intolerables. Como lo fue la Plaza de Tian'anmen en 1989, motivo utilizado por Comité Olímpico Internacional para invalidar la Candidatura China en el año 2000.

    Implosionado el Bloque Soviético en 1991, el Mundo se apresta a obtener los beneficios de la “Globalización”, y un ex “enemigo” como China, integrándose al Capitalismo triunfante, es una señal que no ha de dejarse pasar.

    La presencia en los Juegos del actual Presidente de EE.UU. George W. Bush, confirmada por los organizadores, sella con un gesto político explícito la bienvenida a China al sistema global, dominado actualmente por el “Tío Sam” y su realismo político.

    Por supuesto que China habrá conseguido un enorme impulso tecnológico con motivo de estos Juegos: su infraestructura de comunicaciones, vial y la artística arquitectura deportiva, serán las más beneficiadas, poniéndose a la vanguardia mundial.

    Será la Cita Olímpica más cara de la Historia con 3.800 millones de dólares de inversión, superando los 1.500 millones de Sydney 2000, y los 2.400 millones de Atenas 2004.

    La sede olímpica, con más de 16 millones de habitantes, también sufre el mal de las mega ciudades: la contaminación del ambiente. El plusmarquista etíope de maratón, Haile Gebreselassie, adelantó que no concurriría por lo nocivo que sería para su salud correr 42 kilómetros 195 metros en este aire enrarecido. La organización esta intentando mostrar los avances en la materia y evitar este tipo de deserciones.

    Beijing 2008 será un Juego Olímpico repleto de curiosidades. Hasta hoy el participante más joven será el británico Tom Daley, de 13 años, quien competirá en saltos desde la plataforma de 10 metros de altura sobre el agua. Como contraparte El jinete japonés Hiroshi Hokestsu se convertirá, a la edad de 67 años, en el atleta más longevo, al formar parte de la delegación de equitación.

    Los 900 mil voluntarios; una guerra química con cañonazos de yoduro de plata hacia la atmósfera, para generar lluvias previas al evento que limpien el aire y evitarlas el día inaugural; y la planificación exhaustiva de la organización, prometen en sí mismas ser inspiración de temas cuasi de ciencia ficción. Si habrá un Juego plagado de excentricidades será este, y de China se podía esperar.

    Mientras tanto el Planeta Atleta se apresta a competir. No existe otra posibilidad similar de mostrar el potencial humano entre las sociedades del orbe, y todos intentarán ocupar el más sublime de los escenarios, los Juegos Olímpicos. ¿Cómo no hacerlo?

    Se prevé que Estados Unidos, Rusia y China liderarán el medallero, seguidos por Australia, Alemania, Italia, Inglaterra, Japón y Francia. Obviamente que la correlación del poderío económico y tecnológico, con la posición en el medallero suele ser total. La excepción que confirma esa regla es Cuba, quien permanentemente merodea el top ten de las potencias deportivas mundiales, aunque su economía esté muy distante de las mencionadas. Entre los sudamericanos, Brasil sigue siendo la potencia testigo con el 18º lugar de Atenas 2004 y 10 medallas en total. Argentina, con 6 medallas en total y Chile ocuparon los lugares 38º y 39º respectivamente entre 71 Países que sumaron al menos una medalla, en los últimos Juegos de la Era Moderna.

    La clase política en Argentina hace décadas que ha desechado la oportunidad de tan siquiera mostrarse como una potencia en perspectiva: es cierto que se cortaron 52 años sin medallas doradas. Entre el Oro de los remeros Capozzo y Guerrero en Helsinki 1952, y el Básquet y el Fútbol, de Atenas 2004, fueron medio siglo de cosechas aciagas.

    Nuestro país vuelve a tener posibilidades de medallas, y por que no de oro. Los puntos más altos los vuelven a marcar el básquet y el fútbol, Santiago Lange y Carlos Mauricio Espínola en Yachting, El hockey sobre césped femenino y el tenis masculino. Más lejos, pero con las esperanzas intactas, ciclismo y natación, también aspiran a la gloria.

    Parece ser que la política deportiva oficial tiene poco que ver con los puntos más altos de nuestro deporte. El Básquet concurrirá con mayoría de Profesionales de la NBA, Emmanuel Ginobili, Andrés Nocioni y Luis Scola a la cabeza, en búsqueda de otro oro histórico. La Asociación del Fútbol Argentino convocará los mejores profesionales que disponga, y de la partida serán nada menos que Lionel Messí, Sergio “Kun” Agüero y Juan Román Riquelme, entre otras estrellas nativas. La pareja que navega en el catamarán clase Tornado, compuesta por el Ingeniero Naval Santiago Lange y el Correntino “Camau” Espínola, son profesionales que compiten y viven de su pericia, trajinando por aguas y vientos de todo el planeta. Más cerca de la planificación y apoyo oficial parecen estar Las Leonas. Si bien reciben una inversión importante del Estado, los conductores del hockey sobre césped argentino son una dirigencia capacitada y ambiciosa, dueña de todos los méritos, junto a sus atletas, del actual posicionamiento privilegiado en el mundo.

    Nuestro País debe recobrar la voluntad de constituirse en un proyecto de vanguardia en todo sentido. La senda se abandono hace medio siglo y los discursos efectistas no alcanzan a disimular nuestra pobreza política y conceptual. Algunos ven los males del deporte amateur nacional en una clase dirigente parasitaria, que usufructúa los recursos que son de los atletas. Es probablemente cierto. Pero la gran definición debe partir de la alta política Argentina y se debe sostener más allá de los eventuales gobiernos de cuatro años.

    El deporte argentino es un colectivo gigantesco donde se aglutinan los súper atletas, el niño jugando en la escuela o los adolescentes en un club de barrio. Todo es importante, todo es prioritario. Nuestro deporte está inmerso en un limbo paradojal interminable: La sociedad comprende sus valores, los aprecia y cultiva, pero quienes gobiernan ocasionalmente el país, no lo consideran útil para la sujeción del poder, y en consecuencia pasa a ser el Deporte una subespecie desechable, que se debe atender cuando una fecha o un hecho simbólico golpee la puerta de la urgencia electoral o del oportunismo.

    Los esplendorosos XXIX Juegos Olímpicos de la Era Moderna se desplegarán ante nosotros este año. La especie humana volverá a manifestar su arte en movimiento. Perplejos por tanta belleza, todo estadio y cada atleta fulgurará ante nuestras miradas. La fiesta está a punto de iniciarse, estamos todos convocados. Es la humanidad mostrándose a sus congéneres y diciendo Citius, Altius, Fortius… más rápido, más alto, más fuerte.

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