Relación entre el test de valoración de la movilidad articular, las cadenas musculares y tipos de musculatura |
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*FCAFD. Universidad de León. **Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Cádiz. (España) |
Dr. David Ramos Espada* | Dr. José Luis González Montesinos** Dr. Jesús Mora Vicente** dreno@ono.com |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 117 - Febrero de 2008 |
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Introducción
Para una completa medición de la flexibilidad de un sujeto, se requieren pruebas que valoren las diferentes amplitudes de las principales articulaciones generadoras de movimiento en el cuerpo humano. El principal agente de movimiento, es la musculatura estriada, que nos permite desplazarnos, relacionarnos y en definitiva realizar cualquier actividad cotidiana.
Los movimientos que realizamos con nuestro aparato locomotor, requieren una coordinación entre nuestros deseos de realizar movimientos voluntarios y la actuación del sistema nervioso junto a cada uno de los músculos que intervienen en el movimiento solicitado. Las cadenas musculares se encargarán de programar el movimiento, esto es lo que Busquet (2001) define como principio de globalidad, en la que todas las partes del cuerpo de forma global para asegurar el reequilibrio alrededor de la línea de la gravedad.
Las cadenas musculares son la expresión de una coordinación motriz organizada para cumplir con un objetivo (Carrilero, 1999).
La adopción de líneas sinusoidales a lo largo de todo el cuerpo, es una respuesta arquitectónica adecuada para adaptarse al movimiento y a la estática, donde las cifosis tendrán un papel protector y las lordosis se encargarán de articular el movimiento. Así, en nuestro cuerpo, se pueden observar una alternancia entre cifosis y lordosis (Busquet, 2002), cifosis craneal, lordosis cervical, cifosis dorsal, lordosis lumbar, cifosis sacra, lordosis de la rodilla, cifosis del talón y lordosis del pie. Además, la continuidad entre los músculos es una parte importante de estas cadenas. Esta se alcanza teniendo en cuenta las fascias, aponeurosis y tendones. Los músculos están contenidos en vainas interdependientes y se encuentran al servicio de las fascias. Los músculos, son los encargados de movilizar cada uno de los segmentos óseos, pero son los envoltorios fasciales, con sus interrelaciones, los que perciben, analizan y controlan los movimientos producidos. Asimismo las cadenas musculares representan circuitos en continuidad de dirección y de planos "a través de los cuales se propagan las fuerzas organizadoras del cuerpo" (Busquet, 2002). Las inserciones musculares respetan las fronteras de las diferentes regiones, existiendo unos músculos (relés), que establecen contacto entre las diferentes unidades funcionales. Las diferentes cadenas musculares (Figura 1), salvo la cadena estática posterior, se encargan de la función dinámica. No actúan en la estática salvo que existan algias que modifiquen la estática, utilizando entonces, a los músculos para crear una compensación antiálgica.
Figura 1. Cadenas musculares. a. Cadena recta anterior. b. Cadena recta posterior. c. Cadena cruzada anterior.
d. Cadena cruzada posterior. e. Cadena de flexión. f. Cadena de extensión. g. Cadena de extensión.
h. Cadena de apertura. i. Cadena de cierre. (c, d, e, f, g, h, i modificadas de Busquet, 1996).Según Carrilero (1999), existen cinco cadenas musculares, según se sitúen sobre un eje vertical u horizontal (las tres primeras sobre el eje vertical y las dos últimas sobre el eje horizontal): la cadena posteromediana, la anteromediana, la posteroanterior - anteroposterior, la posterolateral y la anterolateral.
Según Busquet (2002) las cadenas pueden ser rectas (ó maestras), estáticas y cadenas cruzadas. Las primeras se encargarán de dar estructura al cuerpo y las últimas, movimiento.
A nivel de tronco y extremidades superiores tendríamos las siguientes:
Cadena estática posterior. Es la encargada de "organizar de manera económica una contención flexible que gestione el desequilibrio anterior del tronco y antero -interno de los miembros inferiores" (Busquet, 2001).
Cadena recta anterior. Encargada de la flexión completa o enrollamiento, flexión y cifosis global del tronco. Se subdivide en lateral derecha e izquierda.
Cadena recta posterior. Con una labor equilibradora y encargada del enderezamiento del tronco, además de la lordosis global del tronco. Se subdivide en lateral derecha e izquierda.
Cadena cruzada anterior derecha e izquierda. Por separado ocasionan la torsión anterior del tronco. Si actúan juntas podrán desempeñar la función de enrollamiento.
Cadena cruzada posterior derecha e izquierda. Por separado originan la torsión posterior del tronco. Las dos juntas, apertura.
A nivel de extremidades inferiores:
Cadena de flexión. Formada por la continuación en las piernas de la cadena recta anterior. Sus funciones son diversas, desde la flexión del miembro inferior, pasando por la flexión del iliaco, flexión de la cadera, rodilla, tobillo, pie, bóveda plantar y dedos de los pies.
Cadena de extensión. Se estructura por la continuación en las piernas de la cadena recta posterior. Sus funciones son las siguientes: Extensión del miembro inferior, iliaco, la cadera, la rodilla, el tobillo, el pie, la bóveda plantar y los dedos de los pies.
Cadena de pronación o de cierre. Continuación de las cadenas cruzadas anteriores con las siguientes funciones: El cierre iliaco, la aducción del fémur, la rotación interna del fémur y de la tibia, el valgo de la rodilla y calcáneo, la pronación del pie y el hallux valgus.
Cadena de supinación o de apertura. Continuación de las cadenas cruzadas posteriores. Las funciones principales de esta cadena son las siguientes: apertura de la pierna, el iliaco, la abducción del fémur, la rotación externa del fémur y de la tibia, junto a la supinación del pie.
Cadena estática lateral. Su función principal es participar en la estática de forma económica, basándose en un desequilibrio antero-interno (Busquet, 1996).
Las cadenas musculares siguen una continuidad entre unas y otras: la cadena recta anterior mediante el pectoral menor y el triangular del esternón continúan hacia atrás con la porción inferior del trapecio y por el romboides (correa complementaria). Esta correa puede trabajar o bien en la tarea de enrollamiento o en la enderezamiento.
La unión de la columna cervical y cabeza se produce mediante los escalenos y el esternocleidomastoideo (en la costilla que Busquet denomina cero -la clavícula-).
Las extremidades superiores, requieren mayor grado de libertad o movilidad y pueden complementar a una cadena o a otra. Los músculos encargados de unir al brazo con estas cadenas son el pectoral mayor, el redondo mayor y el romboides.
Las cadenas cruzadas aseguran los movimientos de torsión. Se necesitan mutuamente. El eje de torsión es oblicuo e irá desde la cabeza humeral a la cabeza femoral, pasando por el ombligo (centro de convergencia de las fuerzas de torsión anteriores). El centro de torsión será L3, siendo la apófisis espinosa de esta vértebra el centro de convergencia de las fuerzas de torsión posteriores.
Las cadenas cruzadas anteriores se dividen en dos. La primera irá desde la hemipelvis izquierda al tórax derecho: cadena cruzada anterior izquierda. La segunda irá desde la hemipelvis derecha al tórax izquierdo: cadena cruzada anterior derecha.
En un plano más profundo, nos encontramos con el oblicuo menor. En el plano más superficial tenemos como músculos, el oblicuo mayor, el cuadrado lumbar (fibras ilio- lumbares), los intercostales superficiales y el serrato dorsal craneal.
Las cadenas cruzadas posteriores son dos. La primera irá desde la hemipelvis izquierda al tórax derecho: cadena cruzada posterior izquierda. La segunda irá desde la hemipelvis derecha al tórax izquierdo: cadena cruzada posterior derecha.
Los músculos que comprenderá estas cadenas cruzadas posteriores son el cuadrado lumbar (fibras ilio - lumbares del mismo lado y fibras costo - lumbares del lado contrario a la cadena cruzada posterior correspondiente), fibras profundas de los intercostales internos contrarios a la cadena y el serrato dorsal caudal contrario.
Para una mejor relación con los miembros, estas cadenas tendrán unos complementos o músculos. Con la cintura escapular, será mediante el triangular del esternón, relacionada con la cadenas recta anterior y el trapecio inferior, con la cadena recta posterior, mediante el oblicuo mayor (mediante la línea alba, relación con la cadena recta anterior) y mediante el romboides (cadena recta posterior). Con los brazos, el pectoral mayor, el redondo mayor, el romboides, el dorsal mayor. Con las piernas, mediante el glúteo mayor, el psoas (si trabaja con la cadena recta anterior provoca cifosis lumbar, y si lo hace con la cadena recta posterior lordotiza la zona lumbar).
Existe una relación de los movimientos generados en las diferentes zonas de la columna vertebral, con las cadenas musculares. Un ejemplo de esta relación, la encontramos en la columna cervical, al ser una zona de mucho movimiento (lordosis), las cadenas rectas anteriores provocarán enrollamiento y las cadenas rectas posteriores enderezamiento. Las cadenas cruzadas se encargarán de los movimientos de torsión.
Los músculos posturales o tónicos, son músculos que tienden a acortarse debido a su sobresolicitación. Por el contrario los músculos fásicos son músculos que tienden a debilitarse (Tabla 1).
La musculatura más implicada, se desarrollará en mayor medida que aquella que no es solicitada para las distintas funciones cotidianas del escolar. Así por ejemplo, el permanecer sentados durante largas horas en el centro escolar en rígidas sillas construidas para provocar un estado de atención va a suponer el acortamiento de determinados grupos musculares y el agotamiento y finalmente distensión de otros. Este acortamiento va a ser provocado en la musculatura flexora de determinadas articulaciones implicadas y la distensión es ocasionada en aquellos grupos musculares antagonistas a los primeros (González, J.L., 2004).
Relación entre el test de valoración de la movilidad articular y las diferentes cadenas muscularesLa descompensación existente entre el trabajo de unos músculos en detrimento de otros, provoca acortamientos (retracciones) de las cadenas musculares. Por ello es preciso reflexionar acerca de la excesiva aplicación en las distintas disciplinas de entrenamiento, acondicionamiento físico y actividad física para adultos y escolares de determinados ejercicios. Mediante un test que valore la movilidad articular, se comprueba la aparición o no de determinados acortamientos, tanto globales (o bilaterales) como unilaterales, con el fin de poner en relieve las posibles restricciones funcionales. El test consta de varios ítems que valoran las articulaciones del hombro, cadera, rodilla y tobillo.
Técnica empleada para la realización del test:
Los estiramientos de los grupos musculares se realizaron mediante la técnica pasiva, en la cual el sujeto estudiado no hace ninguna contribución o contracción activa, sino que es el evaluador el que lleva la articulación a su máximo recorrido, hasta llegar al límite donde se observa resistencia al desplazamiento (Alter, 2004). Los sujetos que se evalúen, no deben realizar calentamiento previo alguno, puesto que el objetivo del test es medir los desequilibrios y acortamientos musculares, en situación de normalidad, de "reposo activo", es decir, en el estado habitual en que el sujeto realiza la mayor parte de su vida cotidiana.
Los ítems incluidos en el test, se basan en mediciones goniométricas, siguiendo los protocolos propuestos por los diferentes autores consultados (Ramos, 2005). Todos los ítems, a excepción del que evalúa el acortamiento de aductores de cadera, se descomponen en lado derecho e izquierdo.
Para el estudio de la articulación del hombro, se realizan cuatro pruebas (Foto 1):
Foto 1. a. Rotadores internos y aductores de hombro. b. Prueba de Kendall. c. Diagonal posterior. d. Prueba de pectoral.
Rotadores internos y aductores del hombro (Daniels y Worthingham, 1981) (Foto 1.a). En posición decúbito supino, rodillas en flexión, con las manos detrás del cuello, descansando la columna lumbar lo más plana posible y apoyados los codos sobre el suelo sin tensión. La presencia de cifosis impide realizar la prueba. Se debe anotar el contacto o no de los codos en el suelo. Asimismo y para comprobar posibles descompensaciones, se deben anotar diferencias entre el lado derecho y el izquierdo.
Prueba de Kendall (Kendall, 1985) (Foto 1.b). Con esta prueba se evalúa la capacidad de movilidad del hombro, en cuanto al posible acortamiento de los aductores y su asimetría. Sin acortamiento de los aductores y rotadores internos del hombro, la articulación del hombro puede ser flexionada completamente mientras la porción inferior de la espalda está aplicada sobre el suelo. Con acortamiento de los aductores y rotadores internos del hombro, la articulación del hombro no puede ser flexionada completamente con la porción de la espalda aplanada. Esto indica un posible acortamiento del dorsal ancho, pectoral mayor y redondo mayor. Se considera angulación normal 180º, es decir, articulación escápulo humeral y húmero en contacto con el suelo.
Diagonal posterior (Clarkson, 2003) (Foto 1.c). En bipedestación, con los brazos por detrás de la espalda, uno de ellos llevado por la zona dorsal de la espalda, y el otro por la zona lumbar. Anotar si existe el contacto o no de las manos, con distinción del lado derecho e izquierdo. Se mide el lado del brazo que pasa hacia atrás por la zona dorsal. Su objetivo es conocer los desequilibrios y dismetrías de la cintura escapular.
Prueba del pectoral (Daniels y Worthinghan, 1981) (Foto 1.d). En bipedestación, el sujeto de frente a la pared, eleva el brazo del mismo lado que el pectoral medido de forma que todo el quede paralelo al suelo y apoyado a la pared, tratar de llevar el hombro del lado contrario lo más atrás posible rotando el tronco, sin separar el brazo de la pared. Se mide el ángulo que forma el brazo con la espalda, tomando como origen el acromion, siendo uno de los lados del ángulo, el brazo y el otro la línea que describen las tuberosidades acromiales del hombro derecho e izquierdo. No superar los 90º, implica una deficiente flexibilidad de los grupos musculares implicados.
En estas pruebas, se verán implicados músculos pertenecientes a la cadena recta posterior (dorsal) y relés de las cadenas rectas anterior y posterior con los brazos (pectoral mayor). Un acortamiento en estos músculos relés, limita la movilidad y libertad del brazo (principal función de los mismos). Debemos recordar que son parte importante de nuestra de expresión corporal.
En la prueba del pectoral, es el pectoral mayor el que actuará como relé de las dos cadenas rectas con los brazos. Asimismo, por medio de esta prueba, se evaluarán los acortamientos en la cadena cruzada posterior: medición del pectoral izquierdo (cadena cruzada posterior derecha- izquierda) y pectoral derecho (cadena cruzada posterior izquierda- derecha).
Para el análisis de la articulación de la cadera y rodilla se proponen los siguientes ítems (Foto 2):
Foto 2. a. Flexión de cadera con rodilla en extensión. b. Prueba de Thomas. c. Rotadores de cadera internos.
d. Rotadores de cadera externos. e. Aductores de cadera. f. Prueba de Nachlas. g. Prueba de Ridge.
Flexión de cadera con rodilla en extensión (Ridge, 1985) (Foto 2.a). En posición decúbito supino, con los brazos rectos y colocados a los lados del tronco, flexionar lo máximo posible la cadera sin flexionar la rodilla. La extremidad opuesta, que ayuda a evitar el movimiento bascular posterior de la pelvis, debe permanecer en contacto con el banco. Se mide el ángulo formado por ambas extremidades. La pierna que está en contacto con el banco se inmovilizará con una eslinga o un compañero, para evitar la flexión de rodilla y la basculación pélvica, y así facilitar la medición al examinador. El goniómetro se colocará con un brazo paralelo al banco y el otro eje coincidiendo con trocánter mayor del fémur y la rodilla. Se considera una angulación normal 90º.
Flexores de cadera y extensores de rodilla, mediante la prueba de Thomas (Liebenson, 1999). (Foto 2.b). El sujeto se colocará encima de la camilla o plinton, tendido decúbito supino y a continuación el examinador cogerá con sus manos una de sus piernas por la rodilla y la acercará al pecho. La pierna correspondiente a la cadera a examinar fuera de camilla. Si existe acortamiento del psoas iliaco, se producirá elevación del muslo apoyado en la camilla. Si existe acortamiento del recto anterior, se producirá extensión de la rodilla de apoyo en la camilla.
Aductores de cadera (Daza, 1996) (Foto 2.c). Decúbito supino, caderas flexionadas, medir el ángulo por ambas extremidades inferiores, buscando el punto de giro de ambos ejes. No superar los 90º, implica una deficiente flexibilidad de los grupos musculares implicados.
Rotadores de cadera internos y externos (Ridge, 1985) (Foto 2.d y Foto 2.e). En posición sentada sobre una superficie elevada y con la pelvis estabilizada (el sujeto se agarra de los extremos del banco), rotación del muslo hacia adentro (medimos la flexibilidad de los rotadores externos) y hacia fuera (medimos la flexibilidad de los rotadores internos). Se mide el ángulo formado por la pierna y la perpendicular del suelo a la rótula. Se considera normal las mediciones comprendidas entre 38 y 45º en la prueba de rotadores internos de cadera y de 35 a 45º en la prueba de rotadores externos de cadera (Ridge, 1985). El movimiento lo realiza el examinador de forma pasiva.
Prueba de Nachlas y prueba de Ridge (Daza, 1996 y Ridge, 1985) (Foto 2.f y Foto 2.g). El sujeto está tumbado en posición prona sobre la camilla. Se flexiona de forma pasiva la rodilla. Se mide el ángulo antes de que la columna lumbar comience a extenderse o la cadera comience a elevarse. El movimiento es realizado de forma pasiva ayudado por el examinador.
En la prueba de flexión de cadera con rodilla en extensión, se comprueban los posibles acortamientos que se producen a nivel de la musculatura posterior de la pierna (isquiotibiales). Si esta musculatura está acortada o retraída, se provocarán compensaciones estáticas y dinámicas. Dentro de las estáticas (Busquet, L., 2003) nos encontramos en la rodilla como respuesta antálgica ante la tracción del bíceps femoral sobre la cabeza del peroné, el cuerpo adopta una rotación externa de la tibia bajo el fémur. Si esto no fuera suficiente, provoca tendinitis en la cara externa de la rodilla. En el ala iliaca, provocan un rebajamiento de las tuberosidades isquiáticas. Asimismo esta rotación posterior alrededor de la coxofemoral, provoca el estiramiento de los aductores (posibles contracturas, tendinitis). En la cadera, al tensarse los aductores, provoca (junto al acortamiento de los isquiotibiales) una resultante de compresión de la cavidad cotiloidea sobre la cabeza femoral. En los isquiotibiales, aparecen contracturas, distensiones, desgarros, tendinitis. La columna lumbar se endereza, al posteriorizarse las alas iliacas. La musculatura de la zona (cuadrado lumbar, psoas iliaco) trabajará en exceso por mantener la lordosis fisiológica, lo que provocará a largo plazo un exceso de compresiones intervertebrales, apareciendo síntomas de fatiga lumbar. Aumentará, por lo tanto, la posibilidad de lesiones lumbares. A nivel sacroiliaco, se anquilosará la articulación. Así como la aparición de contracturas en los músculos piramidales. Dentro de las compensaciones dinámicas y al perder flexibilidad esta musculatura, el movimiento se verá limitado. En esta prueba se comprobarán los acortamientos que se producen en la cadena de flexión. Debemos recordar que esta cadena, es continuadora de la cadena recta anterior. Curiosamente el retraimiento o acortamiento en estos niveles suele ir acompañado de debilidad muscular en otra parte de la cadena recta anterior: la musculatura abdominal.
Los flexores de cadera y extensores de rodilla, mediante la prueba de Thomas, test que valora la zona lumbar, perteneciente a la cadena de flexión (continuadora de la cadena recta anterior). El psoas, además, actuará como relé de las piernas con la cadena recta anterior. Se aprovecha el test para valorar posibles acortamientos del recto anterior, músculo perteneciente a la cadena de extensión. Posibles acortamientos en la musculatura del psoas iliaco suelen ir acompañados de acortamientos del recto anterior.
La prueba que valora los aductores de la cadera, medirá los posibles acortamientos y descompensaciones de músculos pertenecientes exclusivamente a la cadena de cierre.
Los rotadores de cadera internos, Actuarán en la cadena de apertura, continuadora de la cadena cruzada posterior. En los externos, el piramidal, trabajará en la cadena de apertura. Los obturadores en la cadena de flexión y el cuadrado crural en la cadena de extensión.
La musculatura del cuádriceps (Prueba de Nachlas), donde el recto anterior y el crural, pertenecen a la cadena de extensión y el vasto externo a la cadena de apertura. Con esta prueba complementamos la medición del cuádriceps, uniéndolo a los posibles acortamientos que obtenemos en la prueba de Thomas (recto anterior y psoas iliaco).
Articulación del tobillo (Foto 3):
Foto 3. Elongación de los flexores plantares.Elongación de los flexores plantares (extensores del tobillo) (Foto 3). Estiramiento activo, realizado por parte del sujeto examinado, mediante una contracción isométrica de la musculatura flexora del tobillo. El sujeto estará sentado, con las rodillas en extensión y los pies descalzos. Se considera normal la medición de 10 a 15º.
Esta prueba mide los acortamientos y descompensaciones del tríceps sural. El sóleo pertenece a la cadena de extensión. Sin embargo los gemelos, dependiendo de si es el interno o externo pertenecerán a una cadena de apertura (interno) o de cierre (externo).
ConclusionesEn las diferentes partes que se incluyen en el test, se miden la mayoría de los músculos posturales o tónicos (tendentes a acortarse). Asimismo existe una clara relación entre las diferentes pruebas incluidas en el test con cada una de las cadenas musculares, productoras del movimiento. Debido a la continuidad entre unas cadenas y otras (mediante los relés), los acortamientos musculares presentes en un determinado músculo (normalmente postural o tónico) de una cadena, puede afectar a otras cadenas y así modificar tanto la dinámica como la estática.
Valorar mediante un test global, la amplitud y movilidad articular, nos va a permitir prevenir y no sobreutilizar determinados músculos y fortalecer otros músculos debilitados. Por ello, se propone una batería de tests para valorar la capacidad de movimiento o movilidad de las principales articulaciones responsables de la estática y la dinámica del cuerpo humano.
Bibliografía
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