El entrenamiento integrado en balonmano durante la etapa cadete: influencia sobre el desarrollo psicomotriz del adolescente |
|||
*Profesor Titular de Balonmano en la FCCAFD de la U. de Granada. **Doctorando en Didáctica de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Granada. Entrenador Nacional de Balonmano. (España) |
Juan Lorenzo Antón García* Pablo Perea Villena** pereav@ugr.es |
|
|
|
|||
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 117 - Febrero de 2008 |
1 / 1
Introducción
El entrenamiento deportivo en general es el proceso por el cual buscamos que los jugadores consigan aumentar su rendimiento y en algunos momentos del periodo competitivo alcanzar su máximo potencial. Esta aspiración de conseguir unos óptimos resultados, ya sea en la formación del individuo o en la competición propiamente dicha, va a estar altamente asegurada cuando todos los factores que intervienen en el deporte en cuestión (físico, técnico, táctico, psicológico, teórico) se encuentran optimados para actuar sinérgicamente. (Espar, 2002)
En el caso concreto del balonmano, esta interrelación se manifiesta imprescindible. Y es que durante la acción del juego en balonmano ninguno de esos aspectos de la preparación interviene de forma aislada. Es precisamente la coordinación de todas las capacidades del deportista (físicas, técnicas, tácticas,…) lo que puede conducir al éxito por medio del entrenamiento. Esta interconexión se manifiesta en distintas etapas de la preparación de forma diversa, y todo ello implica la combinación adecuada de cada uno de ellos para la estructuración de un proceso de síntesis, que tiende a integrar todas las cualidades en un conjunto operacional (Antón, 1994).
Por tanto, podemos afirmar que la actividad formativa y/o competitiva en el deporte en general, y del balonmano en particular, debe tender a una integración de los factores de entrenamiento, aunque a veces, dependiendo del momento y etapa del proceso, se haga necesario un tratamiento particularizado e independiente de algún factor de forma más analítica.
En la teoría del entrenamiento tradicional, esos factores se han investigado y trabajado aisladamente. Hoy en día, la utilización del entrenamiento integrado como medio de preparación resulta un modelo de trabajo que se está extendiendo en el ámbito balonmanístico. El entrenamiento integrado combina dentro del mismo ejercicio elementos específicos del juego con el trabajo de distintas capacidades físicas. La máxima posibilidad de integración se consigue cuando el propio ejercicio sirve a la vez, como ocurre en bastantes casos, de trabajo físico y técnico, táctico, psicológico o combinación de varios.
Según Antón (1994), se define el entrenamiento integrado como "la preparación combinada físico-técnico-táctica, consistente en favorecer el desarrollo de las capacidades en el contexto en que intervienen en la competición". A lo que, sin duda, debe añadirse el factor psicológico (capacidad de esfuerzo, voluntad, espíritu colectivo, etc.), y la preparación teórica (el por qué, el para qué y el cuándo), con el objetivo de hacer aún más integral el proceso de entrenamiento.
Lógicamente, para poder realizar este tipo de entrenamiento es necesario tener un conocimiento exhaustivo de las características del deporte en cuestión. En este trabajo vamos a realizar un planteamiento de aplicación del entrenamiento integrado al balonmano.
Si bien es cierto que cada deporte colectivo tiene sus propias exigencias de juego, su práctica viene determinada por una estructura común a todos ellos que se ha establecido en los numerosos estudios y análisis existentes en la bibliografía (Bayer, 1986; Antón, 1990, 1998; Sánchez Bañuelos, 1992; Hernández Moreno, 1996). A modo de síntesis podemos adelantar que, para su práctica, se requiere de la realización de una serie de movimientos, esfuerzos y acciones en secuencias variables e intermitentes para llevar el balón a una meta y/o evitarlo; las posibilidades de éxito dependerán de un uso inteligente de la relación de oposición/cooperación; y los aspectos que determinan su forma (físico, técnica, táctica, psicológica) interactúan de manera integrada.
Durante la mayor parte del siglo XX las disciplinas que más han estudiado los sistemas de entrenamiento han sido deportes individuales como el atletismo, natación o la halterofilia. Por ello han desarrollado ampliamente métodos de entrenamiento para la resistencia, fuerza y velocidad en base a sus distintos tipos de carreras o al trabajo físico complementario que éstas exigían (trabajo de pesas).
Esto llevó a la aplicación de métodos y sistemas de entrenamiento de deportes individuales al ámbito de los colectivos, y aunque se quisieron adaptar estos métodos, no dejaban de basarse en acciones sin balón, alejadas de las situaciones de juego, minusvalorando el componente situacional, y alejándose los diseños de sesiones de entrenamiento de la especificidad y las imprescindibles analogías situacionales. Lógicamente, esta forma de entrenamiento tiene poco valor para la formación y competición, ya que guarda poca relación con la práctica en sí del deporte en cuestión. Para jugar al balonmano, es obvio que no hay que basarse sólo en el aspecto físico, pues constituye un juego inteligente donde se requiere de análisis, reflexión, capacidad de decisión y de muchos otros componentes (repertorio técnico disponible, aspectos estratégicos, etc.)
Debido a la necesidad de integrar los factores de rendimiento deportivo, a finales de los 80 surgieron las primeras concepciones de entrenamiento integrado que, partiendo de su aplicación inicial en el alto rendimiento, poco a poco se han ido introduciendo en las distintas etapas de formación del jugador con mayor o menor acierto.
Por otro lado, como es sabido, el proceso de crecimiento o maduración del ser humano se divide en diferentes etapas, a través de las cuales todo individuo suele pasar por distintas edades cronológicas y biológicas, aunque el desarrollo motor de cada persona sea individual y diferente. De todas las etapas del desarrollo motor de la persona, y como tal, del deportista, en este trabajo nos vamos a centrar en la adolescencia, y dentro de ella, al periodo que se corresponde con la categoría de cadetes y con la etapa que, tradicionalmente, en la escuela española, denominamos como inicio al proceso de especialización.
Debido a los cambios en el sistema endocrino que se producen al inicio de la etapa de la adolescencia (que suele abarcar desde los 12 a los 18 años, con tres periodos evolutivos diferentes), el entrenamiento integrado tendrá en la adolescencia un momento importante, ya que la asimilación compensatoria de determinados factores de entrenamiento será mucho más rápida (Weineck, 1991).
El acentuado y sorpresivo crecimiento de segmentos corporales que tiene lugar en esta etapa, va a disminuir la destreza motora previamente adquirida, volviendo los movimientos poco finos e imprecisos. Es por lo que se hace necesario buscar una adecuada formación integral del individuo, en la que el entrenamiento integrado adquiere una relevancia considerable.
En las citadas etapas del deporte base, se hace necesario un planteamiento integrado de entrenamiento, donde aparte de lograr una mayor especificidad, interrelacionándose los factores influyentes en la mejora del juego (físicos, técnicos, tácticos,...), se economizará el tiempo disponible para entrenar, ya que en estas edades los jugadores deben compaginar los entrenamientos con su labor académica.
Pero la especificidad del entrenamiento debe respetar las características individuales de cada jugador y las tareas que debe realizar sin olvidar su integración al grupo. Por lo tanto, en muchos casos deberemos buscar diferentes fórmulas de entrenamiento que nos permitan alcanzar objetivos dobles, e incluso triples. De esta manera, los jugadores podrán aprender el propio deporte, desarrollar las capacidades, habilidades y destrezas necesarias para su práctica.
Delimitación conceptualEn esta parte del trabajo vamos a realizar una breve aproximación a los términos entrenamiento integrado, balonmano y adolescencia, con el propósito de delimitar conceptualmente el tema que nos concierne.
1. Entrenamiento integradoEl entrenamiento integrado en los deportes colectivos nace de la idea de que la destreza técnico- táctica es empleada como un medio más para el desarrollo de las capacidades físicas, constituyendo un gran paradigma a la hora de hablar de preparación física en los deportes de equipo.
Así, según Antón (1994), se define el entrenamiento integrado como "la preparación integral, física-técnica-táctica consistente en favorecer el desarrollo de las cualidades físicas en el contexto en que intervienen en la competición".
Por otra parte, Vaquera (2000) lo define como "el trabajo de las cualidades físicas requeridas para un determinado deporte, dentro de lo que sería su espacio formal".
Además, Los Santos (2002) fundamenta este concepto en las bases fisiológicas y bioquímicas del deporte, y nos dice que "las adaptaciones son específicas al tipo de entrenamiento y a la intensidad de dicho entrenamiento".
Pero la concepción del entrenamiento integrado en balonmano va más allá de la mera preparación física utilizando ejercicios técnico-tácticos, ya que a nuestro parecer comprende otros factores de entrenamiento como el psicológico o el teórico. Además, sus objetivos pueden ser muy variados, ya que podemos priorizar uno o varios factores, utilizando siempre el mayor número de ellos, y no buscar siempre como objetivo principal la preparación física.
En este sentido, Weineck (1994) afirma que "la capacidad deportiva para obtener el rendimiento óptimo no sólo depende del nivel de desarrollo de factores como la condición física o los factores hereditarios, sino que se relaciona y se amplía con otros ámbitos como las capacidades tácticas, técnicas, psicológicas y sociales".
Por tanto, entendemos el entrenamiento integrado en los deportes colectivos como la combinación de los factores físicos, técnicos, tácticos, psicológicos y teóricos que influyen en el rendimiento individual y colectivo de un equipo deportivo. De esta forma, cada vez que proponemos un objetivo principal se debe observar la influencia del contenido del entrenamiento sobre otro, que variará dependiendo de las características de cada jugador y del momento de la temporada en el que nos encontremos.
Hoy en día, existen en la bibliografía diferentes términos que van a servir de denominación a lo que nosotros vamos a llamar entrenamiento integrado.
Creemos conveniente matizar sus significados para poder así usarlos con fundamento:
Entrenamiento Integrado: Trabajo simultáneo de la condición física, técnica, táctica, psicológica y teórica. Permite métodos en los que predominan estrategias en la práctica globales (relacionados con la situación real de juego) así como analíticas (alejadas de dicha situación).
Entrenamiento Integral: Repetición múltiple de la parte fundamental de la actividad deportiva conservando todas sus particularidades. Sólo permite métodos globales.
Entrenamiento Sumativo: Entiende la práctica deportiva como el resultado de la suma de varios elementos (técnica, táctica, condición física, psicológica, teoría), coordinados simultáneamente.
De todos ellos el más utilizado es el de integrado, aunque a veces se suele utilizar la denominación integral.
2. El Balonmano como deporte colectivoLa segunda parte de nuestra fundamentación consiste en definir qué es el balonmano y cuáles son sus características fundamentales. Ello obliga a hacer una revisión cuanto menos superficial de las diferentes clasificaciones de los deportes expuestas por distintos autores para poder conocer profundamente el contenido que se va a enseñar, contextualizándolo dentro de los deportes de equipo. Pero antes de esta revisión consideramos necesario partir jerárquicamente de las características que la mayor parte de autores (Cagigal, 1969, Piernavieja, 1985, Diem, 1966, Parlebas, 1981, Hernández, 1994) han establecido como rasgos más fundamentales que definen el concepto de deporte. Estas características serían las siguientes:
Situación motriz, es decir, una actividad en la que el movimiento físico va indisolublemente unido al conductual.
Juego, entendido en sus acepciones de diversión, participación voluntaria, libre y con esa finalidad.
Competición, entendida como rivalidad, como forma de medir la propia competencia, la superación de sí mismo.
Reglamentación, como base de las leyes de la motricidad especializada que definen las formas de proceder conductuales.
Institucionalización, que obliga a entender la enseñanza del balonmano ligada a un control externo que rige sus reglamentos y competiciones.
Como resumen de estas características diremos que no tendría cabida cualquier modelo de enseñanza que no considere constantemente durante el proceso las situaciones motrices específicas, desarrolladas a través del juego y reglamentadas en diferentes situaciones competitivas regidas de una u otra forma por distintos organismos. Dicho de otra forma, un modelo de enseñanza exige moverse constantemente actuando con una lógica determinada por su funcionalidad, divertirse y medirse con respecto a otros sistemáticamente respetando unas reglas, y adecuándose a un programa.
El balonmano es una manifestación más de la motricidad humana, y como tal está sujeta al estudio desde planteamientos metodológicos adecuados (García, 2003). Y es que en el ámbito del entrenamiento deportivo en general, y del balonmano en particular es necesario atender tanto a las experiencias y a las reflexiones de los entrenadores más expertos, como a las diversas investigaciones que persiguen el estudio y análisis de la motricidad humana.
Son numerosas las definiciones que como deporte colectivo se le adjudican al balonmano, siguiendo diferentes criterios (vivencia fundamental, niveles de dificultad en la ejecución, pedagógico, tipos de habilidad predominante, etc.). La más simple que hemos encontrado es la de Mariot (1995), para quien se trata de "…un juego deportivo colectivo codificado". Existen algunas más complejas y completas, entre las que vamos destacar las siguientes:
Para Sánchez (1992) es un "Deporte de asociación con adversario con una serie de condicionantes que lo diferencian de los otros deportes colectivos y que marcan sus posibilidades de desarrollo".
Parlebas (1981) siguiendo el criterio de la interacción y la noción de incertidumbre, aboga porque es un "Deporte sociomotriz en el que el sujeto actúa en cooperación con unos y oposición simultánea con otros".
Barbara Knap (1979) elige el criterio de los tipos de habilidad y lo define como "Deporte de habilidades abiertas, fundamentalmente perceptivas".
Antón (1998) define el balonmano como el "Deporte colectivo compuesto por unos elementos indisociables de su funcionamiento (balón y su control, espacio con características especiales que debe dominarse, meta donde obtener tantos, compañeros con los que colaborar, adversarios a los que superar y reglas que cumplir) que actúan en constante interacción en multitud de situaciones cambiantes".
Para López (1999) es un "Juego deportivo donde suceden un conjunto de situaciones motrices resultantes de un proceso de interacción grupal entre compañeros y adversarios por la lucha de un móvil y un espacio compartido, con un componente lúdico importante".
3. AdolescenciaEl término genérico de adolescencia es una forma simplificada de denominar a un grupo de individuos que no es ciertamente homogéneo más que en el hecho de no ser ya niños y tampoco poder ser considerados adultos. En un sentido cronológico engloba la etapa evolutiva que va desde los 12 a los 18 años, aunque en este aspecto conviene hacer dos precisiones:
la determinación en edades siempre hay que tomarla de modo orientativo, pudiéndose considerar una diferencia de más/menos tres años.
las chicas son, por lo general, más precoces que los chicos en una diferencia de unos dos años aproximadamente.
La adolescencia es una etapa entre la niñez y la edad adulta. Pero no existe una concepción unánime, entre los diferentes autores, sobre la caracterización de la adolescencia; de ahí que se den diversas definiciones, entre las que se pueden destacar las siguientes:
"Se puede considerar como la situación o estación de tránsito de la niñez al estado adulto" (Lewin, 1974).
"Es la edad de la tormenta y el ímpetu" (Hall, 1975).
"Es un proceso por el que se adquieren las actitudes y creencias necesarias para la participación efectiva en la vida de la social" (Rogers, 1980).Para delimitar más esta amplia etapa evolutiva se suelen distinguir varios periodos, con denominaciones distintas según cada autor. Teniendo en cuenta las categorías del Deporte Base, dentro de la adolescencia se pueden distinguir tres periodos evolutivos:
Periodo Puberal, que equivaldría a la etapa Infantil (12-14 años)
Periodo Post-puberal, equivalente a la etapa Cadete (14-16 años)
Periodo Adolescente, que se encuadra en la etapa Juvenil (16-18 años)
La adolescencia es el período que se inicia por los cambios puberales (aproximadamente a los 12-13 años) y finaliza alrededor de los 18 años. Durante este período aparecen los caracteres sexuales secundarios, y se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales, muchas de ellas generadoras de la personalidad. En todos estos cambios confluyen factores genéticos, fisiológicos, internos y externos. Surgen actitudes de independencia, curiosidad por el mundo externo y búsqueda de intereses fuera del hogar. Esto los impulsa a relacionarse con nuevos grupos, lo cual les ayuda a crecer y a tomar seguridad.
El entrenamiento integrado en balonmanoDurante la década de los años 70 y de los 80 del siglo pasado se tenía la idea que el entrenamiento, mediante la mejora de la condición física, era determinante para conseguir un buen desarrollo de juego en deportes colectivos como el fútbol, el baloncesto y mas tarde el balonmano. En este sentido, las aportaciones de uno de los referentes de la preparación física en España, Álvarez del Villar, por el trabajo práctico que efectuó en distintos equipos de fútbol, así como la difusión de su obra en el año 1983, las publicaciones en distintas revistas, sus implicaciones en la formación de los entrenadores españoles y del profesorado de Educación Física, contribuyeron para que existiera una preocupación por la preparación física y de que los clubes deportivos incorporaran a estos especialistas en sus cuadros técnicos.
Pero este planteamiento tuvo un gran problema y fue la aplicación de métodos y sistemas de entrenamiento de deportes individuales (atletismo, halterofilia,…) al deporte colectivo en cuestión, y aunque se quisieron adaptar no dejaban de basarse en acciones sin balón, alejadas de las situaciones de juego. Como consecuencia, no implicaba necesariamente una transferencia positiva en la competición, ya que aunque en algunos aspectos mejoraba al jugador, se alejaba de la especificidad de la tarea y, sobre todo, de la identidad situacional de la práctica deportiva durante la competición.
El Balonmano tiene sus propias exigencias de juego, y su práctica viene dada por una estructura que podremos determinarla mediante un análisis exhaustivo. A modo de síntesis podemos adelantar que, para su práctica, se requiere de la realización de una serie de movimientos, esfuerzos y acciones en secuencias variables e intermitentes para llevar el balón a una meta y/o evitarlo, y las posibilidades de éxito dependerán de un uso inteligente de la relación de oposición/cooperación.
Diferentes estudios comentan y destacan la importancia del entrenamiento integrado para optimizar el rendimiento del deportista. Dentro de la didáctica del juego basada en las situaciones, la introducción de ejercicios integrales se convierte en la estrategia ideal para la continua formación en el jugador. Es decir, proponer la enseñanza o entrenamiento de manera conjunta, con un contexto más complejo y más cercano a la realidad del juego y a las situaciones que se dan en la competición, partiendo de un análisis del juego y su estructura.
En esta línea de trabajo el comportamiento de juego se entiende como un aprendizaje global, que depende de la situación, y donde los factores técnicos, tácticos, físicos, psicológicos aparecen con características diferentes pero siempre combinados. Es por ello que el entrenamiento integrado debe plantearse a partir del análisis de la competición (y no al revés), considerando los esfuerzos y acciones que más predominan y tomarlas de referencia para introducirlas en los entrenamientos.
Por último, la creación de situaciones de juego cambiantes de forma rápida y continua obliga a los jugadores a tomar decisiones y ejecutar las respuestas motoras adecuadas en el menor tiempo posible. De ahí la necesidad urgente de seleccionar y organizar los ejercicios de entrenamiento para que respondan adecuadamente a las exigencias de una determinada situación, sea de aprendizaje, de perfeccionamiento o de desarrollo. De esta forma desarrollaremos la inteligencia del juego en el jugador de cualquier deporte colectivo.
En definitiva, el entrenamiento integrado está basado en el análisis de la realidad del juego o del deporte específico que se trate, en el que todos los factores del entrenamiento se dan interconectados, y su óptimo nivel de eficacia estará condicionado a otros aspectos o capacidades del jugador (condición antropométrica, social o intelectual, etc.), así como a otros aspectos relacionados con las condiciones de trabajo y de organización (materiales disponibles, sistemas de competición, organización y planificación, estado motivacional, evaluación y control del proceso, formación del entrenador, etc.) aspectos todos ellos que evolucionan como resultado de las investigaciones de las ciencias auxiliares del deporte y de otros campos. La evolución de un jugador va a estar sujeta, como vemos, a múltiples factores y demandas que deben estar sincronizadas para obtener las mejores prestaciones del jugador y del equipo. En la figura 1 queda reflejado esquemáticamente cómo debe entenderse el proceso de entrenamiento deportivo (Antón, 2003)
1. ObjetivosEl objetivo no es otro que elaborar modelos de entrenamiento que permitan aumentar la eficacia del proceso de formación y rendimiento con medios cada vez más económicos. La dificultad está en unir todos los factores influyentes en la mejora del juego, dentro de un proceso lógico y ordenado de planificación.
Para ello, estableceremos un modelo de entrenamiento que permita aunar la mejora de contenidos individuales con logros colectivos. Se atiende de forma simultánea el máximo de factores contribuyentes en el rendimiento de un equipo. El modelo de entrenamiento integrado debe alcanzar, entre otros, los siguientes objetivos:
Mejorar acciones técnico-tácticas individuales dentro de un procedimiento colectivo.
Permitir la mejora de más de una cualidad física de forma simultánea, adaptándola a las necesidades individuales de cada jugador.
Favorecer la individualización del entrenamiento, considerando el nivel de formación del individuo.
Optimizar el tiempo de trabajo en períodos con competiciones muy seguidas.
Según Espar (2002), los objetivos que se persiguen con la aplicación de este método son los siguientes:
Acercar las condiciones de la competición a la práctica de los entrenamientos.
Dar variedad al trabajo de preparación física.
Fijar aprendizajes técnicos en condiciones de fatiga.
2. MetodologíaComo llevamos diciendo a lo largo de este trabajo, tradicionalmente, en el entrenamiento deportivo, se trabajaba por separado los diferentes factores de entrenamiento (la técnica, la táctica, la condición física, la preparación psicológica, sociológica e intelectual). Los entrenadores, influenciados por las teorías conductistas y mecanicistas de aprendizaje motor que han imperado en el entrenamiento deportivo, planteaban entrenamientos analíticos y parciales. Así, se presentaban ejercicios para el desarrollo de la técnica individual, mucha preparación física basada en métodos y sistemas de entrenamiento de probado rendimiento en deportes individuales (carreras, saltos, lanzamientos); la táctica, mediante unos partiditos en el entrenamiento y las charlas prepartido, que además servirían de preparación psicológica, deberían ser suficientes para que los jugadores tuvieran una buena capacidad de rendimiento y de poder encontrar respuestas adaptadas a los problemas que pudiesen surgir en el desarrollo del juego derivados de la oposición (contra los adversarios) y de cooperación (con los compañeros). Igualmente, las charlas postpartido valían tanto para las correcciones tácticas como para los ajustes de comportamiento individual y colectivo (motivación, cohesión, etc.). En definitiva, a la hora de competir, se pretendía que el jugador respondiera como un todo (la suma de las partes) aunque en el entrenamiento se hubiera efectuado de una manera simplificada.
En la actualidad, existen distintas teorías acerca del entrenamiento y la enseñanza de los deportes colectivos, planteándose diversos modelos sobre cómo debe abordarse estos deportes. La inclinación que tienen, a partir de un análisis del juego y de su estructura, es la de plantear la enseñanza o el entrenamiento de manera más global, con una dimensión más compleja y más próxima a la realidad del juego y a las condiciones que se dan en la competición.
Apuntalamos con respecto a este planteamiento, que se tendrá que efectuar el diseño de tareas o actividades de entrenamiento que vayan dirigidas a desarrollar todos los factores y mecanismos que se requieren para el desarrollo de juego, que sean más específicas y similares a lo que se efectúa en la competición. Asistimos, por tanto, a un planteamiento metodológico en el que los entrenamientos, basados en el comportamiento de juego, deberán ser más integrales y menos analíticos. Además, los factores técnicos, tácticos, físicos, psíquicos aparecen con características diferentes pero siempre interrelacionados. Este planteamiento trata de aproximarse a la idea de modelo sistémico propuesto por Antón (2004)
Por ello, Bangsbo (1997) considera que "el jugador ideal debe tener una buena comprensión táctica, ser técnicamente hábil, mentalmente fuerte, funcionar bien socialmente dentro del equipo y tener una elevada capacidad física".
Se procurará desarrollar determinadas capacidades o condiciones, impuestas por las exigencias de la competición, considerando las características o condiciones básicas de los jugadores, pretendiendo el rendimiento individual y colectivo.
Esta orientación, de la interdependencia de los distintos factores que inciden en la capacidad de rendimiento en balonmano y del enfoque global, debe de servir como guía para el diseño, la organización y la metodología del entrenamiento de nuestro deporte. En la figura 2 exponemos un esquema de cómo se desarrollarían los diferentes factores del entrenamiento enlazados entre sí, especificando las características de cada combinación (Antón, 1994):
En este sentido, Brüggemann y Albrecht (1993), orientan el entrenamiento integral fundamentado en "la conexión del jugador con el entorno real del juego, y en la aplicación metódica de determinadas reglas de juego para provocar de forma selectiva distintas capacidades técnicas, medios tácticos y formas de comportamiento o también capacidades de condición física dentro de la organización fija del juego del equipo".
3. PlanificaciónEl modelo de planificación que se propone pretende que en todo momento los entrenadores trabajen de una forma más parecida a las situaciones de competición -analogías situacionales-, a la vez que no se olviden del trabajo de mejora individual de los jugadores. Este es un punto importante a tener en cuenta, ya que el jugador en etapa de formación debe incrementar de forma paulatina capacidades condicionales que los condicionantes temporales no se lo van a posibilitar. En esta línea exponemos las siguientes observaciones:
La secuenciación de los entrenamientos integrados debe viajar de forma paralela a la evolución de la temporada. Así como la estructuración y organización interna de éstos, es decir, los medios y métodos utilizados en la construcción de una sesión deben estar en concordancia con el periodo de la temporada en el que nos encontremos.
El objetivo de toda planificación es llegar a los momentos importantes de la temporada en un estado óptimo de forma. Para llegar al período de competición con posibilidades de aplicar el máximo nivel de dificultad e intensidad, en el modelo integrado dentro del juego complejo, es crucial realizar una planificación progresiva a lo largo del período de preparación, en lo que se refiere a la capacidad de integrar medios físicos con medios tácticos dentro del juego.
Con este modelo de planificación no hacemos más que aprovechar los momentos susceptibles de mejora condicional y cognitiva. Esto es, en periodos de desgaste de sistemas utilizamos los procedimientos más simples a nivel táctico. Para introducir los más complejos en aquellos periodos de supercompensación y coordinación de los diferentes sistemas.
¿Qué variables debemos tener en cuenta en la planificación?
Las características específicas del deporte en cuestión.
Sistema y calendario de competiciones (cantidad de competiciones, el sistema de competiciones).
Características individuales y colectivas del grupo de jugadores.
Concepción general del juego, sistemas y funciones a desarrollar.
Características del club y de los entrenamientos (disponibilidades materiales, número de sesiones posibles, objetivos y "filosofía" del club, etc.)
4. Correlación de factores de entrenamientoExisten numerosos estudios que demuestran el grado de influencia entre los diferentes factores de entrenamiento. En el balonmano, ésa es la forma habitual de exigencia de las acciones del juego. Según Antón (1994), el régimen de manifestación representa el "modo de manifestación diferenciado de una cualidad motora o un factor de entrenamiento, determinado por la influencia de otro u otros, con los cuales se produce en el juego de una forma integrada".
Teniendo en cuenta este aspecto, en el proceso de entrenamiento integrado se utilizarán ejercicios de trabajo que reúnan las siguientes condiciones:
En los ejercicios técnico-tácticos se valorará especialmente la graduación de dificultades en función de las exigencias físicas de los mismos (intensidad, complejidad, duración, frecuencia, etc.)
La vía a seguir en el perfeccionamiento pasa por la inclusión de ejercicios que busquen aumentar la resistencia psico-física específica con acciones perturbadoras (obligatoriedad de cumplimiento de determinadas tareas, exigencias superiores imprevistas, modificación de la tarea o del número de repeticiones de forma imprevista, variedad de dificultades en la oposición combinadas en la misma sesión, condiciones de fatiga, inestabilidad emocional o física, etc.).
Igualmente importante es el entrenamiento individualizado, ajustando las cargas o dificultades planteadas de una forma correspondiente a las posibilidades de cada jugador y a las necesidades y características de cada puesto específico, que en esta etapa es importante pues recordemos que se inicia el proceso de especialización.
Aunque en un principio parecía que todos los factores iban a ocurrir en un proceso mezclado sin criterio definido, con el paso del tiempo, y por medio de la reflexión, se han ido descubriendo relaciones preferenciales a la hora de la puesta en práctica de este método de entrenamiento. En este sentido, Espar (2002) establece las siguientes relaciones preferenciales haciendo referencia a tres agrupamientos duales con las que en términos generales coincidimos y que observamos en la figura 3:
Sin embargo, debemos ser más ambiciosos, e integrar, en la medida de lo posible, el mayor número de factores de entrenamiento:
Físico-técnico
Físico-técnico-táctico
Físico-técnico-táctico-psicológico
Consideraciones psicomotrices básicas en la adolescenciaEl periodo de la adolescencia se caracteriza por ser un intervalo de tiempo importante en el desarrollo de todo ser humano, pues en él se consolidarán las estructuras funcionales. Los cambios más relevantes que tienen lugar en este periodo de maduración se sitúan en el sistema endocrino (hormonal) entre ellas:
Aumento de la producción de la testosterona
Diferenciación de las fibras musculares (lenta y rápida)
Disformismo sexual, ya que tras la pubertad los hombres se tornan más fuertes que las mujeres.
Si bien la adolescencia se define más por las características sexuales, esta etapa de la vida desarrolla rápidos cambios en el aspecto físico y el comportamiento social, psíquico y emocional. A partir de los 14 años en los varones y algo menos en las mujeres, el cuerpo comienza a cambiar al ritmo de los estímulos hormonales. Estos cambios se dan a todo nivel, y son particularmente observables en sus movimientos corporales y en la relación con el espacio. En el caso de los chicos, aprovechar el gran impacto hormonal (en especial de la testosterona) es muy relevante. En las niñas, un entrenamiento de alta competición y máxima exigencia puede alterar su desarrollo y hasta retrasar su primera menstruación.
Cuando se trata del entrenamiento deportivo de un niño en su etapa de la adolescencia, es importante prestar atención a su desarrollo psicomotriz. Los deportes colectivos ayudan a este aprendizaje neuromotor y, por lo tanto, aquellos adolescentes que vienen realizando algunas disciplinas deportivas desde pequeños están en mejores condiciones de asimilarlo. Lo ideal es que un individuo experimente diferentes formas de entrenamiento a fin de tener la mayor cantidad de experiencias motrices.
Con respecto al adolescente, es importante conocer las variables de su desarrollo psicomotriz, y para ello vamos a considerar las características del trabajo para un jugador de entre 13 y 17 años (Tabla 1)
En general la adolescencia se va a caracterizar por ser una etapa de intensa actividad física donde el individuo ocupa el centro de interés. En lo estrictamente deportivo, es ideal para la especialización deportiva en técnicas, tácticas y estrategias mediante el entrenamiento y la competición. Es importante que el adolescente incorpore la actividad deportiva como un estilo de vida. El médico deportivo tiene un rol importante en la recomendación de prácticas deportivas adecuadas a cada edad y la prevención de la saturación deportiva, fenómeno biológico de causas físicas, psicológicas y sociales que genera abandono de las actividades deportivas.
Concluimos recordando que a medida que se produce la maduración neurológica se van integrando funciones superiores resultando movimientos más complejos hasta la llegada de la pubertad. Sin embargo, esta maduración continúa, permitiendo al niño/a la adquisición de habilidades psicomotrices cada vez mayores. La maduración psicomotriz es coordinada junto a la de otros órganos y sistemas (cardiopulmonar, circulatorio, osteomuscular, etc.) excepto en la etapa puberal, donde, por acción hormonal hay una hipertrofia muscular (más marcada en el varón). Este crecimiento somático acelerado en el adolescente explica la descoordinación motriz característica de esta etapa.
Influencia del entrenamiento integrado sobre el desarrollo psicomotriz en la adolescenciaDebido a los cambios en el sistema endocrino que se producen al inicio de la etapa, el entrenamiento integrado tendrá en la adolescencia un momento importante, ya que la asimilación compensatoria de determinados factores de entrenamiento será mucho más rápida. (Weineck, 1991)
En las primeras etapas de formación, el jugador se enfrenta, por primera vez, a los problemas que plantea el juego, su bagaje técnico-táctico, su potencial físico y sus experiencias previas son limitadas. Esto hace que, aunque en la práctica predomine la estrategia global de enseñanza -en todas sus variantes: pura, polarizando la atención y modificando la situación real-, los objetivos perseguidos sean simples y bien diferenciados. Se pretende crear una base sólida en donde los nuevos conceptos adquiridos tengan significación propia y puedan relacionarse con conceptos de juego ya aprendidos. Y esto se puede conseguir por medio del entrenamiento integrado.
Siempre se ha pensado que el aprendizaje técnico debe realizarse con el organismo descansado, para evitar las acciones con faltas de coordinación. Las investigaciones demuestran que estas exigencias son válidas en la primera fase del aprendizaje (etapa prepuberal), cuando el deportista se está apropiando de los fundamentos técnicos por primera vez y de forma completamente nueva. Estudios recientes realizados en Alemania con jugadores de balonmano de nivel medio, vienen a corroborar esta idea, concluyendo que cargas de condición física creciente a través de la aplicación del entrenamiento integrado no incidían negativamente en la destreza del jugador (Tschiene, 1996).
Conforme la formación progresa, incrementa la complejidad del juego, y con ella debe mejorar la capacitación del jugador a todos los niveles. Los objetivos del entrenamiento, en esta misma progresión, se van integrando. Se crean situaciones de entrenamiento que se asemejan cada vez más a la realidad de la competición.
Debido a que el entrenamiento integrado tiene la capacidad de respetar algunos principios del entrenamiento fraccionado, especialmente con respecto a la posibilidad de intercalar pequeños periodos de recuperación entre horas de trabajo intenso, de su utilización se deriva un mayor tiempo total de entrenamiento con la posibilidad de trabajar simultáneamente dos o más factores, así como también la capacidad de respetar algunos principios del entrenamiento continuo en el cual se debería involucrar en el esfuerzo la mayor cantidad de masa muscular posible. Esta combinación permitirá en el organismo del adolescente:
Una mejor circulación de la sangre
Mayor producción de energía en el músculo
Mayor transporte de oxigeno al músculo
Mayor capilarización de los músculos involucrados
Por todo lo anteriormente expuesto, podemos afirmar que el entrenamiento integrado, aplicado en los deportes colectivos, va a influenciar positivamente en el desarrollo psicomotriz del adolescente por varias razones.
La primera, y mas congruente, se debe a que este método de entrenamiento permite la formación armónica e integral del individuo, tan importante en esta etapa evolutiva debido a los desajustes ocasionados por la pubertad.
En segundo lugar, con su aplicación se economizará el tiempo disponible para entrenar, tan requerido en estas edades cuando los jugadores deben compaginar los entrenamientos con otras actividades.
De esta manera, los adolescentes van a poder aprender el propio deporte, desarrollar las capacidades, habilidades y destrezas necesarias para su práctica.
Sin embargo, estamos de acuerdo con Espar (2002), cuando subraya que el entrenamiento integrado no es la panacea, y no puede ser usado como único método de entrenamiento en la adolescencia. Su utilización en las categorías de formación, aunque puede ser un perfecto complemento, esta condicionado por la dificultad de fijar objetivos específicos que el mismo implica. Por ello, Espar aconseja una cierta prudencia, que debe tenerse en cuenta. Habrá que recordar aquella frase que dice que "No se puede mejorar el juego de balonmano sólo jugando al balonmano -modelo máximo de integración y globalidad- y se hace igualmente imprescindible mejorar por separado las partes que constituyen el juego de balonmano -modelo más analítico-", entre otras razones por cumplir el principio de la repetición del entrenamiento, por lo que el aumento del número de repeticiones de cualquier contenido del juego se revela fundamental, y eso no es posible hacerlo en la medida adecuada exclusivamente a través del entrenamiento integrado. En este sentido, es imprescindible subrayar que esta etapa -llamada genéricamente como de Inicio de la especialización- obliga a comenzar también el proceso de preparación particularizada -e independiente en ocasiones- de las distintas cualidades físicas específicas y necesarias en el balonmano -fuerza explosiva, resistencia mixta, que, a su vez, se basa en al aumento de volumen de la resistencia aeróbica, etc.-, así como de los contenidos técnicos específicos de cada puesto específico con la amplitud, riqueza y volumen adecuado.
ConclusiónNumerosos estudios corroboran que la aplicación del entrenamiento integrado al ámbito de diferentes deportes colectivos como el balonmano ha propiciado un desarrollo armónico en los jugadores de los componentes físicos, técnicos y tácticos, tan importante en la adolescencia.
Está comprobada científicamente la efectividad de este método en función de la integralidad del entrenamiento, contribuyendo así al aprovechamiento óptimo de factores de entrenamiento, sin la necesidad de sacrificar ninguno de los componentes de la preparación en beneficio de otro.
La necesidad de una alternativa al entrenamiento tradicional en los deportes colectivos, valorando en su justa medida la concepción analítica, parcelada y alejada de las situaciones específicas y reales de la acción de juego es una realidad.
El balonmano como deporte colectivo tiene su propia estructura de juego, requiriendo una habilidad específica para resolver las situaciones de juego que tiene sus connotaciones condicionales y cognitivas.
El entrenamiento deportivo, en nuestra modalidad colectiva, debe tender a ser más global, con una dimensión más compleja, más próxima a la realidad de juego y a las condiciones de la competición. La acción propia del juego implica dominio y eficacia del movimiento corporal adaptado a las exigencias de las situaciones de juego (esfuerzos y acciones). Por ello, hay que buscar una buena interacción en el desarrollo de los factores físicos, técnicos, tácticos, psicológicos.
Además, debido al elevado ritmo de vida de la sociedad actual en la que los adolescentes se encuentran inmersos en multitud de actividades formativas (informática, música, idiomas, etc...) y recreativas (video juegos, cine, internet, etc...), el entrenador de un equipo de balonmano con jugadores en etapa cadete debe ser consciente de la comprimida disponibilidad temporal de sus pupilos. En este sentido, la utilización de situaciones de entrenamiento integrado va a permitir el requerido aprovechamiento del tiempo dedicado a la conveniente preparación física de los integrantes del equipo.
Esperamos que con este aporte se generen mayores expectativas de cómo debe diseñarse y aplicarse el entrenamiento integral, y aplicarlo al terreno de juego.
Bibliografía
ANTÓN, J., (1994). Balonmano: Metodología y alto rendimiento. Paidotribo. Barcelona.
ANTÓN, J., (2003), Bases del entrenamiento de la táctica (estrategia motriz) en los deportes de cooperación-oposición enfocado a los talentos deportivos: aplicación a balonmano, Talentos deportivos: detección, entrenamiento y gestión, pp. 43-66, Gobierno de Canarias, D.G.D., Las Palmas de Gran Canaria.
ANTÓN, J., (2004), Las grandes variables pedagógicas que determinan la construcción de la enseñanza del balonmano desde una perspectiva relacional y sistémica, Jornadas de Perfeccionamiento: "El entrenamiento en balonmano" Universidad Miguel Hernández (Elche), 4-5 junio 2004.
BANGSBO, J. (1997). Entrenamiento de la condición física en el fútbol. Barcelona, Paidotribo.
BAYER, C. (1988). La enseñanza de los juegos deportivos colectivos. Hispano Europea. Barcelona.
BLAZQUEZ, D. (1986). Iniciación a los deportes de equipo. Martínez Roca. Barcelona.
BRUGGEMANN, D. y ALBRECHT, D. (1993). Entrenamiento moderno del fútbol. Barcelona, Paidotribo.
ESPAR, X. (2002). Relaciones preferenciales en el entrenamiento integrado en balonmano, Rev. Rendimiento Deportivo, Nº3.
HERNANDEZ MORENO, J. (1994). Fundamentos del deporte. Análisis de las estructuras de los juegos deportivos. Inde, Barcelona.
PARLEBAS, P. (1988). Elementos de sociología del deporte. Unisport, Málaga.
TSCHIENE, P. (1996). Influencia de la carga de condición física sobre la perfección de técnica y táctica. I Jornadas sobre entrenamiento de deportes colectivos. I.A.D., Málaga.
VAQUERA, A. (2000). El entrenamiento integrado. Revista Técnica de Baloncesto. CLINIC. AEEB. #50. Red y publicidad, Jorge. Juan, 82-28009, Madrid. Julio 2000 -10p.
WEINECK, E. (1994). Fútbol total. Entrenamiento Físico del Futbolista. Paidotribo. Barcelona.
WEINECK. J. (1991). Biologia do esporte. Manole, São Paulo.
revista
digital · Año 12
· N° 117 | Buenos Aires,
Febrero 2008 |