Análisis actancial de las barras bravas en Chile:
sus actos y comportamientos en el estadio |
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Académico Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Departamento de Educación Física, Deportes y Recreación. Periodista, Sociólogo, Lic. en Literatura Hispánica. |
Jorge Pesce Aguirre jorgepesce@yahoo.es (Chile) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 115 - Diciembre de 2007 |
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Introducción
Sin duda que el fútbol es uno de los deportes de mayor convocatoria en nuestro país. Sin embargo, desde fines de la década de los ochenta y principios de la de los noventa este deporte se vio afectado por la aparición y creación de las denominadas "barras bravas". Éstas estaban fuertemente relacionadas con el contexto social y político que Chile estaba viviendo en esos momentos, además de estar fuertemente inspiradas en las "barras bravas" argentinas, que estaban en pleno crecimiento. Con el tiempo, estos grupos tuvieron mayor presencia en el espectáculo futbolístico nacional, convirtiéndose en un problema social que cada vez tomaba más protagonismo y virulencia, involucrando otros factores como el vandalismo, delincuencia y drogadicción.
Versión criolla de los ya casi extintos "hooligans" ingleses1 su etapa de mayor visiblidad comunicacional, política, social y cultural, la tuvieron a inicios de la década de los noventa. Fue en aquel período en donde se fue gestando un "relato social" en torno a un grupo que demostraba su fanatismo de una manera que escapaba a los cánones vigentes hasta ese momento. Para algunos eran "unos gamberros sin Dios ni Ley"; para otros, la expresión casi ritual del descontento social juvenil, producto de las peculiares características de nuestra transición política. Sin embargo, lo que no puede ser desconocido es que significaron o (significan) una forma peculiar de comunicar identidad, carencias, sueños, triunfos, derrotas, etc. tomando como espacio de expresión un recinto deportivo.
A. Caracterización de los componentes del espectáculo futbolísticoSegún Recasens, los asistentes al estadio pueden ser tipificados de la siguiente manera:
Los espectadores: van a los estadios a disfrutar un partido que, de antemano, promete ser un buen espectáculo deportivo por los antecedentes de los equipos contendientes. Ellos no son necesariamente neutros frente a los equipos, pero no se involucran con los gritos, saltos, sufrimientos o alegrías que el desarrollo del partido produce en las otras dos categorías.
Los hinchas: son aquéllos que se declaran partidarios de uno de los equipos. Estos pueden ser, aunque no necesariamente, socios del club al que apoyan con sus gritos. Entre ellos encontramos distintos grados de compromiso con su equipo, desde una "tibia" adhesión hasta aquellos que se muestran fuertemente involucrados en lo que acontece en la cancha. Son los que saltan gritando: -"¡gooooool!"- a todo pulmón. Como también, cuando se produce una jugada del equipo contrario que pone en peligro al suyo, van siguiendo la jugada con el alma en un hilo y, al producirse el gol, se sienten amargados y desilusionados de su club.
El barrista: se autodefine como la hinchada militante y devota la que apoya con más pasión y con más energía ya que es un compromiso con el juego del fútbol en las glorias y en las penas. (Recasens, 1999)
Podríamos afirmar que en la "cultura de estadio" los dos primeros formaban parte del "sentido común" respecto de lo que debía o no hacerse en el mencionado recinto. Así entonces, con la irrupción de las "barras bravas", éste adquiere una nueva dimensión. Siguiendo a Recasens:
"(...) es el estadio el espacio conquistado por algunos de los jóvenes que se sienten marginados, en una búsqueda por constituirse en pueblo aparte, ya que estiman que no se los deja estar dentro de la sociedad en plenitud. Son simplemente los estadios, en donde se juegan los partidos del fútbol profesional. Han sido demarcados por los barristas como si fuesen verdaderas catedrales del medioevo, en donde el derecho de asilo se encontraría vigente". (Recasens, 1999)
En este recinto en el cual, debido a las ambigüedades de la legislación chilena relacionada con el tema, nadie sabe a ciencia cierta quien tiene la responsabilidad de lo que allí ocurra, es donde se despliega una serie de códigos que dan cuenta de un relato social que mezcla colores, olores, gestualidad, gritos, cánticos, etc.2 En medio de él, sus protagonistas viven y mueren por algo tan abstracto, ¿verdadero o falso?, atrayente, absorbente y vital como lo es un club de fútbol.
B. Aspectos teóricosPara desembrozar esta abigarrada mezcla de elementos, recurriremos a los antecedentes conceptuales y analíticos desarrollados por algunos teóricos de la comunicación. Se trata, pues, de ver este fenómeno desde una perspectiva comunicacional, puesto que, creemos, este enfoque enriquece las tradicionales miradas jurídicas, políticas, sociológicas, etc.
Sin embargo, para delimitar claramente nuestro trabajo debemos esbozar conceptualmente algunos elementos que están en juego en la formulación del tema. Para ello la pregunta pertinente es, creemos: ¿qué rol juega la comunicación en los actos y comportamientos?.
El primer escollo se presenta cuando los conceptos comprometidos se encuentran marcados por una acentuada polisemia. Así entonces desde, por ejemplo, la doctrina cristiano católica se dirá de "acto":
"Los actos se denominan humanos cuando son propios del hombre como hombre; pero, cuando los actos son hechos por el hombre pero no le son propios a él como ser racional, se llaman actos de hombre". (Enciclopedia Católica, Vid bibliografía)
Por otra parte, ocurre algo similar con el concepto de comportamiento. En su acepción más común éste se asocia a "conducta, manera de portarse". Por su parte, Freud "consideró que todo el comportamiento humano estaba motivado por las pulsiones, las cuales no son más que las representaciones neurológicas de las necesidades físicas." (Boeree, Vid bibliografía)
Resulta evidente que para nuestros propósitos esta forma de entender "acto" o "comportamiento" en sus sentidos comunes no nos es útil. Sin embargo, si lo vemos desde una óptica comunicacional podemos entender el concepto de "acto" como "acciones que se realizan cuando se puede elegir" (Grimblatt, 2001). Esto posibilita entender la globalidad de la comunicación y, a su vez, las características de ésta. A la vez, y no desconociendo el aporte de Freud al estudio del comportamiento de manera más científica, ésta es sólo una dimensión de una realidad más compleja. Entonces, para fines de nuestra reflexión, entenderemos "comportamiento" como "las acciones dirigidas por las Estructuras Categoriales Significativas" (ECS), en el sentido planteado por Goldmann, según veremos más adelante. (Vid. Goldmann, 1975)
B.1. Elementos de la comunicaciónPara comenzar nuestro análisis partiremos por consignar los postulados de Jakobson respecto de los elementos de la comunicación. Éstos son:
No obstante, y siguiendo a Grimblatt, desde la genética del mensaje los elementos que primarán para el análisis serán el Emisor, el Receptor y las Referencias Comunes. A la vez, y poniendo la atención en la estructura del mensaje, determinaremos las funciones del mismo del siguiente modo (Jakobson, 1985):
FUNCIÓN ENUNCIATIVA: cuando el emisor cuenta o narra una historia.
FUNCIÓN EXPRESIVA: Cuando el emisor expresa un sentimiento.
FUNCIÓN APELATIVA: Cuando el emisor solicita algo a través del mensaje.
A partir de estos elementos, y otros que irán desarrollándose a lo largo del trabajo, intentaremos dar cuenta del fenómeno de las "barras bravas" desde una perspectiva comunicacional.
Pensamos que dicho análisis corresponde al de un "relato" o "historia" que nos cuentan, desde las graderías de un estadio, un grupo de sujetos que expresan sentimientos y solicitan algo.
C. Estructura de la "historia" de las barras bravasComo toda historia contada, la que desarrollan las "barras bravas" desde el tablón de un estadio tiene una estructura de tres elementos que "se relacionarán entre sí por un sistema de oposiciones: Personas, Acontecimientos y Espacio/Tiempo" (Grimblatt, 2001). A su vez, la relación entre ellos puede ser visualizada bajo el esquema del comportamiento del sujeto desarrollado por Goldmann:
La "Zona Ética" se entiende como aquella en donde el comportamiento del sujeto se encuentra dentro de los códigos y del grupo social en el cual tal sujeto se desenvuelve. Tal caracterización no debe ser confundida con lo "bueno" ya que es lo que podríamos denominar "lo común" a un sujeto o a un grupo. El mismo Goldmann define los elementos que rigen dicha "Zona Ética" como Estructuras Categoriales Significativas (ECS) (equivalentes a lo que Jakobson denomina "Referencias Comunes"), y las define como: "conjunto de conocimientos científicos y empíricos de un grupo social determinado" (Goldmann, 1975). Así entonces, el o los sujetos se moverán entre el vector libidinal y el vector coherente, desplazándose entre la zona hamártica y la zona patológica que constituyen los puntos distintivos de dicho eje. Tal desplazamiento tendrá como motor una "carencia": ya sea material (Marx), de poder (Nietzsche) o de orden sexual o afectiva (Freud). (Vid Grimblatt, 2001)
La importancia de estas distinciones radica en que en la llamada "Zona Ética" no hay comunicación. El o los sujetos deben salirse de ella para ser sujetos de la misma. Para ello deben desplazarse hacia lo hamártico en cualquiera de sus dos extremos: libidinal o coherente. Y siempre dicho desplazamiento estará motivado por una carencia.
En el caso que nos ocupa (las "barras bravas"), podemos graficar lo anterior de la siguiente manera:
Como se ve, y siguiendo la caracterización de Recasens citada con anterioridad, los tres tipos de sujetos ocupan un lugar en el esquema vectorial que nos permitirá discernir al barrista y su "relato" de manera más clara. En el caso del hincha, éste también será sujeto de comunicación, puesto que es hamártico, ya que su comportamiento escapa a las ECS de la zona ética, pero se mueve en las ECS de su propio grupo (todos los demás hinchas que actúan igual que él). Lo importante de la distinción precedente es que nos permite ubicar con claridad al sujeto hamártico que es el motor de la "historia de las barras bravas": el barrista; puesto que es éste el que se sitúa en el extremo del vector de la Coherencia. Y al situarse en dicho extremo motivado por una carencia, plantea un desequilibrio en el sistema, provocando un conflicto lo que da origen a la historia y ésta entra de lleno en la comunicación. Tal como lo plantea Grimblatt:
Sin carencia no hay sujeto hamártico
Sin sujeto hamártico no hay desequilibrio
Sin desequilibrio no hay conflicto
Sin conflicto no hay historia
Sin historia no hay comunicación
D. Esquema semiológico de las "barras bravas"Siguiendo el esquema original planteado por Greimas, el sistema de oposiciones que genera el comportamiento hamártico del o los sujetos que se traslada hacia la zona H, contiene seis elementos:
Sin embargo, según Grimblatt dicho esquema puede ser visualizado del siguiente modo (siguiendo las aportaciones de Anne Ubersfeld y Augusto Boal) (Grimblatt, 2001):
Para efectos de nuestro trabajo, seguiremos este último esquema para explicar la estructura de las personas de la historia de las "barras bravas" :
La anterior descripción da cuenta de la estructura básica de las personas de la historia. Sin embargo, dicha visión es una especie de fotografía, un momento de la acción de los sujetos de desplazarse hacia la zona H para poder constituirse en sujetos de comunicación. Desde un punto de vista dinámico, la historia debe estar constituida de acciones o procesos que le den sentido a lo contado. Es en este punto en donde los acontecimientos deben tener una estructura que nos permita seguir la dinámica de las acciones. Según Greimas, estas acciones están motivadas por las pruebas que debe pasar el sujeto en su búsqueda del objeto.
Éstas son:
Prueba inicial
Prueba calificadora
Prueba glorificadora
En lo que se refiere a las "barras bravas", este proceso es claro. Cada una de las pruebas han tenido que ser sorteadas por los barristas para constituirse en lo que son: sujetos de comunicación.
En el caso de la "Prueba inicial", Recasens da cuenta de lo que los propios barristas han vivido como como tal. En el caso de "Los de Abajo" ésta nació a partir de una escisión de la barra oficial, a la que consideraban demasiado institucional. Esto les costó perder ciertas granjerías que los dirigentes les otorgaban (entrada liberada, transporte, etc.). No obstante, se organizaron en un pequeño grupo que se ubicó en la parte inferior del sector en donde se ubicaba la barra oficial (de ahí su nombre "Los de Abajo"). (Vid. Recasens, 1999)
En lo que se refiere a la "Prueba calificadora", ésta se materializó en la especial forma de alentar al equipo que hizo gala dicho grupo escindido. Su presencia bullanguera en las gradas, alentando constantemente al equipo, con una forma propia de cantos y gritos (que trascendían con mucho lo meramente deportivo), etc. hizo que poco a poco la barra oficial se desperfilara y, finalmente, desapareciera del imaginario de los seguidores del club Universidad de Chile. (Vid. Recasens, 1999)
- . (Vid. Cayuqueo et alt., 2006)
Finalmente, la prueba glorificadora tuvo su punto máximo cuando el propio presidente del club en ese entonces (1992), el Dr. René Orozco, la reconoce como la única barra oficial del club
No obstante, dicha secuencia no determina la extinción de la historia. En el caso de las "barras bravas" podríamos afirmar que en el punto de la prueba glorificadora y el papel que cumplió en ella el Dr. Orozco, sólo dio inicio a un nuevo ciclo actancial en donde otros personajes entraron a tallar. Lo anterior en la lógica planteada por Grimblatt quien afirma que pasada la prueba glorificadora y conquistado el objeto, la historia se acaba. (Vid Grimblatt, 2001)
En este caso solo se dio inicio a una nueva secuencia actancial en donde los barristas debieron manifestar cíclicamente su tendencia hamártica hacia la Coherencia.
E. Desglose y explicación del esquema actancial de las "barras bravas"Según lo expuesto en nuestro modelo actancial para mostrar el funcionamiento de las "barras bravas", los componentes del mismo pueden ser relacionados y explicados de la siguiente manera:
La Carencia: la definimos como afectiva, material y potencial ya que como los propios barristas expresan:
Afectiva: "-En la barra de Los de Abajo se cumple un deseo de hermandad; se salta, se canta y se abraza uno con quien no conoce y se comparte una alegría, un sentimiento, una entrega. Estoy aquí, me reconocen y yo los reconozco, me siento seguro entre ellos, puedo expresar mis emociones, no hay vergüenza ni tampoco represión." (Recasens, 1999)
Material: "Ellos se ven compulsados a la construcción de una identidad cultural que sea un reflejo de lo que han llegado a estimar como lo más significativo y que, además, es construcción de sentido, en ausencia de una orientación social y cultural que les abra el mundo a otras posibilidades, y una estructura social y económica que les permita acceder a ellas". (Recasens, 1999)
Potencial: "Yo lo siento muy fuerte. Hay una entrega total. Es la edad en la que uno busca jugársela por algo, como joven. Y el partido, la "barra", nos abre un camino viable para eso. Todos se sienten bien porque tienen un lugar en el que se les deja hacer lo que quieran. Pero más que nada, ser partícipes de algo que los motiva, que los llena de emoción; y nadie critica a nadie. Nadie siente vergüenza de expresar sus sentimientos." (Recasens,1999)
Los Beneficiarios: Los definimos como los jóvenes marginados y el club. La fundamentación también la encontramos en la voz de los propios barristas:
Los jóvenes marginados: "No hay caminos para los jóvenes. Hay un odio grande. Yo siento que me falta espacio. Me gustaría que hubiese más libertad, más espacio para hacer cosas. Yo veo que no funcionan las comunas. No existen para nosotros. Por eso estoy estudiando, para salir adelante. Pero tengo tantos amigos con los que "no pasa nada", que no tienen oportunidades y nunca se las van a dar. El vivir una "barra" es vivir una hermandad. Yo no estoy toda la semana con ellos. Pero sé que ahí, en el estadio, vamos a vivir juntos algo supremo. Uno al lado del otro. Ese espacio ganado en el estadio es más importante que el equipo mismo." (Recasens, 1999)
El club: "(...) yo ya era "azul" de corazón. Desde ese momento comenzó un camino al lado de la "U" que solo terminará con la muerte (...) pero no era solo la "barra" lo que me unía al resto, era el equipo, nuestros ídolos eran los jugadores. Después vino la derrota con Cobresal, y el descenso a segunda división. Lloré como niño, pero junto a otros amigos juramos seguir siendo "azules" para siempre." (Recasens,1999)
Sujeto hamártico: Este es la "barra brava", puesto que su desplazamiento en el vector de la Coherencia lo sitúa plenamente en ella. Esto significa que construye sus propias ECS las que desplazan a las ECS más globales (por ejemplo, las que componen el relato más antiguo que habla del estadio como "un recinto familiar", "donde había alegría y no violencia", donde solo existían espectadores e hinchas, etc.). Dicho de otra manera, la constitución en el eje de la Coherencia de sus propias ECS los convierte en un grupo que se desvincula de las ECS del contexto global, generando sus propios valores, normas, sociabilidades, etc. Quien no respete estas ECS, a su vez, se convertirá en sujeto hamártico respecto del grupo "barra brava". (Vid. Grimblatt, 1999)
Objeto: Empoderamiento social. Lo nominamos con un concepto algo técnico porque creemos que da cuenta, resume y da sentido a las carencias y beneficiarios mencionados. En el citado estudio de Recasens se percibe claramente la mención a este "objeto deseado":
"En nuestro país, se habló de superar la etapa de la dictadura militar con la instauración de la democracia. Se ha avanzado en muchos aspectos. Menos en la reconstrucción del conglomerado civil, del tejido social que refuerza y da vigencia real al ciudadano. Y para que esto sea viable, la base social debe poseer relaciones vinculantes que generen, protejan y defiendan los principios que definen su participación integral (social, cultural, política y económica). Y estas relaciones vinculantes entre las personas, entre las personas y las instituciones, y entre instituciones de diversa índole, es lo que se denomina "tejido social" o "malla social". (Recasens, 1999)
Ayudantes: Los medios de comunicación y los dirigentes deportivos. Los nombramos ya que creemos que conforman una díada mutuamente dependiente. A ambos les son funcionales estos jóvenes que ayudan a que el espectáculo deportivo sea cada vez más impactante. Respecto de los medios de comunicación, afirma Recasens: "Los medios de comunicación de masas, en general, tienen el propósito de estimular la atención del público, al provocar la discusión apasionada entre personas interesadas acerca del futuro partido a disputarse. Es sin duda uno de los objetivos de la publicidad que se hace de éste." (Recasens, 1999). El interés que muestran los medios antes, durante y después de los partidos está claramente direccionado a resaltar lo hamártico de la actuación de una parte de los sujetos que lo presenciaron (las "barras bravas"), generando con esto expectación, interés y por supuesto, mayores ventas. Muchas veces ocurrió (ahora menos) que la noticia no era el resultado del match sino que los desórdenes que protagonizaban dichos bariistas. Como afirma un barrista:
"-La prensa y la televisión le "ponen mucho" [exageran]-. Pasan "subiendo la noticia", preparan los ánimos "para la guerra", y la gente llega a los estadios ya exaltada, dispuesta a cualquier cosa. Pero sólo destacan lo negativo, nunca lo positivo" (Recasens, 1999).
Paradojalmente, este acccionar de los medios es funcional a las expectativas de los propios barristas, pues éstos saben que sin éstos su "historia" no la conocería nadie.
En el caso de los dirigentes de los clubes, podemos considerarlos ayudantes puesto que dichos barristas son funcionales a la necesidad de visibilidad pública de la institución, a las disputas internas o a lo que ellos entienden como "identidad del club". Es sabida la relación subterránea que muchas veces se da entre los líderes de estas barras y los dirigentes, los cuales les entregan dinero para los lienzos, transporte, entradas gratuitas, etc. Según un informe solicitado por el juez Sergio Muñoz, sobre algunos hechos de violencia ocurridos en un partido del 31 de agosto de 2003, entre Colo-Colo y Universidad de Chile:
"(...) los servicios encargados de hacer cumplir la normativa legal vigente, autoridades y dirigentes deportivos, tienen una política de dejar hacer. Es decir, que la gente destruya e incite a la violencia al interior de estos recintos". (Vid. www.cooperativa.cl, en bibliografía)
Por otra parte cabe resaltar que este hecho (el apoyo de los dirigentes a las barras) es reconocido explícitamente por los propios dirigentes nacionales de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, ANFP:
"Bauzá (Vicepresidente de la ANFP) señaló que "los clubes deben dar cero respaldo a las barras bravas. La violencia en los estadios es un problema institucional debido a que son las mismas instituciones las que entregan benficios a sus hinchas". En ese sentido, el directivo acusó a los clubes de posibilitar que los agresores en los recintos formen parte de su staff o los tengan como empleados, agregando que, además, "son transportados a provincia y le dan entradas para que las vendan y se queden con el dinero". (www.chile.com, Vid bibliografía)
Cabe destacar que, hasta el momento no hemos hecho mención al papel que cumple la violencia en la historia de las "barras bravas", ya que este aspecto lo trataremos de manera detallada más adelante. Sin embargo, es este rasgo del accionar de las barras el que genera la mayor fricción entre las ECS globales y las que se gestan y operan al interior de las "barras bravas". Sin este aspecto la relación de ayudantes de los dirigentes y los medios de comunicación sería, quizás, más fluida y adquiriría otras dimensiones.
Opositor: Situamos en esta ámbito a los medios de comunicación y a la policía. En el caso de los primeros creemos que se da con claridad aquello afirma Grimblatt:
"(...) cuando el sujeto hamártico obtiene el objeto, los ayudantes se desplazan a la zona opositora y, luego, se produce la desaparición del sujeto hamártico" (Grimblatt, 2001)
Cremos que es lo que ha ocurrido con los medios de comunicación. En un primer momento estos jóvenes que irrumpen (violentamente) en los estadios son sujetos de comunicación y los medios sacan provecho de ello. Sin embargo, cuando dicha violencia comienza a ser percibida como disruptiva respecto a las ECS globales de las cuales los medios forman parte, son los primeros en estigmatizar, argumentar y en articular un discurso que "pide sanciones"; "mano dura", "aplicación de la ley", etc. Por ejemplo, un artículo de un diario de provincia se hace eco de esta nueva actitud:
"Nuestra preocupación va más allá de lo deportivo. Es un secreto a voces que ha surgido creciente inquietud en el vecindario del estadio ante la eminente visita de "las barras bravas" que donde llegan dejan su huella de violencia y destrucción. Sobre este punto las autoridades y las fuerzas de orden tienen por delante una gran tarea, pero también los dirigentes de nuestro club que deberán demandar de su hinchada conductas civilizadas y no ceder por ningún motivo ante quienes confunden el deporte con un campo de guerra. Pero sobre este punto no cabe sino confiar que habrá anticipación inteligente y firme para evitar que la alegría de ver a Ñublense compitiendo entre los grandes nos lleve a vernos enredados entre los bárbaros que siembran el terror en los estadios y en sus entornos". (www.ladiscusión.cl, Vid bibliografía)
En el caso de la policía, ésta representa para el barrista todo lo que impide la consecución del objeto deseado. La policía sería la encargada de hacer operantes (aun por la fuerza) las ECS globales que se oponen a las que tratan de imponer (también por la violencia) los miembros de las "barras bravas". Ésta sería la encargada de llevar a la práctica, en un primer paso, toda la legalidad que intenta impedir la actuación del colectivo barrero. Afirma el citado informe del juez Múñoz:
"Las barras bravas deben ser intervenidas y suspendidas hasta que no sean reestructuradas totalmente a través de cursos para monitores en los que se les instruya, entre otras cosas, sobre los reglamentos de la FIFA, la ANFP y la Ley de Violencia en los Estadios". (www.cooperativa.cl, Vid bibliografía)
Por boca de los mismos barristas (citado por Recasens) puede vislumbrarse la percepción de opositores que tienen, en este caso los Carabineros (policía chilena), en su relación con la actuación de las barras en los estadios.
"-Varias veces me tocó ver a las dos "barras", a La Garra Blanca y a Los de Abajo, tirándose piedras en la calle, a la salida del estadio. Y cuando llegaban los carabineros, dejaban de pelear entre ellos y les tiraban las piedras a los "pacos"-".
F. Otros códigos utilizados por las "barras bravas"Dijimos en algún momento que las "barras bravas" son un abigarrado conjunto de códigos (colores, formas, gestualidad, violencia, cánticos, etc.) que las configura como un relato especial dentro de un recinto específico llamado estadio. Dichos códigos, aun cuando no tienen la relevancia práctica y cultural del lenguaje articulado, sí pueden configurar una forma de comunicación que, en el caso de las "barras bravas" adquieren especial sentido. (Para este punto, Vid. Grimblatt, 2001)
Cánticos y gestualidad: en este caso las barras tienen un "corazón" que les marca lo que hay que hacer o no: se trata del "Bombo", descrito así en el estudio de Recasens:
"El Bombo es un símbolo importante para las barras. Mucho más que sus banderas y lienzos. El Bombo es el que ubica a los barristas sobre lo que hay que hacer durante el desarrollo de un partido. Sin él no hay coordinación, pues con él se ordenan las acciones: cuándo comenzar los cantos y gritos, cuándo cambiar de canto, cuándo saltar". (Recasens, 1999)
Violencia: Esta es uno de los elementos estigmatizadores por excelencia del accionar de las "barras bravas". Sin embargo, en el marco de sus ECS ésta ocupa un lugar de privilegio. Es la forma de marcar presencia, de oponerse al sistema, de lograr identidad. Esta, a su vez, tiene diversas formas de representarse. Puede ser mediante los cánticos, la gestualidad o la agresión llevada a su límite. En el caso de los cánticos ponemos el siguiente ejemplo:
"-Nunca más Los de Abajo / a esos "huevones" perdonarán. / Ellos querían pelea / y con pelea se van a encontrar-". (Recasens, 1999)
A nivel de discurso encontramos otras argumentaciones para el caso de la violencia y que tiene mucho que ver, a nuestro juicio, con lo esbozado en nuestro esquema actancial de las "barras bravas":
"-Cuando perdimos con la U. Católica en el Santa Laura, ¡Putas! Pobres autos. Pero ir en un Mercedes Benz al estadio es como ir a provocar. Los huevones saltaban arriba de los autos y sacaban los capós dejándolos con el motor al aire. Tiraban piedras grandes a los parabrisas. Eso no es irracional, eso es propio de una angustia por el resultado adverso. Y eso es así y punto. Yo creo que no copiamos nada de afuera-". (Recasens, 1999)
Colores: En el caso de las dos "barras bravas" más importantes de nuestro país ("Los de Abajo" y la "Garra Blanca"), los colores son por antonomasia la plasmación de la identidad y el fanatismo. Como afirma Recasens, respecto de Los de Abajo: "(...) hablan del "lazo azul" que ata a la "familia azul" (color que distingue al club de la Universidad de Chile del resto y que usa en sus camisetas, banderas y otros símbolos)". En el caso de la "Garra Blanca" es el "albo" o "blanco".
G. El tiempo y el espacio en el estadioEs importante recordar, siguiendo a Grimblatt, que las personas y los acontecimientos se desenvuelven en el espacio y en el tiempo. Para ambos distingue tres momentos en su estructura: T1, T2 y T3 para el Tiempo, y E1, E2 y E3 para el Espacio. (Vid. Grimblatt, 2001)
El Tiempo
T1: "Es el segmento del tiempo que transcurre mientras el receptor toma conocimiento del mensaje". En este tiempo caben, a nuestro parecer, los hechos, cánticos, peleas, etc. que ocurren desde antes, durante y después del partido.
T2: "Es el segmento de tiempo durante el cual transcurre la historia". En nuestro caso éste será la duración del partido, es decir, 90 minutos.
T3: "Es el segmento de tiempo durante el cual transcurren los acontecimientos que son narrados por las personas de la historia." Aquí se articulan las narraciones hechas por los propios asistentes al estadio, los comentaristas deportivos, los relatores, la noticia en el periódico o la nota en el noticiario de televisión.
El Espacio
E1: "Es el espacio en el que el emisor cuenta la historia". En nuestro caso éste será el estadio.
E2: "Es el espacio en el cual transcurre la historia". Aquí podemos considerar otros espacios que forman parte de la historia en la cual están insertas las "barras bravas". Por ejemplo; las calles aledañas al estadio, otros estadios, las poblaciones en las que viven los barristas, la comisaría, etc.
E3: "Es el espacio o los espacios donde transcurren los acontecimientos que son narrados por las personas de la historia". En esta caso podemos considerar las redacciones de los periódicos y/o la televisión, el café en donde se comentan las incidencias del partido o lo ocurrido en su entorno, etc.
ConclusionesA partir de lo argumentado creemos poder esbozar una reflexión en torno a la cuestión que dio origen a este escrito: los actos y comportamientos a la luz de un enfoque comunicacional. Para ello hemos tomado el caso de las "Barrras Bravas" y hemos analizado, a la luz de los conceptos propios de la comunicación, el rol que ésta cumple en relación a este grupo de sujetos que se instala en el vector de la Coherencia.
Si aplicamos la acepción de "acto", tomada de Grimblatt, con la cual fundamentamos nuestra argumentación ("acciones que se realizan cuando se puede elegir"), entonces podemos afirmar que, en el caso de las "barras bravas", el "acto" se enmarca en una serie de opciones que configuran la historia de dicho conjunto de sujetos hamárticos. Dicha historia está compuesta, como vimos, por una serie de códigos que el barrista pone en juego en acciones que configuran un acto comunicativo. Por otra parte, dichas acciones tienen una estructura que, vistas desde una perspectiva vectorial o actancial, muestran claramente la imperiosa necesidad de "contar" que tiene el ser humano. Cabe, pues, en este punto reafirmar aquello de que la comunicación genera "actos".
Creemos que emerge una complejidad mayor al analizar el "comportamiento" desde una perspectiva comunicacional. Sobre todo por lo provocador que resulta lo afirmado por el Grimblatt en cuanto a que "la comunicación no cambia comportamientos". Pensamos haber, finalmente, comprendido dicho aserto después de realizar nuestro análisis de las "barras bravas".
Creemos que el concepto fundante de dicho entendimiento es el de Estructuras Categoriales Significativas, entendidas éstas como el "conjunto de conocimientos científicos y empíricos de un grupo social determinado" (Goldmann, 1975). Tal como vimos, entonces, podemos imaginar la irrupción de las "barras bravas" como una estrategia de configuración de unas nuevas ECS que las transforme en lo que Goldmann llama "transindividuo". Este afirma:
"(...) en el momento en que aparece la comunicación, se transforma la naturaleza de lo que yo llamo sujeto: en lugar del sujeto individual podemos ver entonces el sujeto transindividual, en el que la subjetividad es solamente un elemento interno" (Baltimore. Vid bibliografía).
En palabras de Grimblatt:
"El 'transindividuo' es la zona donde se intersectan los rasgos comunes de una comunidad" (Grimblatt, 2001)
Así entonces, las "barras bravas" se transforman en una estructura transindividual, por lo tanto portadora de sus propias ECS, las que entran en pugna con las del resto de las estructuras, sean éstas macro-regionales, regionales, micro-regionales o de clase (Vid. Grimblatt, 2001). Este rasgo no diferiría mucho de lo que ha sido la Historia del Hombre3.
Constituida la "barra brava" en un sujeto transindividual (y la historia de su evolución en Chile y otros países así lo prueba), se instala como un relato permanente en el universo de todos los otros relatos que constituyen las ECS más globales. Y allí ya no es posible cambiar el comportamiento de dichas barras. Sólo queda la posibilidad que se instale un nuevo sistema de acontecimientos que volverá a repetir la misma estructura una y otra vez4. Todo esto genera siempre una situación de desequilibrio, lo que permite el reinicio de la historia, pues como afirma Grimblatt :
"La situación de equilibrio se parece a la no comunicación, pues mientras no se produzca una situación de oposición entre los actantes, no hay historia" (Grimblatt, 2001).
Notas
Estos hinchas agresivos, seguidores de un equipo en concreto, suelen enfrentarse a menudo con los hooligans del equipo contrario durante el encuentro. La tensión aumenta durante los llamados clásicos o derbys, que son encuentros entre equipos de la misma ciudad, o equipos con una gran competencia histórica. A su vez, origen del término hooligan es incierto, pero se cree que apareció en un informe de la policía de Londres que data del 1898. Otra de las teorías que explican el origen de la palabra argumenta que el nombre viene de un gamberro irlandés que vivía en Londres, de apellido Hooligan. (Vid. http://es.wikipedia.org/wiki/Hooligan_(ultra))
El estadio entendido como un espacio de "impunidad" fue particularmente evidente en la primera época de las "barras bravas" (década de los 90). Con el tiempo y con la promulgación de la Ley de Violencia en los Estadios, se fueron perfilando de mejor manera los responsables de dichos recintos en cuanto a seguridad. No obstante, aun persisten ambigüedades y contrasentidos. (Para este punto ver Nº 12 en bibliografía).
En este sentido puede entenderse lo expresado por Grimblatt: "Esta dicotomía entre un sector que presiona por modificar la estructura y un sector que lucha por mantenerla, sean cuales sean las causas y las consecuencias de ambos casos, funciona como motor de la Historia y como motor de historias, de manera que todo sector hamártico, cuando logra imponer su propio comportamiento, se transforma en sujeto ético. Estructurándose a la vez un nuevo sector hamártico que llegará a su tiempo a ser ético". (Grimblatt, 2001)
Es lo que se está vislumbrando entre los componentes de las "barras bravas" en cuanto a las diferencias que se están produciendo entre los barristas más jóvenes y los líderes más antiguos. Los primeros han ampliado su perímetro de acción fuera del estadio (las poblaciones, por ejemplo); han ido adquiriendo rasgos cada vez más delincuenciales y son más violentos.
BibliografíaLibros
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(En línea) http://www.cooperativa.cl/p4noticias/ Jueves 4 de diciembre de 2003. Fecha de consulta: 23 de julio de 2007.Diario La Discusión: "Ñublense: Lo que viene".
(En línea) http://www.diarioladiscusion.cl/diario/ Domingo 12 de noviembre de 2006. Fecha de consulta: 22 de junio 2007.Enciclopedia Católica. http://www.enciclopediacatolica.com/a/actoshum.htm (En línea). Fecha de consulta: 17 de julio de 2007.
"Preguntas y respuestas en Baltimore en la exposición de Goldmann".
Disponible en: http://www.con-versiones.com/nota0448.htm Consulta: 29 de julio 2007.Recasens, Andrés. (1999). Las Barras Bravas. Facultad Ciencias Sociales, Universidad de Chile.
Disponible en: http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/biblioteca/docs/libros/barras.pdf Fecha de consulta: 20 de julio de 2007.
revista
digital · Año 12
· N° 115 | Buenos Aires,
Diciembre 2007 |