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Análisis de la táctica grupal ofensiva de los
equipos participantes en el campeonato
mundial de fútbol de Alemania 2006

   
Licenciado CC. Actividad Física y el Deporte.
Master en Alto Rendimiento Deportivo COE - UAM.
Entrenador Nacional de Fútbol.
 
 
Rubén López Bueno
rlopezbu@yahoo.es
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
     La gran repercusión social que tiene el fútbol, que es el deporte objeto de análisis, no podía dejar indiferente al ámbito científico, así que el número de estudios existentes sobre fútbol provenientes de distintos campos (médico, psicológico, social, técnico etc.) es muy extenso. Nuestro trabajo pretende analizar el juego desde su propia esencia, que no es otra que la táctica, y, además, pretende hacerlo con un enfoque comprensivo, tratando de interpretar de una manera razonable los datos obtenidos de las observaciones de los partidos.
    Palabras clave: Fútbol. Táctica grupal ofensiva. Análisis del juego.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 114 - Noviembre de 2007

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Introducción

    El entrenamiento de fútbol, como cualquier otro deporte, requiere de una valoración y evaluación continuada.

    La necesidad de mantener un control y un seguimiento del rendimiento deportivo en los deportes colectivos ha sido remarcada por multitud de autores (González Badillo y Gorostiaga, 2004; Sánchez y Álvaro, 2004; Masach, 2006; Izquierdo y Echeverría, 2004; Navarro, 2004).

    Garganta (2003) propone, como alternativa a la observación casual y subjetiva, el empleo de la observación sistemática y objetiva, que, según el mismo, permite recoger un número significativo de datos acerca del juego, normalmente mediante sistemas computerizados. Siguiendo a Garganta, convendría tener presente que el fútbol funciona, a veces, como una fuente inagotable de generar datos, con lo que no deberíamos caer en el error de inundar los estudios con datos y ninguna apreciación científica. Se pretende crear una herramienta de análisis sencilla que nos permita recoger los datos e interpretarlos a modo de información para el entrenador y para el juego.

    El análisis del juego sería, como pretendemos, un argumento para modelar el entrenamiento de nuestro equipo. Hasta ahora, ha sido un medio para acceder a los conocimientos del juego (Mombaerts, 2000).

    A nivel general, la incidencia de los aspectos tácticos en los juegos y el deporte ha sido puesta de manifiesto por autores como Mahlo (1986) y Teodorescu (1977) entre otros. Todos los autores revisados consideran, al menos en teoría, que, en grados diversos y según diferentes modalidades, los aspectos estratégicos y tácticos ocupan un lugar destacado en las actividades deportivas, y muy importante en los deportes de equipo.

    A nivel particular, la táctica representa un aspecto del juego que, diversos autores, no han dudado en subrayar como de altísima relevancia de cara al rendimiento de un equipo de fútbol. Según Bauer (1994) "a la táctica le corresponde el papel más esencial para el rendimiento y el éxito en la competición", y de nuevo Bauer y Ueberle (1988) resaltan el papel fundamental de la táctica cuando afirman que, en los equipos de fútbol, "la táctica se trata de desarrollar como componente decisivo para el rendimiento".

    La justificación de la elección del objeto de estudio del trabajo tiene que ver con la incidencia que el factor táctico tiene en el rendimiento de un deporte como el fútbol. Esto hace que sea relevante analizar este factor en relación con el éxito en la alta competición por parte de equipos profesionales y selecciones nacionales. Así lo han entendido numerosos autores que han hecho del estudio de la táctica grupal y colectiva una de sus líneas de investigación principales en el estudio del rendimiento de los equipos de fútbol de máximo nivel participantes en campeonatos del mundo, campeonatos continentales, campeonatos continentales de clubes y las principales ligas profesionales (Wrzos, 1981; Castillo Peinado et al., 1999).

    Los objetivos del estudio son los siguientes:

  • Analizar el comportamiento táctico grupal ofensivo de las mejores selecciones de fútbol en el último campeonato mundial de fútbol de Alemania 2006.

  • Seleccionar y describir el comportamiento de las variables más relevantes para detectar los comportamientos tácticos grupales ofensivos en el fútbol.

  • Diseñar una herramienta válida para analizar el comportamiento táctico grupal ofensivo de equipos de fútbol.

  • Hacer uso de la información obtenida de los equipos para su aplicación al diseño de entrenamientos.


Método

Diseño, muestra y herramientas de medición

    El diseño de esta investigación es el de un estudio descriptivo de carácter observacional que, atendiendo a las aportaciones de Anguera (1988), está caracterizado por los siguientes rasgos:

  • La técnica utilizada ha sido un registro de sucesos para datos de evento. Identificábamos los diferentes ítems para cada una de las 175 acciones evaluadas.

  • La observación ha sido sistematizada, directa y de laboratorio, puesto que todos los aspectos a observar estaban previamente categorizados y se podían percibir directamente por el canal sensorial visual.

  • Se trata de una observación no participante ya que se hace lo posible para que la recogida de datos carezca de juicios de valor e influya la objetividad. Esto se ha hecho categorizando lo mejor posible los ítems y realizando una prueba piloto a modo de entrenamiento previo.

    El universo de estudio lo forman los 64 partidos jugados en la última edición de la Copa del Mundo de Fútbol, celebrada en los meses de Junio y Julio de 2006 en Alemania.

    Las características que distinguen a estas selecciones conformadas por jugadores profesionales son, preferentemente, una gran capacidad de desarrollo de todos los factores que influyen en el rendimiento deportivo (físico, psicológico, técnico, táctico etc.). Se trata de jugadores varones con una edad comprendida entre 18 y 37 años.

    La muestra de este trabajo está constituida por 10 partidos correspondientes a selecciones clasificadas para la segunda fase del Mundial de Alemania 2006. Se han analizado un total de 175 acciones de ataque extraídas de 10 partidos en los que participan hasta 11 selecciones diferentes, aunque, como es evidente, países finalistas como Italia o Francia participan más en la muestra al jugar un mayor número de partidos. Todas las acciones corresponden a selecciones clasificadas, como mínimo, para los octavos de final del Campeonato del Mundo de Fútbol de Alemania 2006. Incluye los siguientes partidos:

    Puesto que no nos era posible acceder al visionado de todos los partidos, se ha tomado una muestra incidental (Gutiérrez y Oña, 2005) de 10 partidos sobre 64 posibles.

    La tendencia de la distribución de la muestra analizada es no normal, y la media de las acciones ofensivas registradas es de 17,5. Para la media, se han hallado valores de 17,5 +/- 9,88 para un intervalo de confianza del 95%, es decir, que tenemos una certeza de que, en el 95% del los partidos del mundial, este intervalo contiene la media de la población estudiada.

    Puesto que no teníamos la posibilidad de visionar los partidos en el mismo campo de juego, utilizamos las grabaciones de diferentes canales de televisión de los partidos del Campeonato del Mundo de Fútbol de Alemania 2006. Se trata de una forma de obtener información asequible y válida para la información que pretendíamos recoger.

    Para el desarrollo de nuestro trabajo hemos necesitado de dos tipos de instrumental diferentes:

  • Instrumental de reproducción de imágenes de vídeo: consistente en 1 DVD grabador - reproductor (DVD Philips LCD).

  • Instrumental de registro de los aspectos a observar: consistente en una hoja de registro para cada una de las acciones ofensivas observadas (a continuación se presenta un modelo de esta planilla).


    A través de nuestra planilla de observación registramos y analizamos aquellas acciones ofensivas que finalizan con un remate a portería en el interior del área de definición. Es necesario precisar que este tipo de acciones no se registra si la acción ofensiva no termina con un remate o un tiro dentro del área (fuera, desviado o parado por el portero). No se tienen en cuenta las jugadas que finalicen con intentos de remate o jugadas que finalicen sin remate por muy "peligrosas" que nos parezcan.

    Contabilizamos las acciones que acaban en penalti como acciones ofensivas exitosas.

    No son registradas las jugadas que acaban en remate o tiro y que son anuladas por el árbitro al haberse cometido alguna infracción al reglamento previamente al remate.

    A continuación pasamos a describir los ítems de observación incluidas en la planilla:

  • Zona de la recuperación del balón (ZRB)
        Basada en la planilla de división del campo de fútbol en franjas de Lago Peñas y cols. (2005).


  • Dorsal del jugador que recupera el balón (DRB).

  • Número de jugadores en línea o por delante del balón en el momento de la recuperación (NJR).

  • Tipo de repliegue defensivo en el momento de recuperación del balón (RD).

  • Tipo de basculación en el momento de recuperar el balón (BASCR).

  • Tipo de acción defensiva que permite recuperar el balón (ADR).

  • Tipo de ataque (TA).

  • Número de jugadores que intervienen en el ataque (JATAQ).

  • Velocidad de juego (tiempo que se tarda en finalizar la jugada de ataque) (VJ).

  • Profundidad/progresión del ataque (PATAQ).

  • Zona de progresión principal (ZPP).

  • Amplitud (AMPL).

  • Zona de finalización (ZF).

  • Dorsal que finaliza (DF).

  • Resultado de la acción (RACC).

  • Tipo de finalización (TF).

  • Control previo del jugador que remata (CP).

  • Rechace - rebote (involuntario con remate inmediatamente posterior) (RECH).

    Se anota la existencia de un remate inmediatamente posterior al primer remate, siempre y cuando el número de pases entre el primer remate y el segundo no sea superior a dos, y se registra la zona (ZRECH), el dorsal (DRECH), el tipo de finalización (TFRECH), la existencia o no de control previo (CPRECH) y el resultado de la acción (RACRECH).


Interpretación de los resultados

    Dada la amplitud de contenidos relativos a este apartado, nos centraremos, exclusivamente, en señalar aquellas cuestiones que se han mostrado como más relevantes en relación con la táctica grupal ofensiva.

    Los fallos no forzados (FNF) y las anticipaciones defensivas (ANT) representan la causa del mayor número de recuperación de balones, un 28 % y un 30,28% respectivamente. Ambos suman más de la mitad del total de los robos de balón y tienen más que ver con fallos en la ejecución y aciertos (anticipación del rival) individuales que con una acción colectiva del equipo defensor. También los desvíos de un balón a saque de banda o a saque de corner suponen un buen porcentaje del total de maneras de recuperar un balón que finaliza en ocasión de gol (16,57%).

    Solo en 26 de las 175 acciones registradas, el robo de balón se produce como consecuencia de una acción coordinada entre dos o más jugadores del equipo defensor, siendo el pressing grupal la modalidad más utilizada por los equipos (20), sobre todo si lo comparamos con el pressing colectivo (6).

    Las infracciones del reglamento (INF) o el saque inicial (SI) son otras vías de recuperar el balón antes de un ataque con éxito, aunque mucho menos frecuentes.

    Diferentes autores han analizado el origen de las jugadas que acaban en gol en el fútbol. Algunos autores realizan la distinción en función de si la disposición previa a la consecución del gol es a balón parado o en jugada (Ramos Mondejar et al., 2004). Los valores medios obtenidos por estos autores en las Copas del Mundo de EEUU en 1994 y Francia en 1998, nos muestran valores del 14 % para los goles conseguidos a través de acción a balón parado y el 86% en goles a través de jugada. Los datos obtenidos en nuestro trabajo otorgan más importancia a las acciones a balón parado que en estos estudios (25,14 %), lo que sugiere una creciente importancia de este tipo de acciones como forma de desencadenar ocasiones de gol.

    La mayoría de las acciones previas a la recuperación del balón presenta un mínimo de 4 hombres y un máximo de 10, incluido el portero. En este rango que va de los 4 hasta los 10 hombres se hallan un 82,83 % de los casos. Si precisamos aún más, las acciones defensivas que utilizaron entre 5 y 7 hombres inclusive representan hasta un 46,85 % del total de las acciones analizadas. En todo caso, los parámetros de eficacia en la defensa y en el robo del balón dependerán de las características de cada jugada, no creyendo conveniente aportar ningún valor standard en relación con el número de hombres óptimos para defender situaciones de ataque.

    Los ataques de tipo elaborado (ELCOR y ELLARG) son los más frecuentes para desarrollar ataques que desembocan en acciones ofensivas exitosas. La suma de ambos tipos de ataques representa un 43,42% del total de las acciones registradas. De los dos tipos de ataques elaborados, el más usado es el elaborado corto (ELCOR) con un 23,42%. Los contraataques organizados (CORG) con un 19,42% también son un recurso bastante utilizado en las acciones analizadas. Junto con las otras modalidades (CDIR y CDI) los contraataques conforman un 25,7% del total. Por último, los estilos de juego más directos (DIR, RECH, AI) suman un 30,88 % de los ataques registrados.

    Estos resultados difieren de los encontrados por Castelo (1999), quien presenta resultados de estudios propios donde un 42 % de acciones que acaban en gol se efectúan a partir de ataques rápidos, el equivalente a ataques elaborados cortos (ELCOR) en nuestro trabajo. La diferencia percentual es de un 18,58% más a favor del estudio de Castelo en el apartado de ataques posicionales rápidos. La diferencia, que resulta bastante significativa, podría tener que ver con el tipo de muestra escogida, con la diferencia en el resultado de las seleccionadas (gol frente a oportunidad) o con diferencias en la categorización de los respectivos conceptos. Precisamente, la definición y categorización de las variables referidas a los estilos de juego es uno de los mayores problemas existentes en la comparación de los estudios revisados en la literatura. Las diferencias entre estudios radican en las definiciones de los aspectos a observar, algo que se hace con el fin de clasificar una acción ofensiva como directa, elaborada o de contraataque.

    En cuanto a la variable referida al número de jugadores que intervienen en las acciones ofensivas exitosas, hay que señalar que, en la mayoría de las ocasiones, entre dos y cinco jugadores participan en la ejecución de la jugada. Otro dato relevante lo representa el intervalo mayoritario entre 2 y 6 jugadores que se ubican en la zona de definición en el momento en el que su equipo realiza el remate.

    Estos datos son similares a los encontrados por Castelo (1999) en los campeonatos del Mundo y de Europa en el periodo comprendido entre 1982 y 1990, donde el 40% de las acciones ofensivas eficaces analizadas (terminan en gol) no son movilizados más de 4 jugadores.

    La información obtenida en nuestro estudio en relación a la velocidad de juego difiere, en algunos aspectos, de la de otros trabajos. Los ataques analizados en nuestro trabajo se desarrollan en tiempos similares que los encontrados por otros autores. Así lo demuestra el 42,85% de los ataques de nuestro trabajo finalizados en 10 segundos o menos tiempo, lo que representa un porcentaje ligeramente mayor de acciones ofensivas si lo comparamos con el porcentaje cercano al 39% obtenido por Castelo (1999) para intervalos de tiempo comprendidos entre 0 y 15 segundos. Este mismo autor obtiene un 37% de las acciones analizadas comprendidas entre los 16 y 30 segundos, mientras que, en nuestro caso, se trata de un 38,27% de las acciones las comprendidas entre los 11 y los 30 segundos. Como se puede comprobar las cifras son muy parecidas y representan que en un 76% de los casos en el estudio de Castelo y en un 81,02% en el nuestro, las acciones ofensivas finalizan en 30 segundos o menos. Acciones de una duración más larga del medio minuto tienen menos probabilidad de acabar en éxito, 24% y 19% respectivamente.

    Los datos publicados por Venglos (1988) en relación con la Eurocopa de 1988 también presentan cifras similares. El 40% de las acciones ofensivas que finalizaban con tiro a puerta transcurrían en menos de 10 segundos. De este 40%, un 25% ocurrían en 5 segundos o menos, exactamente la misma cifra que recogemos en nuestra observación para este intervalo de tiempo (25%).

    Es bastante probable que, a pesar de las similitudes encontradas con otros trabajos, el desarrollo de las acciones ofensivas se lleve a cabo de formas diferentes. Ya hemos comentado que el estilo de juego ofensivo basado en el contraataque ha primado, en mayor medida, en las selecciones participantes en anteriores Campeonatos del Mundo o Europa. Buena parte de estos contraataques se efectúa en tiempos cercanos a los 5 segundos (Venglos, 1988) así que, en el caso de los otros estudios revisados, consideramos que el contraataque constituye una buena parte de las acciones que duran entre 0 y 5 segundos, mientras que, en nuestro caso, es probable que el número de acciones de ataque asociadas, basadas en el juego directo al rechace y/o acciones a balón parado, esté presentes en una mayor proporción y el contraataque en menor proporción.

    Nuestro estudio refleja que un 33,7% de los remates registrados se realizan desde el área de meta (área más pequeña) y cercanías a la misma, frente a un 40% obtenido por Lago Peñas et al. (2003) y un 27 % registrado en los estudios de Yagüe y Paz (1995 en Lago Peñas et al., 2003). Las diferencias entre los resultados podrían deberse a causas tales como el tamaño y la naturaleza de la muestra (competiciones diferentes, goles frente a ocasiones de gol) entre otras, pero los datos coinciden en señalar al área de meta como una de las zonas con más frecuencia y mayor efectividad de remate.

    También el resto de la zona de penalti (el área de meta está incluida en la zona de penalti) posee una alta frecuencia de remate y una nada desdeñable efectividad, 67% de efectividad según Romero et al. (1997).

    Los datos de nuestro trabajo registran un porcentaje de remates del 74,82 % para la suma de los realizados en el área de meta y la frontal del área, mientras que en los estudios de Yagüe y Paz (1995 en Lago Peñas et al., 2003) muestran un 92% de los remates para esta mismas zonas. Las diferencias entre las cifras podrían deberse a que los trabajos de estos autores utilizan muestras de jugadas que acaban en gol, por lo que son muestras que tienen una efectividad del 100% en el remate. Por contra, la muestra utilizada en nuestro trabajo contempla tanto goles como ocasiones de gol no materializadas, con lo que la eficacia de las acciones analizadas es menor. Es por ello que la principal interpretación de estos resultados tendría que ver con la necesidad de intentar finalizar las jugadas ofensivas en zonas con un alto porcentaje de eficacia, descartando otro tipo de zonas más alejadas de la zona de definición (A 12, A7, A 1 y Z 12, Z6 etc. Véase el gráfico 18). Ello no quiere decir que no explotemos el recurso de los remates desde zonas más alejadas, sobre todo desde la frontal del área e incluso zonas algo más alejadas, todo dependerá de la situación de los componentes del equipo adversario, la proximidad de los defensores y los recursos técnicos, en lo que a golpeo de balón se refiere, de los jugadores atacantes.


Conclusiones

    Las principales conclusiones del trabajo son las siguientes:

  • Las zonas de mayor presión y densidad de jugadores se corresponden con la franja del medio campo.

  • Necesidad de dominio de un amplio repertorio de estilos de juego de ataque. Los estilos de juego basados en contraataques y ataques rápidos que tanto éxito tuvieron en ediciones anteriores de la Copa del Mundo parecen cobrar, en la presente edición, una menor importancia, en detrimento de estilos de ataque con otras características.

  • Las selecciones finalistas del Mundial de Alemania 2006 utilizan un número reducido de jugadores para llevar a cabo sus ataques.

  • Las acciones ofensivas analizadas se caracterizan por el uso de un amplio y variado espacio de juego.

  • A menor tiempo empleado en el desarrollo de un ataque, mayores probabilidades de que este finalice con éxito. El tiempo empleado en la mayoría de las acciones ofensivas que finalizan con remate no supera los 20 segundos. Estas cifras son muy similares a las que se han obtenido en otros estudios.

  • Las zonas de remate más frecuentes y más eficaces se ubican en el área de penalti y en su frontal. Esta afirmación coincide plenamente con los estudios llevados a cabo por otros autores (Lago Peñas et al., 2003; Castelo, 1999). Es por ello que recomendamos buscar posiciones de remate en zonas del interior del área de penalti, aunque sin menospreciar el valor de la opción de remate en zonas externas cercanas, pues también poseen un buen porcentaje de efectividad.

  • La conveniencia del uso de un control previo antes del remate depende del estilo de juego y las características de la situación. Los remates provenientes de ataques posicionales están asociados a una circulación de balón y un remate al primer toque, mientras que en los contraataques el uso de controles previos antes del remate es mucho más común.


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