SAF en Identidad Corporal | |||
Maestra y profesora de Educación Física por el Instituto Nacional de Educación Física de Buenos Aires y licenciada en Actividad Física y Deporte por la Universidad de Flores. |
Alicia Ester Grasso licigra@hotmail.com (Argentina) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 112 - Septiembre de 2007 |
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Introducción
SAF significa Sin Actividad Física, es la sigla que generalmente utiliza el profesor en su libreta de anotaciones cuando algún alumno no participa activamente en la clase de Educación Física. Habitualmente esto sucede porque el alumno tiene alguna lesión que le permite concurrir a la clase, pero no ejecutar las actividades del día.
Podríamos ponderar a los profesores de Educación Física: SAF en identidad corporal.
¿Por qué?Porque estamos presentes en nuestras clases con las teorías, estrategias y modos vigentes pero no las aplicamos, no hacemos esa transposición didáctica donde justamente trabajando identidad corporal logramos incidir pedagógicamente en la corporeidad del alumno.
Esta situación surge en la mayoría de los seminarios, talleres y jornadas para formadores donde trabajamos sobre la temática de la corporeidad. Todos acordamos por unanimidad en la teoría, pero recién cuando vivimos un ejercicio o actividad de identidad corporal, que nos rebela aspectos de nuestra corporeidad, comprendemos las hipótesis y las integramos a nuestro acerbo, con la posibilidad de crear y recrear en la práctica diaria el concepto.
¿Qué es la identidad corporal?La identidad es el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás; la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás.
La identidad implica y presupone, la presencia del "otro" y el estableciendo de un vínculo relacional de confrontación que permita determinar las diferencias entre uno mismo y ese otro.
El sentimiento de identidad se refiere a esa certeza que normalmente tenemos de ser la misma persona a través del tiempo y en diferentes circunstancias, a la certeza de continuidad y mismidad.
Esta mismidad y continuidad no son estáticas. Durante toda la vida, se siguen añadiendo ladrillos al edificio de la experiencia de ser uno mismo. La obra nunca termina, se sigue remodelando, reciclando y modernizando continuamente. No solo eso, sino que algunas de las unidades que parecían sostener la identidad en una época de la vida pueden, con el tiempo, volverse relativamente menos importantes. Así, el ser hijo de nuestros padres o alumno de una escuela pasan a ser unidades conscientemente menos presentes que el desempeño de nuestra profesión o el estar casados con alguien.
El contrasentido de la identidad es que permanece, a la vez que cambia.
Jean Marie Barbier dice "La identidad puede ser definida como un estado y como un proceso". Como un estado cuando se reúnen los suficientes indicadores o cualidades para calificar como tal, para establecerse o determinarse una noción específica. Como proceso cuando se desarrolla como una construcción cambiante.
En la práctica diaria se produce una movilización del estado-identidad y una construcción del proceso-identidad. Los afectos y las imágenes juegan un papel protagónico en la movilización y en la producción de identidades. Un alumno califica con una identidad corporal de habilidad porque reúne condiciones establecidas, o muestra competencias validadas por él mismo y por su sociedad, que lo identifican como hábil. En la práctica se moviliza ese estado-identidad llamado habilidad, y aparece la oportunidad de desarrollar el proceso de construcción y producción de habilidades.
En la construcción de la identidad siempre está en juego la respuesta que cada uno se da a las preguntas:
¿Quién soy yo?
Soy lo que soy. Identidad subjetiva: Una persona es la conciencia que tiene de sí mismo.
¿Quién quiero ser yo?
Soy el que seré. Identidad operativa: el motor que nos pone en marcha, que nos hace accionar.
¿Quién debo ser yo?
Soy el que debo ser. Identidad preceptiva: responde al modelo, al mandato, al deber.
La desatención a la necesidad de conocerse a sí mismo, al otro y al mundo del alumno, como así también la necesidad de escucharse y escuchar del educador es un hecho palpable en cualquier establecimiento educativo.
"En la asignatura donde deberían surgir y recrearse los sonidos y las palabras del lenguaje corporal como Educación Física, el silencio de la corporeidad es abrumador; gritan los ruidos de pelotas picando, bullicio y exclamaciones de juegos, estrépitos de carreras, alborotos de ritmos, estampidas de partidas, estruendos de llegadas, agitación de actividades y ecos de ejercicios. Sonidos estridentes acordes a la formación positivista y empírica de los profesores que no permiten una escucha corporal".
La corporeidad no escuchada está presente en la aplicación del concepto y el uso del cuerpo dual (mente-cuerpo), es el físico aprendido y enseñado, moldeado y entrenado para responder, no para comprender. Porque entre el conocimiento y la aplicación del cuerpo, y el conocimiento y la aplicación de la corporeidad, media una distancia semejante a la que separa tener sexo con hacer el amor.
Para enseñar aprendizajes significativos corporales es ineludible tener en cuenta los aspectos de la corporeidad de un individuo (sexo, espacio corporal, edad, tiempo corporal, apariencia física, imagen corporal, idioma corporal, biografía, esquema corporal etc.) y del conjunto que ellos representan (alumnos de primer grado de una escuela mixta de frontera, o alumnos varones de una escuela inglesa en barrio residencial, etc.). Es fundamental propiciar el conocimiento de sus diferencias y semejanzas.
Contribuir a la mismidad y continuidad de los alumnos, a la construcción del estado y del proceso de identidad corporal de cada uno de ellos y del grupo en particular, a la interacción constante de las variables subjetiva, operativa y preceptiva.
Comprender el cuerpo y sus manifestaciones, preparar al alumno para que se amigue con su ser y su moverse, soltándolo, escuchándolo, facilitando la comunicación, la creación y el disfrute.
Si no se enseña desde esta ideología continuará la discriminación explícita e implícita en la clase donde solo aprenden y participan los mejores, los hábiles, los que responden al deber ser del modelo impuesto, mientras el resto transcurre en actos fallidos, errores y frustraciones que los llevan a odiar la materia y a creerse ineptos, cuando en realidad se les ha estado intentando enseñar desde un modelo que no deseaban ni podían aprender.
La corporeidad es la idea base de cualquier aprendizaje en Educación Física, por ello es necesario desaprender las lecciones instaladas sobre el cuerpo, cambiando las explicaciones y aplicaciones recibidas por aquellas que nos permitan conocer y disponer de una corporeidad que haga posible y factible nuestro ser y estar en el mundo con bienestar.
Es esencial adquirir un constante esfuerzo de renovación y compromiso, para asumir la tarea de construir identidad corporal en Educación Física. Es una herramienta de trabajo docente que no se debe delegar en otra asignatura, si bien el acercamiento a la corporeidad del que enseña y del que aprende sucede en la escuela en todo momento, es la Educación Física la responsable natural de cimentar los fundamentos de identidad corporal en la etapa escolar.
Bibliografía
Barbier, Jean Marie. Prácticas de formación, evaluación y análisis. Novedades Educativas. UBA. Buenos Aires. 1999.
Erikson, Eric. Identidad, juventud y crisis. Paidós. Buenos Aires. 1974.
Grasso Alicia. Construyendo identidad corporal: la corporeidad escuchada. Novedades Educativas. Buenos Aires. 2005.
revista
digital · Año 12
· N° 112 | Buenos Aires,
Septiembre 2007 |