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Los test físicos en secundaria:
aproximación a un uso formativo

   
*Licenciados en Educación Física.
Profesores de Secundaria.
*Doctor en Educación. E.U. Magisterio de
Segovia. Revisión y asesoramiento.
(España)
 
 
Julio César Rodríguez de la Cruz*
juliocesarrodri@mixmail.com  
Marta González Pascual*
martaglez71@wanadoo.es  
Victor López Pastor**
 

 

 

 

 
Resumen
     Los test físicos o de condición física son utilizados por la gran mayoría de los docentes de la Educación Física en Secundaria y el Bachillerato. Suele ser habitual otorgar a los alumnos/as una puntuación o nota en función de la marca conseguida en cada una de las pruebas o test ejecutados. Nosotros hemos considerado que los test pueden ser aplicados con otros usos o valores mucho más formativos para todo el alumnado, independientemente de su nivel de rendimiento o de aptitud.
    Palabras clave: Test físicos. Educación Física. Evaluación formativa.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 112 - Septiembre de 2007

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Introducción

    Viene siendo una costumbre sólidamente asentada que en las clases de Educación Física, tanto en la etapa de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO a partir de ahora) como del Bachillerato, los alumnos/as realicen 2-3 veces al año test de Condición Física o de aptitud física (test físicos en adelante) (del Campo, 2002; Casado, Díaz y Cobo, 1999: 20). Son pruebas que están estandarizadas y validadas, entendiendo por tal que han sido comprobadas mediante un protocolo de realización siempre idéntico en una población relativamente extensa. Generalmente las hallamos escoltadas de sus respectivas tablas de baremación con las que parecen pretender confirmar o aumentar el rigor de las mismas (Spaeth et al., 1990; Fernández y Vera, 2000).

    Es indiscutible que el uso preferente, por no decir exclusivo, que se ha otorgado a este tipo de pruebas ha sido el de mero instrumento evaluador -calificador- del rendimiento del alumnado con relación a sus capacidades físicas, de tal manera que cada marca realizada en una prueba conlleva su correspondiente puntuación, pudiendo llegar a convertirse en la calificación final de los alumnos/as. Las únicas variables tenidas en cuenta para otorgar esas puntuaciones suelen ser el sexo y la edad.

    Sin embargo, nos hemos planteado que no tiene porqué ser así, es decir, intentaremos que la misma selección/creación de test y las posteriores condiciones de trabajo en las que se desarrollen propicien el aprovechamiento de su valor formativo que, como es obvio, en nada tiene que ver con el valor de la calificación o puntuación.

    El objeto primero de este artículo será dar a conocer la forma particular de realizarlos e interpretarlos que nosotros ya empleamos con los chavales de ambas etapas educativas y, en segundo lugar, profundizar sobre los usos que se dan a los test en los centros educativos.


Presencia de los test físicos en el ámbito escolar

    Para aclarar el concepto, un test es "una situación experimental estandarizada, que sirve de estímulo a un comportamiento" (Blázquez, 1997; Díaz, 1994). Asimismo, como decíamos en la introducción, "este comportamiento se evalúa mediante una comparación estadística con el de otros individuos colocados en la misma situación, de modo que es posible así clasificar al sujeto examinado desde el punto de vista cuantitativo" (Blázquez, 1997: 391).

    Inicialmente, todo test nace con la pretensión de cuantificar un rendimiento, ya sea de habilidades motrices o de habilidades intelectuales. Por lo tanto, su aplicación principal será la de medir el producto de una determinada ejecución.

    Los test o pruebas para medir la capacidad motriz, o si se prefiere la condición física, nos los vamos a encontrar fundamentalmente en dos contextos:

    1º. En el del rendimiento deportivo -a cualquier nivel- aparecen como medio para conocer el estado de los deportistas en un momento dado y, por tanto, el efecto del entrenamiento seguido hasta ese momento. Toda esta fuente de conocimiento surge de la comparación entre los resultados alcanzados en dichos test antes y después de un cierto periodo del entrenamiento. Por último, en función de los logros, positivos o negativos, se realiza la programación del posterior entrenamiento.

    2º. En el ámbito educativo. Lo habitual es encontrarnos estos test físicos en el momento de la evaluación inicial para determinar el nivel de partida de los alumnos/as, pudiendo así planificar y adecuar el proceso que comienza. Pero sin duda también aparecerán en la evaluación final, coincidiendo con el final mismo de la mencionada Unidad Didáctica, para verificar y comprobar si se han logrado, y hasta qué punto, las intenciones educativas explicitadas al inicio de todo el proceso, de tal suerte que a cada alumno/a se le otorga una calificación numérica en función de sus resultados. Así pues, nos encontramos que en la enseñanza son dos las principales funciones tradicionalmente atribuidas a este tipo de instrumentos: de diagnóstico y de calificación.

    Por otro lado, no decimos nada nuevo si afirmamos que los test, como meros instrumentos de medida, no sólo nos los vamos a encontrar en el mundo de la educación física y el deporte, ya que hay otros ámbitos científicos en los que son muy utilizados: la psicología, la medicina, la sociología…

    Centrándonos en los test físicos, Casado, Díaz y Cobo (1999: 19) consideran que las pruebas de aptitud nos indican las condiciones generales que posee un individuo para realizar cualquier actividad física. Por lo tanto, deberá de haber test encaminados a valorar el nivel alcanzado en alguna de las capacidades motrices, las capacidades perceptivo-motoras y las resultantes (Eps et al., 1992).

"Cuando se trabaja la condición física en la escuela, se hace necesario el evaluarla antes y después de un periodo determinado para poder valorar el cambio operado. Surge, entonces, la preocupación por los métodos y los instrumentos de evaluación más adecuados para medir, a través del estudio de sus componentes, una dimensión que es abstracta y controvertida en su naturaleza". (González, 1996: 12)

    De manera general, estos test físicos serán utilizados desde dos perspectivas totalmente diferentes, las cuales están estrechamente relacionadas con los contextos de aplicación vistos anteriormente:

    1ª. Perspectiva del rendimiento-competición: para conocer el estado físico del deportista en pro de controlar los resultados y realizar un seguimiento y planificación de su entrenamiento. En este caso, los preparadores físicos y entrenadores cuentan con el apoyo y asesoramiento de la Medicina del Deporte para mejorar los rendimientos o resultados finales.

"El médico de deporte por medio de controles continuados (…) comunica al entrenador la objetivación del estado de entrenamiento y la capacidad funcional de cada uno de los deportistas, con lo cual sirve de ayuda al entrenador para la mejor dosificación de las cargas de entrenamiento de cada deportista" (García, Navarro, Ruiz; 1996:208).

    Hoy en día estos test nos los podemos encontrar como parte de las pruebas de acceso a determinadas profesiones (mundo laboral): cuerpo de Policía, Bomberos, Ejército, Maestros de Primaria y Profesores de Secundaria1 en la especialidad de Educación Física…, o como requisito para realizar alguna carrera universitaria: algunas facultades mantienen estas pruebas para acceder a los estudios de la Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Incluso están presentes en cursos como los de Salvamento y Socorrismo (acuático o terrestre).

    Por otro lado, basta con ver los informativos de principio de temporada (sobre todo futbolística) para comprobar que los deportistas son sometidos a distintos test para valorar su condición física, tomando especial relevancia en los recién fichados.

    Finalmente, a modo de anécdota, algunas películas muestran cómo se utilizan determinados test y/o pruebas en diferentes contextos: "The guardian", "La teniente O'neal"…

    2ª. Perspectiva de la salud-recreación: para conocer el estado general de una población o grupo de personas. En este caso se habla de valorar la Condición Física, concepto que hoy en día se encuentra directamente relacionado con la salud. Como recogen García; Navarro y Ruiz (1996:235), sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial, diferentes autores elaboran ejercicios encaminados a medir cualidades y así baremar resultados que permitan comparar los datos obtenidos por diferentes personas en poblaciones diferentes.

    Para este tipo de uso, es habitual utilizar baterías de test que reúnan distintas pruebas para medir diferentes cualidades, capacidades y condiciones. Algunas de las más conocidas son: Batería AAHPER, Batería Fleishman y, quizá la más popularizada a nivel europeo al estar basada en los principios de la carta del "Deporte para todos" del Consejo de Europa de 1987, la Batería Europea de test EUROFIT.

    Conviene matizar que los test de esta última batería pueden tener múltiples aplicaciones (ibidem: 237), y que nace con una filosofía de entender los test que será la que fundamentará su utilización con fines formativos.

    Bajo esta perspectiva, los test tienen su más fiel reflejo en el ámbito médico (pruebas de suficiencia cardiorrespiratoria, capacidad pulmonar, movilidad articular…) e, incluso, en el educativo.

    Para la obtención de los datos requieren de instrumentos de registro como el cronómetro, el metro, el flexómetro, el goniómetro…, y de instrumentos de anotación de las marcas logradas como pueden ser las hojas y escalas de observación, listas de control que pueden ser más o menos sencillas y más o menos abiertas. Finalmente, se sirve de nociones matemáticas como tiempos (minutos, segundos…), nº de repeticiones, distancias (metros, centímetros…), grados angulares…

    A pesar de que anteriormente hemos afirmado que en el ámbito educativo se emplean bajo una perspectiva de salud-recreación (al menos creemos que esa debería ser su principal función), no nos cabe ninguna duda de que la introducción y utilización de los test físicos en dicho ámbito pudiera tener su origen en una forma de entender la Educación Física más cercana a la perspectiva del rendimiento-competición, propia del contexto deportivo en el que el producto está por encima del proceso recorrido. Se cuantifican los rendimientos para otorgar calificaciones. El profesorado de Educación Física se ha servido de esa función para "simplificar" los procedimientos evaluadores, facilitando la labor de "transformar" el trabajo desarrollado por los alumnos/as en un número o nota.


Aproximación a nuestra forma de entender la evaluación

    Nuestro concepto de evaluación pasa por considerarla como una actividad que, realizada con arreglo a unos criterios y parámetros preestablecidos, trata de obtener información de todos y cada uno de los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje (profesores/as, alumnos/as, instrumentos,...), con el propósito de emitir un juicio y tomar las decisiones oportunas respecto de cada uno de ellos para su mejora (Blázquez, 1997; Hernández, 2002).

    Por ello, además de los principales protagonistas que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje (profesor/a y alumno/a), selección de contenidos, etc., también es necesario revisar y analizar la validez de los medios, instrumentos y recursos que utilizamos para el logro de los objetivos propuestos.

    Entre los instrumentos se encuentran los test físicos o de condición física.

    En nuestro caso concreto, forman la parte inicial y final de la Unidad Didáctica "Estar en forma", referida al desarrollo de contenidos relacionados con la condición física.

    Sin embargo, entendemos que la finalidad última del uso de los test físicos no debe ser únicamente la emisión de un juicio y/o la asignación de una calificación según sean los resultados obtenidos por cada alumno/a, sino que aspiramos a usar los test con una intención más formativa y educativa, de tal suerte que nuestros alumnos/as puedan aprender de ellos mismos y de los demás durante su realización.

    Conviene recordar que aunque algunos profesores/as los suelen confundir y equiparar (Fraile, 2002), no es lo mismo evaluar que medir/calificar. En la evaluación solemos realizar un juicio de valor sobre la medición, por lo que ésta se encuentra dentro de la primera. El problema reside en que la evaluación se emplea casi con exclusividad para calificar a los alumnos/as.

    Al respecto de esto último, es necesario aclarar los conceptos de evaluación referida a la norma y al criterio (Blázquez, 1997; Fraile, 2002).

    En la evaluación referida a la norma se compara el resultado del individuo en cuestión con los resultados de una población o de un grupo del que forma parte. En este caso el test alcanza su máximo valor como un instrumento cuantitativo ya que por el resultado obtenido en él se valora al sujeto por comparación con los de todos los individuos colocados en la misma situación.

    Por otro lado, la evaluación referida al criterio viene a suponer que el resultado obtenido por un sujeto se compara con otros resultados obtenidos por el mismo, o con respecto a un criterio fijado de antemano. Se valoraría el proceso realizado por él hacia el objetivo establecido inicialmente.


Objetivos y uso formativo de los test en la EF escolar: ¿cómo y cuándo los aplicamos?

    Sobre el mal uso de la cuantificación de los niveles de capacidad, de habilidad, de destreza… física y/o motriz Blázquez (1993) nos dice que "quizá llevados por un cierto complejo de inferioridad, los profesionales de la EF han creído ver en la cuantificación y objetivización de los niveles de habilidad una forma de equipararse al resto de materias, motivo por el que se han producido más consecuencias negativas que positivas".

    En la Educación Física, una de las formas de cuantificar los rendimientos ha sido y es a través del uso -desproporcionado- de test, pruebas y baterías estandarizadas con sus correspondientes tablas de puntuación en función de la marca conseguida por el ejecutante según su edad y sexo. Nos encontraríamos, como hemos aclarado anteriormente, en una visión más cercana al mundo deportivo-rendimiento que al educativo.

    Con las nuevas corrientes educativas, y por tanto de nuevas formas de entender y aplicar la evaluación, se ha evolucionado hacia aspectos más formativos en todas fases del proceso de enseñanza-aprendizaje, por lo que dentro de nuestros amplios objetivos debería estar el capacitar a los alumnos/as a aprender por sí mismos y "de sí mismos".

    A pesar de que todo test tiene como fin en sí mismo convertir en números determinadas capacidades, deberíamos de llegar a conseguir que en el ámbito educativo pueda ser utilizado con una pretensión que supere con creces la de la mera medición.

    Según el momento del curso, los usos que les podemos dar serán (Tabla 1):

    Ciñéndonos al valor formativo de las pruebas de capacidades físicas, tenemos:

  • A corto plazo: El valor formativo se centrará en fomentar actitudes de superación de sí mismo, de mejora, de sacrificio. En definitiva, que el conocimiento del nivel de sus capacidades físicas le servirá de motivación y refuerzo (hoy un alumno me decía: "verás en Diciembre (2º momento de toma de datos), me voy a salir". A nivel de relaciones, habrá que destacar la comunicación que se genera alrededor de la realización de los test o pruebas, no sólo entre los miembros del mismo grupo, sino entre los diferentes grupos, incluso de diferentes cursos (intra e intercomunicación). Se crea un ambiente de competitividad sana por superarse y superar marcas anteriores.

  • A largo plazo: Ahora el valor formativo se concentrará en hacer conscientes a nuestros alumnos/as de que la práctica continuada y sistemática de actividad físico-deportiva llevará a una mejora de sus capacidades físicas que lo verán reflejado en los test. A través de ello podremos favorecer y hacerles conscientes de que esa mejora redunda en una mayor calidad de vida y salud. El conocer estos test hace que muchos de ellos se pueden autoaplicar, permitiéndoles que, cada vez que lo necesiten, puedan conocer el estado de sus capacidades físicas. Además, trataremos de conseguir que nuestros alumnos/as adopten una postura positiva hacia su cuerpo y sus posibilidades de disfrute a través de él.

    La cuestión es: ¿qué hacemos con los resultados numéricos que obtenemos tras realizar los test?

    Se pueden realizar graficas, interpretaciones y descripciones cualitativas, ya sea en las propias fichas o directamente en el Cuaderno del Alumno/a, o ambas cosas. También podemos potenciar la interdisciplinariedad con la asignatura de Informática a través de la utilización de las Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación (programas estadísticos y de tratamiento de datos).

    Además, mediante el trabajo con fichas diseñadas por el profesorado y/o la elaboración del propio cuaderno del alumno/a conseguiremos una actitud reflexiva del alumno/a sobre sus resultados.

    También, como dijimos anteriormente, podrán ver más clara su significatividad en el uso que se hace de estos test para el acceso a diferentes estudios superiores como la Licenciatura en Educación Física o Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, carreras profesionales (policías, bomberos, ejército) y al acceso a la función pública como profesores/as o maestros/as de Educación Física (hoy en día aún en muchas comunidades autónomas). En relación a la primera, no conviene pasar por alto que en muchas de las facultades españolas el acceso a estos estudios requiere la realización de unos test (comienzan a ser mayoría aquellas que sólo exigen la calificación de apto y no puntúan las marcas según baremo preestablecido), y que en muchos casos han dado nombre a algunos de los test empleados en las clases de secundaria (prueba de flexibilidad de acceso a INEF, prueba de agilidad del INEF-Madrid, etc.).


Los test en el engranaje y desarrollo curricular

    Como no podría ser de otra forma, nuestra actuación educativa tiene su punto de arranque en las disposiciones que con carácter oficial establece la Consejería de Educación de nuestra comunidad a través de los correspondientes desarrollos curriculares. Así, tras la revisión del Decreto 7/2002, de 10 enero, por el que se establece el currículo de la E.S.O., así como el 70/2002, de 23 mayo, por el que se establece el currículo de Bachillerato, ambos en Castilla y León, nos encontramos que explícitamente por cursos aparece lo siguiente:

    En lo que atañe al apartado de los Objetivos:

  • E.S.O.: "Planificar actividades que le permitan satisfacer sus necesidades, previa valoración del estado de sus capacidades físicas y habilidades específicas."

  • Bachillerato: "Planificar y poner en práctica programas de actividad física, adaptados a sus necesidades, que mejoren su estado de desarrollo de la condición física y de las habilidades específicas, previa valoración de su nivel inicial o de partida."

    Por lo que respecta al bloque de Contenidos "Condición física y salud":

  • 1º E.S.O.: "…Aplicación periódica de tests y pruebas funcionales que informen al alumno de sus posibilidades y sus limitaciones."

  • 2º E.S.O.: "…Aplicación periódica de tests y pruebas funcionales que informen al alumno de sus posibilidades y sus limitaciones."

  • 3º E.S.O.: "Aplicación sistemática de tests y pruebas funcionales que informen al alumno de sus posibilidades y limitaciones."

  • 1º Bachillerato: "Evaluación de la condición física: tipos y objetivos. Valoración práctica y aplicación en la mejora de sus posibilidades."

    Para terminar con el apartado curricular oficial, veamos qué aparece en los Criterios de evaluación2:

  • 1º E.S.O.: "Incrementar las capacidades físicas relacionadas con la salud y evaluarlas, de manera autónoma, a través de tests elementales."

  • 2º E.S.O.: "Incrementar las capacidades físicas relacionadas con la salud trabajadas durante el curso y evaluarlas, de manera autónoma, a través de tests elementales."

  • 3º E.S.O.: "Tomar conciencia del desarrollo y evolución de su condición física, e incrementar aquellas capacidades con efectos beneficiosos para la salud."

  • 1º Bachillerato: "Evaluar sus capacidades físicas como requisito previo a la elaboración de un plan de desarrollo."

    Por otra parte, en lo que se refiere a la inclusión de los test en nuestra Programación Didáctica de área, podemos hacernos una pequeña idea de su trabajo en el aula a través de la Ficha 1.


Algunas ventajas e inconvenientes de incluir las pruebas o test de medición de capacidades y/o cualidades motrices en la programación

    Dentro de las ventajas podemos destacar las siguientes:

  • Conocerse a uno mismo, tanto a nivel de las limitaciones como de sus posibilidades de mejora, lo que les puede despertar la vocación de dedicarse más sistemáticamente al desarrollo y mejora de su condición física.

  • Suponen una motivación extra para realizar ejercicio físico. Este punto toma mayor fuerza cuando se ponen unos mínimos para el APTO, o cuando se tiene en cuenta la mejora entre una toma de datos y otra (al principio y al final del trimestre o al principio y final de curso). Además, la motivación aumenta las posibilidades de que también trabajen fuera del contexto escolar, lo que les permitirá desarrollar su condición física y realizar de forma individual las pruebas.

  • Aprendizaje y concienciación del respeto a las normas de realización preestablecidas: posición de partida, ejecución, posición final… Veamos algunos ejemplos: si realizáramos el test de Course Navette, hay que respetar la norma de pisar la línea en el momento del pitido y de no hacer giros; si realizáramos la prueba de equilibrio sobre una pierna, hay que respetar realizarlo con ojos cerrados.

  • Responsabilidad en la toma de los datos, ya sean los propios o los compañeros/as: prestar atención, tomar y anotar correctamente los datos (repeticiones, distancia, tiempo…).

  • Aprendizaje de diferentes técnicas de medición: aprender a utilizar el cronómetro y el metro fundamentalmente.

  • Utilizar los test como forma de reflexión: no se trata simplemente de tomar unos datos sino de anotar sensaciones, opiniones tanto de la ejecución propia como de la ejecución del compañero/a al que se observa y se toman los datos. (Ver Ficha 2 de toma de datos del test de Cooper).


    Pero no todo va a ser beneficios. La utilización de los test con un fin no formativo puede dar lugar a la aparición de algunos inconvenientes:

  • Realizaciones incorrectas buscando un resultado "mejor" o un menor esfuerzo, llegando incluso a realizar "trampas". Este punto se hace más evidente cuando el resultado es determinante en la calificación final de la asignatura.

  • Genera angustia, estrés, desmotivación…, en aquellos alumnos/as con verdaderas dificultades para obtener resultados positivos.

  • Su excesivo peso en la calificación final puede desvirtuar el apartado conceptual y actitudinal de la asignatura e, incluso, la propia práctica/trabajo diario.

  • No esforzarse y no manifestar su máximo potencial físico y/o motriz, e incluso mental, objetivo principal de todo test y que es parte de su definición.


Uso calificativo versus uso formativo: medición versus evaluación. Reflexiones e interrogantes

    ¿Todos los años se deben de proponer los mismos test? ¿En todos los cursos los mismos?

    Si todos los años realizásemos los mismos test, profesores/as y alumnos/as llegaríamos a disponer de una información sobre la evolución, involución… a lo largo de los 4 cursos de la ESO. Sin embargo, puede generar aburrimiento y falta de motivación entre los alumnos/as (es habitual oírles decir: "otra vez…").

    Las posibles soluciones pasan por arbitrar una serie de acciones encaminadas a "engancharles" (elaboración de gráficas, el profesor/a puede realizar los test a la vez que ellos/as, comprobar - ya sea a través de la comparación de los resultados entre compañeros/as entrenados y no entrenados, como de la propia comparación de resultados- que la práctica sistemática de ejercicio continuo, o su inexistencia, hace que año a año y toma a toma se puedan mejorar o empeorar los resultados), cambiar los test cada curso o añadir/suprimir unos u otros en función de las capacidades que más se van a trabajar en ese curso (por ejemplo: en el currículo oficial vigente la velocidad sólo aparece explícitamente en 3º y 4º ESO).


    ¿Qué test seleccionamos dentro del abanico de posibilidades que existen para valorar las diferentes capacidades y cualidades físicas y motrices?

    Al margen de las características que debe cumplir todo test, como son la validez, la fiabilidad, la objetividad, la estandarización o universalidad, consideramos esencial seleccionar test sencillos de llevar a cabo y con los materiales e instrumentos de medida que se dispongan en el propio centro. Si no tenemos opción de contar con un dinamómetro, no se nos ocurre utilizar un test que lo requiera. De igual forma, no propondremos la flexión estática de brazos en barra fija si no disponemos de dicha barra fija. Hay otros test que son difícilmente aplicables en los centros escolares (en tapiz rodante o en cicloergómetro). Por tanto, la mejor elección pasa por test fáciles de demostrar y de ejecutar, con materiales corrientes y cuya toma de datos sea sencilla.


    ¿Tomarse los datos de los test entre compañeros/as o sólo el profesor/a?

    Está claro que hay que facilitar información al que ejecuta los test sin necesidad de que tenga que ejecutar y contar repeticiones, distancias… a la vez. Por varias razones somos partidarios de que sean los propios alumnos/as los que se tomen los datos entre ellos: se gana tiempo, se afianzan actitudes de cooperación y ayuda, eliminamos parte de la angustia o nerviosismo que generaría la presencia del profesor/a, pone al alumno/a en una situación al que no está acostumbrado como es "evaluar" a un compañero/a… Sin embargo, también puede ocurrir que haya "cómplices" en el "trucaje" de los resultados del compañero/a.


    ¿Utilizaremos test estandarizados o unos adaptados/ modificados?

    Al margen de las instalaciones con las que se cuente en un centro, y al margen de las adaptaciones que se hagan a los ACNEE, vamos a encontrarnos con unas ventajas e inconvenientes.

    Si optamos por test estandarizados contaremos con una descripción exacta y detallada acerca de su realización y desarrollo, además de que ya hay una referencia de resultados contrastados con poblaciones diversas que ayuden a interpretar los resultados. Sin embargo, podrían ser complejos para nuestros alumnos/as en su ejecución o podrían requerir capacidades que aún no tienen a máximo rendimiento (por ejemplo la vía anaeróbica láctica hasta los 13 años no conviene trabajarla desde el punto de vista del desarrollo evolutivo). Por tanto, quizás la clave de la selección se sitúe en un punto intermedio entre la propia elaboración/adecuación de nuestros test y la elección de algunos de los estandarizados (en este último caso deberán cumplir lo dicho anteriormente: sencillos de demostrar y ejecutar, con material elemental o básico…).

    Nosotros hemos llegado a "inventarnos" nuestras propias pruebas. Por ejemplo, en la prueba de la Course navette hemos realizado dos modificaciones: la primera consiste en repetir los dos primeros periodos varios minutos. En concreto, el periodo primero lo hemos repetido durante 5 minutos y el segundo durante 2. Han sido varios los motivos que nos han llevado a esta decisión: el alumno/a se sitúa mejor en la prueba, sirve de adaptación cardiorrespiratoria, son muchos los que consiguen superar estos primeros 7 minutos… La segunda modificación consiste en continuar la prueba sobre una distancia de unos 15 metros en vez de los 20 oficiales. Cuando el alumno/a no puede seguir el ritmo marcado por la cinta en la distancia de los 20 metros puede optar por seguir en una menor, de esa forma aumenta su maca final. En algunos alumnos/as esta posibilidad la damos desde el inicio de la prueba.


    ¿Facilitamos al alumnado una ficha en la que se describa la ejecución del test o se le deja que libremente y con sus palabras describa el test? (Ver Ficha 3 y 4)

    En el primer supuesto se produce una mayor participación del alumnado en la elaboración de la sesión y, en concreto, de la ficha de toma de datos de sus resultados. Pero, sobre todo en edades tempranas, tiene el inconveniente de la dificultad para expresarse de forma escrita y concreta tras la descripción de cada uno de los test o pruebas. La posible solución podría pasar por facilitar en edades tempranas la ficha con la descripción escrita, y en edades posteriores permitir que ellos mismos/as "personalicen" su ficha de toma de datos.


    En caso de utilizarse para calificar, ¿qué porcentaje deben suponer los resultados en los test dentro de la calificación final?

    Todo va a depender de nuestro enfoque de la Educación Física: ¿queremos atletas o alumnos/as con una educación sobre el ejercicio físico y deportivo? Aunque no somos partidarios de fijar un porcentaje de calificación propio a los test, el desarrollo de los mismos debe englobarse en el porcentaje asignado a los contenidos referidos a la parte procedimental de la asignatura.


    En caso de tener ACNEE, ¿cómo aplicamos los baremos estandarizados de los test con estos alumnos/as?

    Hoy en día, cada vez tenemos más alumnos/as con problemas de columna vertebral, de vértigos, con asma…y constantemente obligan al profesorado de EF a realizar diferentes adaptaciones curriculares. Pero ¿qué ocurre cuando está establecido que parte de la calificación final se basa en los resultados de los test de aptitud física? Tenemos varias posibilidades. Bien, ideamos un baremo paralelo según la patología o discapacidad, o bien no consideramos en la misma proporción que los demás compañeros/as los resultados obtenidos en los test. Pero, ¿lo entienden los alumnos/as que no tienen ninguna patología?


Notas

  1. Sobre este tema aconsejamos leer Lozano (2002)

  2. Para 1º y 2º E.S.O. se ha consultado la ORDEN EDU/1132/2003, de 3 de septiembre, por la que se redistribuyen en los dos primeros cursos de la Educación Secundaria Obligatoria los criterios de evaluación del primer ciclo establecidos en el currículo de la Comunidad de Castilla y León, aprobado por el Decreto 7/2002, de 10 de enero.


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  • DECRETO 70/2002, por el que se establece el Currículo del Bachillerato de la Comunidad de Castilla y León (BOCyL 29-05-02)

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