efdeportes.com
Presupuestos teóricos de la
iniciación deportiva en el judo

   
Doctor en Ciencias de la Cultura Física
Profesor del Instituto Superior de Cultura Física de La Habana
(Cuba)
 
 
Renán Leyva Infante
rleyva@inder.co.cu
 

 

 

 

 
Resumen
     La etapa de iniciación en el judo se hace más compleja cada día, pues la tendencia se orienta a la inclusión en ella de numerosos contenidos para el desarrollo de habilidades, propios de etapas posteriores, que para ser aplicados necesitan de un ordenamiento sistémico y requieren del uso de metodologías eficientes. En este artículo se describen presupuestos teóricos que respaldan la sistematización de los contenidos durante la iniciación en el judo y favorecen la elección de la metodología a emplear, entre los que se encuentran: el papel del componente genético, la acción técnico-táctica favorita y la actividad nerviosa superior. Sin pretender definirlos como únicos, sino como integrantes de la amplia gama de aspectos que hoy día contribuyen a fundamentar la enseñanza en edades tempranas.
    Palabras clave: Judo. Iniciación. Enseñanza.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 111 - Agosto de 2007

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Introducción

    El judo desde sus inicios se clasificó como un arte marcial, sin embargo, en la época a actual, su apego a las exigencias competitivas del movimiento deportivo internacional ha provocado renovadas opiniones referentes a un cambio de la categoría de arte marcial por la de deporte, tal y como se puede constatar en el siguiente concepto de Arte Marcial dado por el diccionario de la Real Academia Española en su vigésima primera edición, "Conjunto de antiguas técnicas de lucha de Extremo Oriente, que hoy se practican como deporte". En la actualidad el judo constituye el deporte favorito de un amplio número de principiantes en todo el mundo, y se ha establecido como manifestación sociocultural por la contribución de su práctica y su competición a la formación integral del ser humano.

    Las acciones que se presentan durante su actividad competitiva varían constantemente y difícilmente se repiten en un mismo contexto, lo que justifica su carácter situacional, desde el punto de vista de los resultados presentan dos vías fundamentales para lograr ventajas, la proyección de uno de los contendientes hacia el tapiz y/o controlarle sus movimientos cuando ambos se encuentran tendidos sobre este. El entrenamiento para alcanzar estos fines se encamina hacia la enseñanza de diferentes patrones de acciones y necesariamente debe pasar por diversas etapas, entre las cuales se presenta primeramente la de iniciación, que cada día se hace más compleja pues la tendencia se orienta a incluir en ella numerosos contenidos propios de etapas posteriores, que para ser desarrollados necesitan de un ordenamiento sistémico y requieren del uso de metodologías eficientes para su enseñanza, que respondan a presupuestos teóricos coherentes que la respalden, entre los que se encuentran:

  • El papel del componente genético en la aplicación de las metodologías de enseñanza durante la iniciación.

  • La actividad nerviosa superior.

  • La teoría del feedback.

  • La acción técnico-táctica favorita.

  • La función táctica de la técnica.


La iniciación en el desarrollo de las habilidades motrices deportivas del judo

    En términos motrices la iniciación constituye la fase introductoria de cualquier acción que se pretenda dominar, su objeto lo conforma el desarrollo de las habilidades iniciales, que está determinado por la forma en que se aprenden y aplican estas habilidades hasta convertirse en hábitos. Siguiendo esta idea, en el presente trabajo se presenta una discusión sobre las características de la iniciación en el judo, así como, sobre los argumentos que sirven de bases teóricas a las habilidades.

    Según el diccionario de la Real Academia Española, el término iniciación proviene del latín que significa acción y efecto de iniciar o iniciarse, mientras entre las acepciones de iniciar registra la de comenzar una cosa.

    En la actividad deportiva el concepto de iniciación está asociado a la enseñanza de los fundamentos esenciales que garantizaran un resultado deportivo e implica un proceso de aprendizaje que tiene por límites el comienzo de la práctica en el deporte escogido y la participación en las primeras competiciones en las que deba cumplir tareas de rendimiento.

    Al respecto, compartimos el criterio de Hernández (1988: 58) en el que plantea que un individuo está iniciado en un deporte cuando:

"tras un proceso de aprendizaje, adquiere los patrones básicos requeridos por la situación motriz específica y especialidad de un deporte, de manera tal que además de conocer sus reglas y comportamientos estratégicos motores fundamentales, sabe ejecutar sus técnicas, moverse en el espacio deportivo con sentido del tiempo, de las acciones y situaciones y sabiendo leer e interpretar las comunicaciones motrices emitidas por el resto de los participantes en el desarrollo de las acciones motrices".

    Autores como Blázquez Sánchez (1986), Sánchez Bañuelos (1986) y Hann (1988) coinciden con Hernández, al expresar que es un proceso temporalizado, en el cual un sujeto tiene vivencias y experiencias sobre una especialidad deportiva llegando a adquirir conocimientos teóricos y habilidades prácticas, constituyendo por tanto, un proceso de carácter cognitivo y motriz.

    En este período inicial las metodologías que se aplican tienen el fin de lograr un desarrollo de las habilidades técnico-tácticas básicas. Las habilidades juegan un rol fundamental en la iniciación de cualquier actividad deportiva, su esencia radica en que constituyen la fase introductoria de cualquier acción que se pretenda dominar.

    Desde el punto de vista conceptual, existen criterios diferentes para definir la habilidad, autores como Rudik (1990) y Palaima (1992) tienen en cuenta la calidad de la acción que se realiza, el primero la define como la acción que ejecuta el hombre utilizando los conocimientos adquiridos anteriormente, desencadenando una sola de sus variantes; por su parte para Palaima, las habilidades son la primera fase del dominio de las operaciones laborales, señalando que en la habilidad, alguna operación puede no ser totalmente perfecta, cometiéndose algunos errores, conteniendo movimientos superfluos, requiriendo esfuerzos excesivos y provocando un agotamiento innecesario, destaca que mediante el efecto de largos entrenamientos el alumno aprende a realizar la acción técnicamente correcta y su habilidad se convierte en hábito y luego en destreza.

    Otros autores como Larovere (1990), denominan habilidad al conjunto de acciones motrices que realiza el hombre en cualquier actividad, para este autor existen habilidades generales y específicas. Las generales se refieren a las comunes a todos los individuos, que partiendo de la propia motricidad natural han permitido la supervivencia del ser humano desde tiempos ancestrales; y que hoy constituyen la base de actividades motoras más avanzadas y específicas, como las deportivas.

    Entre las generales se citan:

  • Las locomotrices: andar, correr, saltar, golpear, rodar, botar, caer, trepar, subir, bajar, etc.

  • Las no locomotrices: balancearse, estirarse, inclinarse, doblarse, girar, empujar, levantar, arrastrar, colgarse, equilibrarse, etc.

  • Las proyecciones: lanzar, recepcionar, golpear, patear, batear, atrapar, driblar, rodar, etc.

    Las específicas, abarcan todas las que pertenecen a aquellos deportes de estructura compleja como el judo, cuya esencia es la integración de más de una de las habilidades básicas para formar otras más complejas.


Relación entre la habilidad y el hábito

    En correspondencia con la formación y desarrollo de habilidades técnico-tácticas específicas se halla un término asociado que se le denomina hábito, las opiniones más coincidentes lo destacan como la fase superior de las habilidades, a la cual se llega por medio de la repetición que permite alcanzar un alto grado de perfección.

    A los efectos de la aplicación a la práctica del judo, se puede aceptar que las habilidades son los componentes de las acciones técnico-tácticas, mientras que el hábito está representado por las acciones integrales. Es bueno destacar que el hábito no representa un elemento aislado de la acción, sino la propia acción en todo su conjunto. La acción consta de una serie de elementos, pero de ningún modo la suma de dichos elementos determina el hábito, sino, por el contrario, el carácter integral de la acción condiciona los elementos que la componen.

    Entre las habilidades especializadas más comunes en el judo y que forman parte de su iniciación podemos citar: agarrar, halar, empujar, girar sobre apoyos, agacharse, trasladarse, desplazarse en bipedestación, desplazarse decúbito supino, decúbito prono, cargar y caer.

    El desarrollo de estos tipos de habilidades debe ser un proceso ordenado, que va desde las más generales hasta las específicas, con el fin de lograr la necesaria transferencia gradual desde las acciones más simples hacia las más complejas.

    Los últimos estudios han destacado los aspectos más importantes que afectan este proceso, entre los que se destacan los siguientes:


    a. Papel del componente genético en la aplicación de las metodologías de enseñanza durante la iniciación

    Las habilidades junto a las capacidades y actúan como el soporte psico fisiológico que garantiza el dominio de las acciones técnico-tácticas de cualquier actividad deportiva; se desarrollan y modifican con la bioadaptación del organismo durante el aprendizaje y con la maduración anatómica y funcional, a partir de las premisas hereditarias.

    Tanto para atletas como para entrenadores es de utilidad la determinación prematura de la composición genética, esto propicia la información necesaria sobre las condiciones en las que se debe desarrollar la práctica deportiva y constituye un aspecto que facilita la selección de la metodología de enseñanza a emplear en el adiestramiento de un determinado grupo de atletas.

    Para esbozar el fundamento genético del desarrollo de habilidades técnico-tácticas en la etapa de iniciación, ineludiblemente se deben tener en cuenta los criterios de Clarapede (1937) citado por Pérez (2002), relativo a que los niños no son adultos en miniatura y su mentalidad es cuantitativamente y cualitativamente diferente a la de los adultos, por lo que un niño no solamente es más pequeño, sino también es distinto.

    En el desarrollo de habilidades se puede notar su relación con las funciones motoras que dependen de las capacidades coordinativas que se posean, este desarrollo se logra con el oportuno aprovechamiento de los períodos sensitivos de la vida deportiva, que a su vez coinciden con la etapa de mayor desarrollo del sistema nervioso central y están relacionados con el componente genético.

    Al comentar sobre los componentes genéticos de las habilidades, hay que significar invariablemente a la herencia por ser el factor que recoge todo el conjunto de fenómenos y problemas relativos a la descendencia, además, es necesario orientar de forma especial dicha referencia hacia la fenogenética o genética del desarrollo, que es la parte de la genética fisiológica que estudia los mecanismos por los que los caracteres hereditarios adquieren su forma final, igualmente, se debe hacer referencia a otros dos enfoques que cumplen otros dos procesos que se suceden en el ser humano: la psicología genética y la sociología genética.

    La psicología genética es la ciencia que estudia el desarrollo psíquico y las transformaciones y etapas por las que atraviesa el psiquismo del niño en su crecimiento.

    El niño atraviesa por determinadas etapas o períodos de maduración que tienen profunda relación con su dinámica de aprendizaje y por supuesto, con el desarrollo de habilidades motrices. En tal sentido las posibilidades motrices se hacen cada vez más complejas según transcurre su crecimiento, ese trayecto a partir de que el niño nace refleja un desarrollo de estructuras neuro musculares que le facilitan los movimientos y que van madurando según crece, sin embargo, esta maduración no depende solamente de la edad cronológica, sino también de la fisiológica y se condiciona con la enseñanza y el aprendizaje, de ahí la relación maduración- aprendizaje- metodología utilizada.

    Es imposible predecir como un individuo determinado responderá al entrenamiento. Muchos atletas llegan a un nivel en el cual deben entrenar más para obtener pequeños beneficios en términos de rendimiento. Cuando los atletas alcanzan este punto, es posible que ellos estén alcanzando su límite genético; no es posible pronosticar ese límite. Es probable que los atletas de mejores resultados sean aquellos que comenzaron la práctica deportiva con elevados niveles de las características necesarias para ganar en sus deportes específicos.

    Con respecto a la técnica y la táctica, los genes no las afectan. Los campeones de un nivel élite deben tener conocimiento efectivo de técnica y táctica, además de poseer los atributos determinados genéticamente para triunfar en un deporte. Incluso, atletas menos dotados genéticamente pero que poseen dominio avanzado de habilidades técnico - tácticas pueden ser campeones en niveles de competición de élite, esto se hace mucho más evidente en deportes que al igual que el judo, poseen un contenido amplio en este último aspecto.

    De forma general se puede expresar, que las influencias genéticas son más fuertes sobre los componentes estructurales del organismo que sobre los componentes funcionales, los cuales pueden ser afectados por factores ambientales y por el efecto de determinado régimen de actividad motora que genera la metodología que se utilice para el desarrollo de habilidades y capacidades.


    b. La actividad nerviosa superior y su relación con las metodologías de enseñanza que se aplican en la iniciación

    El desarrollo de habilidades se logra por medio de la repetición y es así como se pasa de una forma tosca, propia de la iniciación, a movimientos más seguros, cuyo proceso no termina hasta tanto no se logre la aplicación práctica de esos movimientos, esto se produce únicamente en una unidad dialéctica, que según Meinel (1979:256) tiene tres momentos: adquirir un movimiento nuevo, afirmarlo y aplicarlo.

    Ante esta situación de aprendizaje surge una interrogante fundamental que se aclarara en este epígrafe ¿se podría explicar el origen, la conservación y la aplicación de las habilidades a través de ciertas huellas de estímulos que persisten en la actividad nerviosa superior?

    Toda la actividad que se desarrolla en el proceso de preparación está influida por los estímulos que se reciben y que tienen una repercusión en el comportamiento futuro del deportista; estos estímulos reciben el nombre de carga de entrenamiento, la que constituye un conglomerado de todas las influencias al organismo.

    A pesar de tener un aspecto externo y uno interno, la carga es caracterizada sobre todo por el interno (Platonov, 1988), cuyo rasgo distintivo es el efecto causado en el organismo, no solo desde el punto de vista funcional, sino también psíquico; aunque la mayoría de las taxonomías realizadas hasta el presente respondan a indicadores funcionales, entre los que se destacan los citados por Forteza (1999), que a la vez que caracterizan el grado de actividad de los sistemas funcionales contribuyen a deducir la magnitud de la carga, el tiempo de la reacción motora, el tiempo de ejecución de un solo movimiento, la magnitud y carácter de los esfuerzos desarrollados, los datos sobre la actividad bioeléctrica de los músculos, la frecuencia cardiaca y otros índices fisiológicos como el volumen sanguíneo por minuto, el consumo de O2, la velocidad de acumulación y la cantidad de lactato en sangre.

    Durante la etapa de iniciación, aunque los indicadores funcionales han de ser controlados por la actividad que se realiza con un contenido en mayor medida de carácter técnico-táctico, la búsqueda de respuesta funcional del organismo se hace con el fin de servir de sostén al desarrollo de habilidades.

    El fenómeno de aplicación de las cargas en principiantes de edad escolar se orienta hacia el logro de respuestas eficientes, controladas por el Sistema Nervioso Central en función de la ejecución correcta de los movimientos.


    c. La teoría del feedback en el desarrollo de las habilidades motrices deportivas durante la iniciación

    El feedback es una teoría de la información clasificada inicialmente como funcionalista; esta corriente tomó carácter organizado en la Universidad de Chicago a través de los trabajos de John Dewey, que se oponían al elementalismo predominante.

    Entre los elementos que marcan la diferencia entre las dos teorías se destaca el criterio de los funcionalistas sobre el arco reflejo. Más tarde, en la Universidad de Rockefeller el Dr. Miller introduce el concepto Feedback, concretamente esta teoría consiste en la interacción entre los mecanismos motores y las informaciones sensoriales que los originan y que son regulados por los procesos neurofisiológicos.

    Según criterios de Bakkler (1993), existen diferentes tipos de feedback, como se muestra en el siguiente gráfico:

    Para el deporte, el papel que juega el entrenador en el conocimiento de los resultados, o expresado en otros términos, el conocimiento del cumplimiento de los objetivos propuestos, es de mucha importancia, por ser el que enseña, a través de diferentes vías, a dirigir la atención hacia determinados aspectos que considere importantes, tratando que esta manera de actuar les proporcione un feedback a los alumnos sobre su actuación.

    La teoría feedback expresa que el movimiento no pertenece solamente a los procesos neurofisiológicos internos, por el contrario, es un producto de la interrelación de los niveles fisiológicos y otros indicadores de la organización vital interior. Los procesos neurofisiológicos no solo sirven para regular la memoria y el aprendizaje, sino también para determinar los cambios energéticos y ajustes fisiológicos propios de cada movimiento.

    Las teorías anteriores se diferencian de la de feedback, en que parten de la idea de que el aprendizaje está determinado por factores asociados a diferentes respuestas, mientras que la de feedback plantea que el aprendizaje se alcanza, además de por el estímulo externo, por sensaciones kinestésicas directas o efectos estimuladores de movimientos propios.

    El fundamento básico de la teoría de feedback radica en que la conducta es organizada por sensaciones directas bajo un continuo feedback o retroalimentación entre las sensaciones y el movimiento, de manera que este altera la magnitud, el patrón y las características de tiempo de los procesos neurofisiológicos en forma de ciclo.

    En el proceso de feedback actúan las siguientes sensaciones somestésicas:

  • Exteroceptiva: transmite información sobre el medio exterior a través de la vista, el oído y la piel.

  • Propioceptiva: informa sobre el estiramiento muscular, los movimientos de los miembros y el equilibrio.

  • Interoceptiva: informa sobre la regulación de los órganos internos.

    La forma como se pone en práctica la teoría de feedback y su relación con el proceso de enseñanza aprendizaje tiene su explicación en la siguiente comparación:

    En las teorías precedentes el proceso influye a través del estímulo que le llega al alumno desde el exterior. En la teoría de feedback, el profesor tiene la posibilidad de influir sobre el conocimiento del alumno en dos momentos: primero a través del estímulo externo, y luego, al producirse el control feedback o retroalimentación, y antes del nuevo acto motriz.

    Como aplicación práctica también puede sumársele el criterio de que con esta teoría el profesor no solo deberá tener en cuenta la forma en que aplica su metodología ante su alumno, sino igualmente la manera en que ese alumno la analiza mediante sus sensaciones (propio e interoceptivas).

    En el momento de enseñanza de una acción en su nivel más elemental, la metodología aplicada para tal efecto es determinante en el resultado futuro, sobre todo en el instante que se necesita de la información que ha de aportar la memoria. Si en ese caso es incorrecta al no coincidir en estructura o tiempo con la ideal ante el estímulo, dicho resultado será negativo, y por supuesto, hace deducir que la metodología no ha sido adecuada.


Otras condicionantes específicas del judo para la aplicación de las metodologías de enseñanza durante la iniciación

    a. Aproximación a la función táctica de la técnica

    La técnica se caracteriza por poseer una máxima relación con la táctica y esta última tiene un rasgo esencial que la identifica en cada practicante de forma personal, del que recibe influencias por la aptitud o carácter que asuma en las acciones, que puede ser de táctica ofensiva o táctica defensiva, a la primera la mayoría de los autores la asocian con el grado de empeño por alcanzar la victoria, aunque otros las interpretan como funciones que los alumnos se intercambian durante la competición.

    La acción técnico - táctica posee una serie de indicadores técnicos que al transformarse en fines de la acción adoptan una función táctica y adquieren un objeto de realización más complejo.

    Según Verjochanski (2001), la teoría de la técnica deportiva incluye dos conceptos principales:

  1. De la técnica deportiva.

  2. De la maestría técnico-deportiva del atleta.

    Por técnica deportiva se entiende un sistema de movimientos típicos de un ejercicio de competición, mientras que, por maestría técnico-deportiva se entienden las capacidades del atleta de utilizar eficazmente su potencial motor en las condiciones de entrenamiento y competencia.

    Aquí se puede apreciar una concordancia del concepto técnica deportiva con las tendencias contemporáneas, sin embargo, en el caso del uso que se le da al concepto maestría técnico-deportiva, se aproxima a lo que históricamente se le conoce como táctica, precisamente por la referencia que se hace de las situaciones técnicas en condiciones de oposición, ya sea en el entrenamiento o en la competencia; es justo reconocer que la maestría técnico deportiva en el judo es el estado al que se aspira y se llega únicamente con la utilización correcta de la táctica deportiva.

    Respecto a la táctica, numerosos autores, como Hernández 1994 (Citado por Sampedro, 1999) generalmente coinciden en definir que, el término táctica está presente, cuando se actúa en una situación determinada y esta actuación hace posible la resolución de los problemas que dicha situación plantea.

    Sin embargo, en el caso de los deportes de combate, es necesario ser más exacto y agregar que la acción técnico táctica se produce a expensas de las oportunidades que el oponente brinda o de las que es capaz de crear producto de inducciones engañosas.

    En tal sentido, al examinar las realizaciones de dichas acciones en el judo, se nota claramente su dependencia con estados o procesos psicomotores del contrario, de aquí parte el fundamento de coexistencia de los términos técnica y táctica en el judo y otros deportes donde las acciones adquieren su verdadero sentido a expensas de la actitud del oponente.

    Táctica es la aplicación del elemento técnico aprendido y de la estrategia concebida a priori por el entrenador y el atleta o por ambos, o la inmediata, que tiene lugar durante el combate.

    Para la dirección de la preparación técnico-táctica se tienen en cuenta diferentes modelos, como el clásico, que contempla tres momentos; el de recopilación de la información, el procesamiento de esa información y el producto que se obtiene al ser aplicada.

    Mientras que para la mejor organización de este componente técnico-táctico durante la preparación del deportista y en función de su desarrollo se han asumido dos niveles: El básico o inicial y el de la táctica superior.

    En el inicial se incluyen el desarrollo inicial de habilidades y hábitos relacionados con la ejecución de los elementos técnico tácticos, en situación normal de planificación incluye las técnicas de proyección, de control, virajes, combinaciones, defensas, esquivas y contraataques.

    El nivel superior incluye las acciones que se producen durante un régimen intenso de oposición, esto está asociado a la etapa donde los atletas se disputan sus máximos resultados, lo que se caracteriza, además, por la presencia de otros elementos que en la actualidad se ejecutan junto a las técnicas formales del judo.

    Durante esta preparación, el docente juega un papel importante, al cumplir varas funciones, entre las que está la de recopilar la mayoría de las situaciones que se manifiestan en las acciones competitivas, para luego ser entrenadas con diferentes metodologías como acciones tácticas de mayor dificultad.

    Ante este orden de acciones, se hace necesario tener presente en la preparación, tanto las funciones de los alumnos, como la de los docentes o profesores:

    La función del profesor contiene:

  1. La recopilación de contenido. Generalmente se produce mediante observaciones a competencias.

  2. La planificación del contenido. Se relaciona con su ubicación en los ciclos de preparación.

  3. La aplicación del contenido. Abarca el desarrollo de las habilidades en la sesión de entrenamiento.

  4. Control del rendimiento. Incluye la evaluación y su análisis.

    Funciones del alumno:

  1. Recepción de la información.

  2. Procesamiento de la información.

  3. Aplicación.

  4. Auto evaluación.

    No sería justo dedicar un espacio para comentar sobre la acción técnico-táctica como único fin de la actividad competitiva del judoka sin hacer una oportuna reflexión acerca de la estrategia, esta tiene relación con los eslabones presentados por los psicólogos del deporte, entre los que se destaca con más énfasis, el conocimiento de las características del contrario, punto de partida para la programación de los recursos que a juicio del entrenador y de los atletas se han de aplicar con el fin de alcanzar la victoria. Hasta aquí es estratégico el modo de actuación, ya cuando esto se modela en la práctica para desarrollar las habilidades especializadas, se ingresa en la táctica, que adquiere su momento cumbre cuando se aplica en el combate real.

    En cualquier metodología que se utilice con el fin de alcanzar resultados deportivos a corto, mediano o largo plazo, no solo se deben atender los diferentes componentes de la preparación, que a juicio de Matveev son: preparación física, psicológica, teórica, técnica y táctica, sino de manera prioritaria la interrelación de estos componentes.

    La preparación técnico-táctica del judoka no puede ser un hecho aislado e independiente; si no se tiene en cuenta desde el propio comienzo del desarrollo de las habilidades la aplicación de las técnicas en las situaciones de interrelación con el oponente, su eficiencia y eficacia resultarán absolutamente negativas, creándose una interferencia en el alcance del fin principal de la preparación del judoka.

    Según Mahlo (1969) la táctica tiene principios metodológicos sobre los que se apoya su enseñanza, entre ellos se destacan como aplicables al proceso de formación inicial deportiva:

  1. El principio de sistematización: orienta la manera cómo se deben concatenar cada una de las partes del contenido que se enseña y cómo se deben dirigir los procesos que la componen, en un orden que se corresponda con la lógica del contenido. La elaboración correcta de un determinado plan táctico complejo solo es posible si desde la formación inicial se tratan los conocimientos con un a perspectiva de aplicación.

  2. El principio de la unidad de la formación táctica inicial y la formación táctica compleja: tiene su fundamento en el desenvolvimiento sistemático de las habilidades motoras (elementales y técnicas) que debe existir al comienzo de toda formación táctica, conformando la propia táctica en sí.

    La diferencia entre la técnica y la táctica solo es cualitativa, las habilidades siempre van a ser el contenido de la educación táctica, los estereotipos que se forman durante el desarrollo técnico, por elementales que sean, deben enfocarse en asociaciones unos con otros donde las habilidades constituyen operaciones elementales, a través de esto se incrementa el conocimiento táctico.

    De la experiencia deportiva depende en mayor medida el número de esquemas motores de técnica y de táctica que se posea, y por supuesto, en estas condiciones son mayores las posibilidades de solucionar un mayor número de situaciones que surgen en la competición.

    Otro criterio donde se presenta la relación entre la técnica y la táctica lo podemos notar en la definición de Amador (1996) cuando plantea que la técnica es el conjunto de acciones motrices específicas, codificadas de antemano y secuenciadas en su ejecución; en esta definición se muestra la imposibilidad de separar la técnica de la propia condición para la que se enseña. En otra parte del concepto el autor expresa que en ella está presente un alto nivel de significación desde la finalidad de la especialidad deportiva, esto denota claramente una relación entre los modelos básicos de las técnicas y el fin del respectivo deporte, lo que en la práctica se manifiesta en las condiciones que se le dan al modelo para ajustarlo a determinadas situaciones reales de competición o cercanas a ellas y que se transmiten en el proceso de enseñanza-aprendizaje a través de la aplicación de metodologías más o menos eficaces.

    Petrov (1977) considera tres tipos de tácticas en los deportes de lucha:

  1. Táctica de la acción técnica.

  2. Táctica del asalto o combate.

  3. Táctica de la competición.

    Amador le asigna sub-roles y acciones a cada uno de los tipos expuestos por Petrov, dividiendo la táctica de la acción técnica en rol de ataque y rol de defensa:

    Para el rol de ataque propone los siguientes sub-roles:

  • Desestabilizar.

  • Desequilibrar.

  • Empujar.

  • Amagar (fintar y engañar).

  • Tracción.

  • Desplazamientos preparatorios.

  • Ataques directos.

  • Combinaciones, etc.

    En la defensa propone:

  • Esquivar.

  • Defender o bloquear.

    La táctica del asalto o combate se refiere a la adaptación de los procesos psicológicos a las situaciones específicas de la competencia y dentro de esta, a las condiciones que se crean para lograr la aplicación de las técnicas, estas son:

  • Información sobre el adversario.

  • Regulación de la frecuencia y ritmo de ataques.

  • Lucha por la superioridad moral.

    En el proceso de entrenamiento existen formas de llevar a cabo la preparación técnico-táctica, mediante al entrenamiento diario, entre las formas más usadas en el entrenamiento están: los ataques repetidos, conocidos por uchi komi y la simulación del combate o fracciones de este donde se ensaya lo que se aplicará en el futuro, esta actividad conocida como randori, donde no se pretenden, como objetivo, los mayores esfuerzos de los atletas, por el contrario, se toman como medios para educar la coordinación y otros atributos necesarios para alcanzar el éxito competitivo, es precisamente esto lo que marca su diferencia con el combate o shiai, en este último si se persigue un resultado final.

    En el randori se logra la adaptabilidad a las circunstancias cambiantes, es el juego libre desde el punto de vista que el alumno no tiene la presión que implica el fin de lograr la victoria.


    b. La acción técnico-táctica favorita

    El judo es uno de los deportes que mayor número de técnicas posee y además de que existen patrones básicos de cada una de ellas, su ejecución debe ser adaptada a las características individuales de cada practicante y a las situaciones cambiantes que se puede encontrar durante la actividad competitiva. El hecho de que se adapte a las características personales no resta mérito a la acción, significa una expresión de dominio de la mejor opción en situaciones que lo requieran, hecho este que comienza a engendrarse desde la propia iniciación.

    Por años se reconoció a la técnica como el aspecto más representativo de este deporte, pero su dependencia a las situaciones competitivas a hecho que sea la táctica la que asuma esa representatividad y junto a la condición física determine, con mayor frecuencia, el resultado final en las competiciones.

    Por esa razón en el judo contemporáneo se requiere cada vez más de un equilibrio entre la condición física y la técnico-táctica, la propia necesidad de lograr un incremento puede ser la causa de que no solo se conozca atletas con una técnica favorita (conocida en judo por su denominación japonesa Tokui Waza) sino con dos e incluso con varias, provocando que la preparación técnico-táctica sea cada vez más exigente y se necesite de metodologías mucho más eficientes.

    Otra de las realidades que han acelerado su existencia en la actualidad es la sustitución del concepto de técnica favorita por acción técnico-táctica favorita. La realización de las técnicas siempre sucede en un contexto donde se acompañan de ciertas condiciones previas que le anexa su ejecutante como recursos para atraer al oponente a un estado tal que facilite su factura, esa condición pueden ser, desde otra técnica, hasta un movimiento de engaño. La riqueza en el contexto donde se realiza la técnica hace que esta sea denominada acción técnico-táctica.

    La acción técnico - táctica incluye como generalidad algunas habilidades especializadas que han sido formadas en la iniciación, vinculadas a otras de mayor complejidad. De tal forma que las acciones técnico-tácticas favoritas constituyen desde la iniciación aspectos didácticos cuya enseñanza se debe tratar en esta etapa, adecuando y enriqueciendo las circunstancias a fin de que el alumno se apropie de las cualidades más variadas para su aplicación en situaciones reales de enfrentamiento deportivo.

    Aunque en la práctica resulta incuestionable que los atletas logren dominar varias técnicas y por consiguiente, las apliquen con efectividad en el combate, cada día esta situación se convierte en una necesidad, ante todo por la riqueza táctica que se necesita para poder enfrentar el mayor dinamismo que exigen las reglas actuales de competición y luego poder enfrentar a contrarios que han interiorizado y solucionado esta demanda.


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revista digital · Año 12 · N° 111 | Buenos Aires, Agosto 2007  
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