Max Baer vs Primo Carnera: la pelea de las caídas | |||
Prof. de Educación Física Entrenador Nacional de Atletismo (Argentina) |
Jorge de Hegedüs jhegedus@uolsinectis.com.ar |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 110 - Julio de 2007 |
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Introducción
La serie de películas de Silvester Stallone personificando a un personaje llamado "Rocky Balboa", se constituyó en un gran suceso taquillero en muchas salas cinematográficas en el mundo entero. Obviamente el aspecto puramente artístico hay que descartarlo, pero desde el punto de vista del gusto de mucha gente, es indudable que ha generado mucha satisfacción y entusiasmo. Como seguramente debe ser del conocimiento de muchos de los lectores, se trata de un boxeador mediocre, el cual, con métodos de entrenamiento nada ortodoxos se va abriendo camino hasta llegar a ser campeón del mundo.
En ese sentido aquí se quiere hacer especial referencia a "Rocky IV", en donde este "Rocky Balboa" tiene que enfrentarse nada menos que con el Campeón de la Unión Soviética el cual se llama "Iván Drago" y que está muy bien personificado por el actor escandinavo Dolph Lungren. En una de las escenas de esta película, ambos "contrincantes" ruedan por el suelo y aún en esa circunstancia continúan "descargándose golpes", lo que obviamente ha hecho sonreír a muchos espectadores, los cuales, seguramente habrán pensado "…no hay caso, esto es puro Hollywood". Pero, ¿es realmente así? No del todo, puesto que varias décadas antes dos grandes boxeadores se enfrentaron y llegaron a la misma circunstancia que Rocky Balboa e Iván Drago, pero en una circunstancia nada ficticia: fue absolutamente real. Se trató de una pelea por el título mundial disputado entre Max Baer y Primo Carnera. ¿Quiénes eran estos boxeadores y qué antecedentes poseían?
Baer (Maximilian Adelbert) nació en Omaha, Nebraska el 11 de febrero de 1909. Fue un boxeador perteneciente a una familia cuyo padre era judío, el cual comenzó su carrera en 1929. Su gran talento lo llevó cuatro años más tarde a derrotar nada menos que al campeón alemán Max Schmeling. Este triunfo constituyó el gran espaldarazo que necesitaba para aspirar al título mundial el cual estaba en poder de un italiano llamado Primo Carnera.
Este último había nacido en 1906 en un pequeño pueblo cercano a Venecia llamado Sequals. Pero el parto de su madre al momento de salir al mundo el futuro campeón mundial no debe de haber sido nada fácil; este pesó nada menos que… 8 kg (¡!). Cuando salía de la adolescencia su estatura llegaba a los 2 metros y más de 120 kilos de sólida musculatura. Después de trabajar en un circo haciendo el papel de forzudo es estimulado a dedicarse al boxeo. En efecto, se le organizan varios combates de los cuales sale vencedor. Luego de ello emigra a los Estados Unidos en donde se le programan varias peleas. En las mismas sale airoso pero -y según varios comentarios de la época- en circunstancias nada normales, es decir, mediante sobornos. Pero ello le da fama, hasta que un día se enfrenta con un boxeador serio, Jim Maloney, el cual le propina una derrota humillante. Carnera vuelve a Europa bastante decepcionado, se dedica a entrenarse y de esta forma pule su enfoque pugilístico. En estas condiciones es que retorna a los Estados Unidos con una técnica más elaborada. De esta forma, y después de haber protagonizado algunas peleas ya "más en serio" el 29 de junio de 1933 se enfrenta con el Campeón del Mundo Jack Sharkey. La superioridad de Primo Carnera fue notable, de tal forma, que en el sexto round lo dejó fuera de combate. El italiano se había convertido en Campeón del Mundo.
Pero la verdadera prueba para el gigante italiano llegó cuando se tuvo que enfrentar con Max Baer, también denominado como el "Apolo Judío". Este era bastante más técnico que Carnera, con mejor calidad boxística. De todas maneras hay que destacar que cada uno de estos pugilistas cargaba sobre sus espaldas verdaderas tragedias. Baer tenía golpes tan fuertes que llegó a noquear hasta la muerte a dos boxeadores, los cuales, y según comentarios de la época, prácticamente los descerebró; mientras que Carnera hizo lo propio con un contrincante ? Ernie Schaff? al cual noqueó dejándolo en estado de coma, y luego, a los tres días, este falleció en un hospital.
El enfrentamiento se disputó el 15 de junio de 1934, prometía ser épica y hasta una "carnicería": dos pugilistas que habían llegado a matar a contrincantes por el poder de sus puños. Toda Italia -inclusive hasta el propio Benito Mussolini- estaba pendiente de su ídolo, mientras que los norteamericanos, especialmente la comunidad judía, seguían con enorme interés el papel que desempeñaría Baer. Lo que ocurrió y obviamente de acuerdo a lo que se esperaba, no mostró a dos boxeadores técnicos como lo fueron quizás Jack Johnson, Gene Tunney, Jack Dempsey o Georges Carpentiere. Más que un encuentro pugilístico, y como ya se suponía, pareció una verdadera riña callejera.
El público en general apostó al italiano, especialmente por su gran envergadura, lo cual haría muy difícil "entrarle" o aproximársele por parte de Baer. Pero este último, si bien era obviamente bastante más bajo que Carnera, y su peso corporal también era inferior -1.93 y 120 kg-, tenía una pegada descomunal: era sumamente fuerte.
Pero desde el comienzo de la pelea se comenzaron a notar singulares diferencias a favor de Max Baer. En efecto, ya en el primer round este tiro a la lona a Carnera dos veces. Inclusive, en la segunda caída, el italiano arrastró consigo a Baer, es decir, cayeron juntos. Y ahí en el suelo siguieron dándose puñetazos. Según los registros periodísticos de ese combate, Baer le dice a Carnera "el que se levante primero es un marica…". El hasta ese momento campeón del mundo, el gigante italiano, se dio cuenta que debido a las dos caídas que había sufrido, la pelea se le estaba escapando de las manos. Por dicha causa, a partir de ese momento empezó a perseguir al "apolo judío" tratando de descontar la diferencia que este último ya le había sacado. Carnera goleó algunas veces a Baer, pero este no tuvo problemas en asimilar el ataque del italiano. Pero a medida que fue desarrollándose la pelea la superioridad de Baer se fue acrecentando, tanto en el aspecto defensivo como en hábiles contraataques, de tal forma, que llegó a tirar a Carnera nada menos que 10 veces mas (¡!). El árbitro finalmente paró la pela y se decretó el triunfo de Max Baer por k.o. técnico. Según el presidente de la "Paramount" y escritor Budd Shulberg, el cual presenció la pelea, luego comentó enfáticamente "Aquella noche, un hombre, norteamericano, judío, de Nebraska, padre de dos, derribó a golpes a la montaña errante y fue campeón mundial… pero además, aún tuvo la suerte de que Baer lo salvase -a Carnera- de Joe Louis. Joe Louis hubiese podido matarlo…".
¿Cuál fue el futuro de ambos boxeadores? Fue bastante distinto. Carnera, prácticamente sin un centavo en sus bolsillos volvió a Italia. En su país de origen hizo algo de teatro y luego de finalizada la II Guerra Mundial los partisanos no habían olvidado que había sido admirado por "il Duce" y estuvieron a punto de lincharlo. Pero le "perdonaron la vida". ¿La razón? Que no solamente había sido el "mimado" de Mussolini, sino de toda Italia. Una vez que las cosas se calmaron Carnera se dedicó al "catch" en donde llegó a ser "campeón del mundo". Su retiro definitivo se produjo en 1962, y de esta forma retorna al pueblo que lo vio nacer, a Sequals, para dedicarse a su familia. Falleció el 29 de junio de 1969 rodeado de todo el cariño tanto de los suyos como de sus muchos amigos. A la entrada del pueblo de Sequals hay una dedicatoria hacia su persona que dice: "Viva Carnera".
¿Y qué fue de Max Baer? En realidad este no era muy dedicado al entrenamiento puesto que hasta fue considerado como un verdadero play boy. Esto hizo que en su siguiente defensa del título tuvo que enfrentarse con un pugilista que en realidad era inferior a él, pero que se había tomado las cosas muy en serio y que estaba muy bien entrenado. Este fue James Braddock, el cual, y hasta de forma sorpresiva derrota a Max Baer por puntos. Más adelante este último intentó recuperar el título el cual ya estaba en manos de un afro americano, denominado el "bombardero de Detroit", Joe Louis. Este último le propina una gran paliza y terminó por nockearlo. Baer no se retiró del todo dado que siguió peleando hasta el año 1941. En total ganó 65 de las 79 peleas que disputó. Pero el mundo no olvidó al "apolo judío". ¿La razón? Ello se debió a que, paralelamente desde el año 1934 alternaba el gimnasio, el cuadrilátero, con los "set" de Hollywood, en otras palabras: Max Baer también era actor de cine. No fue una estrella de primera categoría, pero sí de reparto, y llegó filmar varias películas, incluso junto al famoso Humphrey Bogart y también con el dúo de cómicos Bud Abbot y Lou Costello ("África Ruge"). Obviamente siempre caracterizó a "forzudos". Se retiró definitivamente a mediados de los años cincuenta del siglo pasado debido a problemas cardíacos. Por la misma causa falleció en 1959 en Hollywood: tenía cincuenta años de edad cuando ocurrió su deceso.
Tanto Max Baer como Primo Carnera no solamente son recordados por haber sido campeones del mundo, por la famosa pelea de "las caídas", sino también por la calidad de personas que eran. Primo Carnera siempre fue reconocido por ser "el grandote bueno". A Baer lo recuerdan por su caballerosidad. De acuerdo a los comentarios de la época se destaca que el "apolo judío" siempre visitaba a su ocasional adversario luego de finalizada la pelea. Incluso pagó los estudios de los hijos de aquello dos pugilistas que había derrotado hasta la muerte. El apellido "Baer" se siguió manteniendo vigente mediante uno de sus hijos, Max Baer Jr. el cual se convirtió en actor de televisión, teniendo un papel protagónico en la recordada serie "Los Beverly Ricos".
revista
digital · Año 12
· N° 110 | Buenos Aires,
Julio 2007 |