El estrés y las lesiones deportivas (I). El estrés previo a la lesión |
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Licenciado y profesor en Educación Física. (España) |
Raúl Gonzalo Prieto inforaulgonzalo@yahoo.es |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 110 - Julio de 2007 |
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Introducción
En los últimos años, se ha demostrado que la presencia de niveles elevados de estrés puede provocar que el deportista sea más vulnerable a las lesiones (déficits atencionales, cansancio y agotamiento anticipados, etc.). El presente artículo pretende profundizar en la relación causa-efecto existente entre el estrés y las lesiones deportivas.
¿Qué es el estrés?Podemos definir estrés como aquella situación donde existen varios estímulos que provocan ansiedad (se mantienen activados constantemente). Suele provocar reacciones psicosomáticas. Se diferencia de la ansiedad en que sus ataques no son tan agudos como los de esta, sino que son de carácter más continuado en el tiempo.
Estrés previo a las lesiones1. Situaciones estresantes en el deporte
1.1. Generales
Conflictos familiares: Divorcio, pérdida de un familiar querido, etc.
Problemas financieros.
Dificultades cotidianas: Discusión acalorada, perder en una partida de ajedrez, etc.
1.2. Específicas
En el deporte de competición
Estilo de vida complicado: Los deportistas de alto nivel cambian con frecuencia el lugar de residencia, sus amistades, viajan mucho, por lo que la relación con la familia es algo distante, están sometidos a una férrea disciplina, etc.).
Entrenamiento deportivo duro: El deportista debe mejorar continuamente, mantener un sobreesfuerzo constante, evaluarse a menudo, etc. J. M. SILVA (1990), utilizó el término "Síndrome del estrés del entrenamiento" para referirse al cuadro de manifestaciones que suelen observarse a partir del sobreentrenamiento (falta de energía y entusiasmo, cansancio casi permanente, aburrimiento, mayor lentitud de reacción, pérdida de precisión, gran dificultad a la hora de detectar y solucionar situaciones de riesgo, etc.).
Competición deportiva muy exigente:
La necesidad de tener que adaptarse a unas condiciones específicas, a veces excesivamente estresantes en las que se debe competir (lugar, horarios, temperatura, clima, ruido ambiental, etc.).
El hecho de estar expuestos a la evaluación permanente de los demás (medios de comunicación, público, familiares, entrenador, compañeros, etc.).
La excesiva acumulación de competiciones. Como ejemplo de ello, podemos comentar lo sucedido a raíz del Campeonato del Mundo de fútbol celebrado en 2006 en Alemania. Algunos jugadores importantes en el fútbol europeo están sufriendo una crisis en su rendimiento y un considerable número de lesiones durante la temporada 2006/07. Después de una dura temporada con sus clubes (2005/06), se incorporaron, sin apenas descanso, a sus respectivas selecciones nacionales para disputar el mundial, volviendo de nuevo poco después, y una vez concluida su participación en Alemania, a sus equipos para comenzar los entrenamientos y empezar a disputar los partidos de pretemporada. En la mayoría de los casos el rendimiento inicial fue satisfactorio (incluso demasiado bueno para un comienzo de temporada y muy superior al de sus compañeros no internacionales) pero una vez iniciada la Liga, los problemas físicos y las lesiones asolaron a estos jugadores.
La trascendencia de los resultados (en muchos casos, los deportistas se juegan su trabajo de mucho tiempo, sus futuros contratos o becas, su estatus deportivo, el reconocimiento de los demás e incluso su estima personal)
La incertidumbre del resultado o del propio rendimiento.
La necesidad de atender a los medios de comunicación con anterioridad a la competición.
La obligación de rendir al máximo en todo momento.
El hecho de tener que superar sensaciones de dolor, cansancio, incomodidad, enfado, preocupación y decepción, que aparecen a menudo durante la competición.
La necesidad de mantener la concentración apropiada en todo momento.
La necesidad, en ocasiones, de tener que tomar decisiones trascendentes para el desarrollo de la competición en segundos o décimas de segundo.
La imposibilidad de controlar multitud de cuestiones, ajenas al deportista, que pueden influir en el propio rendimiento (estado del campo, etc.) o en el resultado final (rendimiento de los rivales, etc.).
En el entorno del ejercicio físico para la salud o el ocio
La dificultad diaria para la práctica: El sujeto debe buscar un hueco en su horario, desplazarse al lugar de entrenamiento, etc.
El cumplimiento de las tareas previstas: Que suelen ocasionar dolor y cansancio.
La presión social de los compañeros de actividad.
El reto de alcanzar un objetivo determinado de antemano que exige un esfuerzo (en muchas ocasiones excesivo) del sujeto.
2. Variables personales que pueden aumentar o disminuir el potencial estresante
Historia pasada de lesiones: Tiene un efecto estimulador del potencial estresante de la situación.
Apoyo social: Numerosos estudios han demostrado, en líneas generales, que en presencia de situaciones estresantes, el apoyo social puede contribuir a reducir el riesgo lesional del deportista.
Alta motivación de logro deportivo: Según S. Márquez y M. Zubiaur (1989), la motivación es "un término que hace referencia a la intensidad y dirección del comportamiento [...]. Es decir, es una variable que influye directamente en la selección, intensidad y persistencia de una determinada conducta". Es función del entrenador motivar a los deportistas durante períodos determinados de tiempo.
Pero la motivación, puede tener tanto un efecto reductor como un efecto estimulador del potencial estresante de la situación, por lo que se deberá tener especial cuidado en este aspecto.
Ansiedad-rasgo: La ansiedad constituye posiblemente uno de los problemas más discutidos en el campo de la Psicología. S. Márquez (1992) la definió como "un estado especial de agitación y tensión, con reacciones somáticas y psíquicas especiales por anticipación, recuerdo o experimentación actual de situaciones de inseguridad o amenaza, tanto real como imaginaria".
Existen cuatro determinantes de la ansiedad ante la competición: ansiedad cognitiva, falta de control de determinantes externos, ansiedad social y sensación de inadecuación (S. Márquez, 1992).
Los eventos positivos estresantes, sólo provocarán niveles perjudiciales de estrés en aquellos deportistas que poseen una tendencia elevada a reaccionar con ansiedad en situaciones estresantes relacionadas con su actividad deportiva, lo que contribuiría a acentuar el carácter amenazante de elementos inherentes a la nueva situación y favorecería la aparición de la respuesta de estrés, incrementando el riesgo de lesiones. Como ejemplo de ello, podemos comentar que la participación en competiciones deportivas durante la infancia y la adolescencia, puede llevar al sujeto a situaciones muy estresantes (S. Márquez y M. Zubiaur, 1991). No todos los niños viven las situaciones competitivas del mismo modo. Para algunos, la competición supone una fuente de cambios conducente a cierto nivel de activación necesaria para la correcta ejecución. Sin embargo, otros jóvenes experimentan ansiedad y diversos efectos negativos ante estas situaciones, pues se ven imbuidos en un estado de sobreexigencia en que el niño busca la victoria ante todo, estando sometidos a una enorme presión ambiental (padres, entrenadores, etc.) (S. Márquez y M. Zubiaur, 1991).
La mayoría de los psicólogos del deporte han considerado la ansiedad como estado y como rasgo, es decir, como una variable interviniente y han tratado de modificar los distintos niveles de ansiedad que impedían la ejecución óptima.
La aparición del cuestionario de ansiedad-estado ante la competición (CSAI-2) (Martens y cols, 1990) ha posibilitado progresar en los conocimientos sobre la ansiedad en la competición deportiva. B.Tabernero y S. Márquez (1994), adaptaron el CSAI-2 al español con el fin de evaluar la intercorrelación entre las escalas del cuestionario, la relación con la ansiedad-rasgo y las pautas de evolución temporal con respecto a la proximidad de la competición. Este estudio mostró una gran relación entre la ansiedad-rasgo y las escalas de ansiedad cognitiva y autoconfianza del CSAI-2 (no la ansiedad somática).
Alta autoestima: Tiene un efecto reductor del potencial estresante de la situación.
Dureza: Está compuesta de tres elementos:
Control: Implica la tendencia de la persona a percibir que controla los eventos potencialmente estresantes que suceden en su vida.
Compromiso: Tendencia a involucrase en aquello que uno hace o que necesariamente tiene que afrontar, en contraposición a eludirlo total o parcialmente.
Reto: Tendencia a considerar las situaciones potencialmente estresantes como dificultades que pueden ser superadas e incluso a considerarlas como interesantes oportunidades para superarse y hasta para disfrutar intentándolo, en lugar de considerarlas como amenazantes.
Gracias a los estudios de K. M. NOWACK (1990), M. B. ANDERSEN y J. M. WILLIAMS (1988), J. R. GROVE (1993) y J. D. GOSS (1994) podemos concluir que los deportistas con altas dosis de "dureza" son menos vulnerables a las lesiones.
Tendencia al optimismo: Tiene un efecto reductor del potencial estresante de la situación.
Estilos de afrontamiento del estrés: El estudio realizado por S. J. HANSON y col. (1992) mostró la existencia de una relación positiva entre el mayor número de recursos de afrontamiento del estrés (estrategias utilizadas para combatir el estrés) y la menor frecuencia de lesiones deportivas.
Elevada autoconfianza: Tiene un efecto reductor del potencial estresante de la situación.
Sistema rígido de creencias y actitudes: Tiene un efecto estimulante del potencial estresante de la situación.
3. Relación entre la existencia de estrés y la aparición de lesionesSe ha demostrado que la presencia de niveles elevados de estrés puede producir efectos perjudiciales que provocan que el deportista sea más vulnerable a las lesiones (déficits atencionales, cansancio y agotamiento anticipados, etc.). Esto es debido a que quizás el estrés puede provocar:
que el deportista busque la lesión de una forma inconsciente como válvula de escape de la situación de estrés en la que se encuentra sometido.
déficits atencionales como consecuencia de una activación muy baja. Si el organismo no alcanza el grado de activación necesario para rendir, podrán propiciarse grandes descuidos que lleven irremediablemente a la lesión.
que los deportistas busquen el control de las situaciones estresantes, propiciando excesos en el entrenamiento que pueden resultar muy perjudiciales.
la aparición de comportamientos incontrolados agresivos y de riesgo físico que contribuirán a incrementar la probabilidad de las lesiones.
una sobreactivación que pueda acelerar la aparición del cansancio y agotamiento físico del deportista y que propiciará frecuentemente una distracción atencional que pondrá, a buen seguro, en peligro la integridad del deportista.
una sobreactivación muscular específica que dificulta la flexibilidad y la coordinación motora, empeorando la calidad de los movimientos corporales involucrados en la actividad deportiva y aumentando, de este modo, la vulnerabilidad de los deportistas a las lesiones.
una depresión del sistema inmunitario del organismo, que hará que el deportista sea más vulnerable a las lesiones.
que el deportista combata el estrés laboral o familar mediante la actividad física, lo que puede llevar a situaciones de exceso en su realización que aumenten el riesgo lesional.
es combatido (el estrés laboral o familiar) mediante la actividad física, por lo que es habitual que se produzcan excesos en su realización que aumenten la vulnerabilidad a las lesiones.
Existen diversos estudios que han investigado la relación entre el estrés y las lesiones deportivas:
G. KERR y H. MINDEN (1988)
Evaluaron la presencia de eventos vitales estresantes y la proximidad de la competición con gimnastas olímpicas y promesa de Canadá y lo relacionaron con la aparición de lesiones y con el tiempo de recuperación.
Llegaron a la conclusión de que casi la mitad de las gimnastas que se lesionaban, lo hacían durante la semana anterior a la competición, y el 40% de ellas se producían el mismo día de la competición (pocas horas antes de comenzar). En presencia de situaciones vitales estresantes, las lesiones eran más numerosas y graves, siendo además su tiempo de recuperación mucho mayor.
La suma de situaciones estresantes (acontecimientos vitales y competición deportiva) puede aumentar todavía más el riesgo de lesiones.
T. A. PETRIE (1993)
Realizó dos investigaciones con muestras elevadas de jugadores de fútbol americano universitarios. Diferenció entre jugadores titulares y jugadores suplentes y observó la posible influencia de los estímulos estresantes característicos de ambos (mayor exposición a ser evaluados, mayor responsabilidad, etc. en los titulares y mayor incertidumbre, falta de confianza, etc. en los suplentes).
Primera investigación (1993): Observó una relación entre la presencia de estímulos positivos vitales relacionados con la actividad del deportista (alcanzar la titularidad, ser más seguido por los medios de comunicación, tener un puesto de responsabilidad en el equipo, etc.) y la aparición de lesiones. Estos cambios vitales positivos pueden llegar a ser estresantes (puede propiciar mayor vulnerabilidad al estrés y, del mismo modo, a las lesiones), debido a la novedad que suponen y, por lo tanto, a la necesidad de adaptación que conllevan.
Segunda investigación (1993): El mayor número de lesiones y el tiempo perdido por estas se relacionó con la presencia de estímulos negativos vitales (muerte de un familiar, etc.). En ambos estudios, los resultados fueron significativos únicamente en el caso de los jugadores titulares, pero no en el de los suplentes.
Con ambos estudios llegó a la conclusión de que todos los cambios vitales (y no sólo los negativos) pueden ser estresantes y por lo tanto perjudiciales para el deportista.
4. Evaluación del estrés previo a las lesionesComo ya ha quedado reflejado anteriormente, el estrés parece aumentar la vulnerabilidad a las lesiones. Por ello es conveniente evaluar la situación en la que se encuentran los deportistas antes de lesionarse, de tal modo que se puedan adoptar las medidas preventivas cuando sea necesario.
La evaluación puede realizarse mediante diversos procedimientos: entrevista, cuestionario, observación, auto-observación, registros psicofisiológicos, etc. Lo ideal es la combinación de diferentes métodos, para obtener un resultado más objetivo.
Será interesante evaluar:
Estrategias de las que dispone el deportista para controlar las manifestaciones del estrés y sus consecuencias perjudiciales:
Es interesante la utilización de la entrevista, la observación, la auto-observación y algunos cuestionarios para comprobar cuáles son los mecanismos del deportista para hacer frente al estrés (¿domina técnicas de relajación?, ¿utiliza técnicas adecuadas para centrar la atención?, etc.).
Recursos y posibilidades disponibles para poder intervenir en cada uno de los niveles anteriores:
También es interesante la utilización de la entrevista, la observación, la auto-observación y algunos cuestionarios para evaluar cuáles son los recursos y las posibilidades para la intervención (¿tiene lugar para practicar?, ¿qué disposición tiene?, ¿están dispuestos a colaborar con los padres y/o con el equipo médico?, etc.).
Manifestaciones y consecuencias concretas de estrés:
Existen diversos cuestionarios para detectar las posibles manifestaciones del estrés:
Symptom Checklist-90 (S.C.L.-90) (L. R. DEROGATIS, 1975): Pretende detectar la presencia de posibles desajustes emocionales, como son los síntomas de hostilidad, depresión, ansiedad fóbica, hipersensibilidad interpersonal, ansiedad somática, ansiedad general.
Otra forma de recoger información es a través de cuestionarios de ansiedad, depresión o estado de ánimo y utilizar escalas de ansiedad-estado.
A raíz de la obtención de datos mediante la utilización de alguno de estos u otros instrumentos, será conveniente realizar un análisis funcional de cada caso concreto. Para ello deberemos:
Definir cuáles son las manifestaciones concretas del estrés (síntomas fisiológicos, pensamientos, etc.).
Identificar las situaciones previas en las que se producen estas manifestaciones (en presencia de qué personas, en qué momentos o lugares, ante qué responsabilidades de rendimiento, etc.).
Observar sus consecuencias relevantes (positivas y negativas).
Situaciones potencialmente estresantes:
Será interesante evaluar:
Las situaciones ajenas al entrenamiento y la competición, que pueden ser estresantes.
Las demandas del entrenamiento deportivo.
Las demandas de la competición deportiva.
Las situaciones asociadas a lesiones anteriores.
Apariciones en público y medios de comunicación.
Existen diversos cuestionarios para detectar las situaciones favorecedoras del estrés:
Cuestionarios específicos de la práctica deportiva:
Intentarán detectar la presencia de acontecimientos potencialmente estresantes relacionados con la práctica deportiva. Los más destacados son los siguientes:
El Athletic Life Experience Survey (A.L.E.S.).(S. J. HANSON y otros, 1992).
Life Events Survey for Collegiate Athletes (L.E.S.C.A.). (T. A. PETRIE, 1993).
Cuestionario sobre el Historial Deportivo (C.H.D.). (P. DÍAZ y otros, 1995).
Cuestionarios ajenos a la práctica deportiva:
Observan los sucesos vitales mayores diarios. Son útiles para una evaluación más completa. Los más destacados son los siguientes:
Cuestionario de Sucesos Vitales (C.S.V.) (B. SANDÍN y P. CHOROT, 1987).
Cuestionario de Eventos Diarios (C.E.D.) (M. A. SANTED y otros, 1991).
Variables personales de especial importancia:
Existen diversos cuestionarios e instrumentos para evaluar variables personales que se consideran relevantes a la hora de aumentar o amortiguar el potencial amenazante de las situaciones estresantes:
Support Functions Questionnaire (S.F.Q.) (C. J. HARDY y otros, 1991): Evalúa el apoyo social.
Health Locus of Control Questionnaire (H.L.C.Q.) (J. L. DUDA y otros, 1989): Evalúa el locus de control.
Ways of Coping Checklist (Adaptación al contexto deportivo) (P. R. E. CROCKER, 1992): Evalúa los estilos de afrontamiento de los deportistas.
Cognitive Hardiness Inventory (Adaptación al contexto deportivo) (C.H.I.) (J. D. GOSS, 1994): Evalúa el patrón de conducta "dureza".
La información obtenida a través de estos cuestionarios, puede ser completada mediante procedimientos de auto-observación y entrevistas con el deportista, sus entrenadores y familiares:
Cuestionario de características Psicológicas relacionadas con el Rendimiento (C.P.R.D.) (J. M. BUCETA y otros, 1994): Evalúa la presencia de situaciones estresantes relacionadas con el entrenamiento y la competición, y la existencia de determinados recursos y habilidades para controlarlas.
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