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Introducción

    Soy diplomado en Magisterio por la especialidad de Educación Física en la Universidad de Huelva; también cursé TAFAD (Módulo grado superior de actividades físico-deportivas), soy un antiguo jugador de Voleibol que he llegado a competir en competiciones europeas con el Club Voley Aguas de Huelva.

    Logré mantener un nivel deportivo bastante alto jugando durante siete años consecutivos en división de honor de voleibol incluso siendo llamado por el seleccionador nacional júnior.

    Lo malo comienza cuando te dice un médico que se acaba el deporte debido a una grave lesión de hombro y que hay que pasar sin remedio por el quirófano para poder restaurar un hombro muy mal trecho, es aquí cuando un deportista lo ve todo negro y se te viene el mundo abajo.

    ¿Acaba toda una vida dedicada al deporte?, ¿es el fin de mi afición predilecta?, ¿qué será de mí ahora? éstas son algunas de las ideas que pasan por la cabeza de cualquier persona que ve el final a una actividad que he realizado toda una vida.

    En la actualidad tengo 26 años y ya llevo dos años retirado del voleibol. He podido comprobar en este tiempo que el mundo no se acaba aquí que esa presión que amaba de jugar y de competir se ha acabado y ¿ahora qué? Solo ha cambiado una cosa, mi idea de la formación de jugadores.

    En este tiempo he podido terminar mi carrera de Educación Física que tenía un poco apartada debido a tantos entrenos y viajes y lo más importante creo que he comprendido que he estado toda una vida equivocado respecto a la formación de los escolares y jugadores.

    Llevo 7 años trabajando en escuelas de voleibol y siempre con una sola idea que los niños aprendieran a jugar a este deporte y que compitieran y sobre todo que ganaran no a cualquier precio pero si a ganar. En la actualidad trabajo en un patronato de deportes donde se pretende solamente incentivar la ilusión de los niños por el deporte. Soy coordinador de escuelas municipales y he podido comprobar como antes estaba muy equivocado.

    He podido comprobar en la actualidad como hay que hacer las cosas, los contenidos desarrollados en mi carrera toman cada vez más significado, un aprendizaje vivenciado, una innovación y formación continua y un aprendizaje basado por y para el alumno son algunas de las cosas que cada día tengo más claras. En la actualidad creo a pie juntillas en la idea constructivista de que el alumno es el centro de todo aprendizaje y para ello basarse en sus características y sus posibilidades.

    En aquellos colegios en los que trabajo compruebo día a día como los alumnos valoran mucho más las actividades innovadoras y diseñadas para su disfrute. Sobre todo que una metodología indagativa y de libre exploración desarrolla mucho más su creatividad que un mecanismo repetitivo para algún aprendizaje específico.

    Claro está que éstas y otras cuestiones se aprenden con la experiencia, pero tengo muy claro que a día de hoy no volvería jamás a mi idea anterior de crear jugadores y ganadores. Creo en la actualidad que hay que formar a los niños para estar listas y desenvolverse en la sociedad en la que vivimos y nosotros los profesionales tenemos una gran arma y es motivarles, inculcarles y sobre todo formarles con nuestra herramienta que les apasiona que es la actividad física y motriz.

    Para concluir me gustaría hacerlo con una frase reflexiva que dice: Si analizas tu práctica diaria mejorarás tu acción educativa.

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revista digital · Año 11 · N° 106 | Buenos Aires, Marzo 2007   © 1997-2007 Derechos reservados