Reflexiones acerca de la habilidad escuchar en el proceso docente - educativo |
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Profesora de Español de la Facultad de Cultura Física de Camaguey (Cuba) |
Lic. Moraima Aguilar Benítez Juan2@fcf.camaguey.cu |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 106 - Marzo de 2007 |
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Desarrollo
La comunicación, como proceso de intercambio de mensajes entre los hombres, mediante el cual se trasmiten, a través del lenguaje, pensamientos, experiencias, sentimientos, y se lleva a cabo todo el sistema de relaciones humanas, surgió desde los orígenes de la humanidad y constituye un importantísimo factor para el desarrollo de la personalidad del individuo y de la sociedad.
El proceso de comunicación humana "es una transacción de significados que se realiza por medio de textos "(1) orales y escritos, de allí que para comunicarse de manera efectiva sea indispensable la adecuada codificación o producción de la información y la decodificación o comprensión de esta; de tal forma, creando e interpretando textos se logra la interrelación social que constituye la comunicación.
La comprensión de significados o decodificación se realiza a través de dos vías: la auditiva y la visual. "Cuando se emplea la vía auditiva el emisor es un hablante que trasmite su mensaje mediante la lengua oral y el receptor es un oyente o escucha, cuando se emplea la vía visual, el emisor es un escritor que construye su mensaje mediante la utilización de la lengua escrita y el receptor es un lector."(2)
Escuchar, hablar, leer y escribir son habilidades comunicativas fundamentales para poseer competencia comunicativa y ser comunicadores eficientes; de ahí que su desarrollo constituya una tarea de primer orden en el proceso docente - educativo, que es, a su vez, un proceso comunicativo.
Los niños aprenden a hablar la lengua materna por imitación, porque escuchan a sus padres y otras personas de su entorno antes de iniciar la etapa escolar. Después en la escuela se hace énfasis en el desarrollo de las habilidades para leer, escribir, hablar; sin embargo no se le da mucha importancia a la habilidad de escuchar, aunque si pensamos bien, los alumnos deben permanecer una parte significativa de la clase escuchando, y de hecho, adquiere a través de la escucha múltiples conocimientos.
En los momentos actuales en que muchas de las clases, en todos los niveles, se trasmiten mediante la utilización de tele- clases o video clases, o con el apoyo de los programas audiovisuales, el desarrollo de la habilidad escuchar en los sujetos de proceso docente educativo resulta de tal importancia, es nuestro propósito exponer algunos criterios relacionados con esta habilidad.
Para muchos de nosotros los términos escuchar y oír significan lo mismo; sin embargo, actualmente el proceso docente educativo realza su valor y es un objetivo esencial el desarrollo de la competencia comunicativa de los estudiantes, debemos hacer una pausa y reflexionar en este sentido: ¿Es lo mismo escuchar que oír ?La profesora chilena Cecilia Beuchat señala: "El oír se refiere a la recepción física de las ondas sonoras a través del oído. Escuchar, en cambio, incluye además de oír, la capacidad de recibir y responder al estímulo físico y de utilizar la información captada a través del canal auditivo. En tal sentido la escucha podría definirse como el proceso por el cual el lenguaje hablado se convierte en significado en la mente del receptor."(3)
Estudios realizados han constatado que de las habilidades comunicativas, la que más se practica es la de escuchar, pero contradictoriamente en la escuela no se ejercita suficientemente. La habilidad de saber escuchar es un indicador de gran valor en el comportamiento de un buen comunicador.
Según la Doctora Victoria Ojalvo, una buena escucha o una escucha atenta requiere de:
La capacidad de sentir, de percibir sensorialmente lo que trasmite otra persona.
La capacidad de interpretar, de comprender el mensaje captado, este aspecto exige tomar conciencia de las posibilidades de tergiversación de los mensajes, tratar de diferenciar los hechos de las suposiciones y las opiniones.
La capacidad de evaluar, de decidir la importancia y validez en determinado contexto de lo escuchado.
La capacidad de responder al mensaje el interlocutor. (4)
En la comunicación oral, fundamentalmente durante el proceso docente - educativo, deben cumplirse estas cuatro acciones en los estudiantes, de no realizarse se altera el proceso comunicativo, lo cual ocurre en ocasiones porque no se entiende eficazmente la información o no se interpreta correctamente el mensaje trasmitido, o no se valora con la profundidad necesaria el contenido. Sucede entonces que no se produce la respuesta deseada y la comunicación se obstaculiza, es por tanto indispensable enseñar a escuchar de forma efectiva a los sujetos del proceso docente - educativo.
Los docentes deben conocer que existen diferentes formas de escuchar. Estas son:
La escucha atencional: Cuando el oyente atiende para obtener información y poder participar activamente. Se utiliza con mucha frecuencia en el aula para escuchar órdenes, instrucciones, mensajes.
La escucha analítica: Cuando el oyente analiza el mensaje para responder o resolver alguna cuestión, si llega a emitir un juicio, entonces es un "escuchar crítico". Esta forma puede manifestarse al escuchar para responder preguntas, para dar la opinión, resumir ideas, etc.
La escucha apreciativa: cuando se escucha para disfrutar y deleitarse como goce espiritual o estilístico. Se utiliza al oír la música, una canción o una obra literaria, poemas, fábulas, cuentos.
La escucha marginal: Cuando no constituye una actividad principal, sino que se escuchan los sonidos que están en otro plano, como los sonidos del ambiente, la música de fondo, se escucha sin proponérselo. (5)
Como puede apreciarse, los diferentes tipos de escucha pueden estar presentes en distintos momentos del proceso docente.
Saber escuchar significa dirigir la atención hacia las palabras del otro, tratando de lograr una percepción exacta de la palabra hablada y extraer lo esencial del mensaje oído y no hacer juicios anticipados, sin haber comprendido cabalmente la información brindada por el interlocutor. Por eso es necesario dejar que los demás hablen.
Saber escuchar no es un acto pasivo, sino activo. Los que saben escuchar se muestran pacientes en la actividad comunicativa. Ser buen oyente no es tan fácil, pues en la comunicación frontal intervienen también los recursos no verbales que matizan la información y, a veces, son determinantes en la comunicación mutua.
Existen defectos por parte del oyente que impiden la escucha activa, lo que se pone de manifiesto cuando este:
No presta la debida atención a lo que se está diciendo.
Está pensando en su respuesta. En lugar de escuchar atentamente, la va preparando mientras el interlocutor está aún hablando.
Tiende a fijarse en detalles en lugar de tomar las informaciones principales.
No hace más que prolongar el pensamiento del hablante. Repite más de lo que el interlocutor ha dicho.
Intenta encajar en sus esquemas mentales lo que él menos domina.(6)
Es un deber del docente contribuir a que sus alumnos eliminen esos defectos y practiquen la escucha activa, para lograrlo es una necesidad enseñarlos a escuchar partiendo del ejemplo personal como modelo de comunicador eficiente que posee un dominio pleno de su lengua y las habilidades comunicativas, proponer actividades que favorezcan el aprendizaje adecuado para desarrollar la habilidad de escuchar y que esta se convierta en un hábito. Durante la clase es imprescindible la motivación constante para lograr una plena atención, que se propicie el diálogo profesor - alumno y entre los propios estudiantes, favoreciendo la participación de todos; debe habituarlos a mantenerse en silencio cuando los otros hablan, a no interrumpir, a solicitar la palabra y esperar su turno para expresarse, a mostrar atención e interés hacia lo que dicen los demás.
La escucha activa implica que el que escucha está tratando de comprender al que habla, requiere captar la idea central, hacer preguntas para cerciorarse de haber entendido lo que ha querido decir el interlocutor.
Es necesario también tener presente que en la comunicación tan importante como lo que se dice es cómo se dice y tomar en cuenta la comunicación no verbal.
El educador ha de ser cuidadoso de su expresión no verbal, la que debe ser coherente con su discurso verbal; mirar de frente a sus alumnos cuando se dirige a ellos, hablarles en un tono de voz adecuado, cuidar la entonación, los gestos y la mímica facial; observar sus rostros para apreciar si comprenden lo que se les comunica, escucharlos atentamente, tratar de percibir sus sentimientos, inquietudes, aunque no los expresen abiertamente; apreciar sus gestos, sus posturas, si denotan insatisfacción, cansancio, aburrimiento, o si está despertando en ellos interés, agrado, y puede continuar la comunicación.
La escucha atenta tiene ventajas en las que se debe enfatizar:
Escuchar reduce la tensión.
Escuchando se aprende.
Escuchando se hacen amigos.
Escuchando se estimula al que habla.
Escuchar ayuda a tomar mejores decisiones.
Escuchando uno puede aprovechar la experiencia de otras personas que trabajan en el mismo campo.
Escuchando se aprende a trabajar mejor. (7)
Por lo tanto, se hace indispensable el desarrollo de la habilidad de escuchar en los estudiantes a través del proceso docente - educativo para contribuir a lograr su competencia comunicativa y para la aprehensión de los conocimientos, pues es este un proceso en el que se involucran docentes y estudiantes constituyendo un escenario idóneo para el desarrollo de las habilidades comunicativas.
En las clases de Español es recomendable planificar actividades variadas para que los alumnos aprendan a escuchar, entre ellas suelen utilizarse para el desarrollo de la expresión oral: conversaciones, debates, seminarios, paneles, mesas redondas. También pueden aprovecharse las posibilidades que brindan los materiales audio visuales, la televisión y el video para ejercitar la tan necesaria habilidad de escuchar.
En el ámbito de la cultura física y el deporte, sin lugar a dudas, el cultivar de forma consciente la habilidad de escuchar, resulta de gran importancia tanto en la relación que se establece entre entrenador alumno, como en la que debe existir en el trabajo para que un equipo funcione con éxito. Es por ello que consideramos que el tratamiento a la misma, no debe ser exclusivo de la asignatura de Español, ya que el resto de las que recibe el estudiante también necesitan de su desarrollo dentro del proceso docente educativo.
Referencias bibliográficas
Marina Parra: La lingüística textual y su aplicación en la enseñanza del español en el nivel universitario (Pág. 5).
Angelina Roméu: "Aplicación del enfoque comunicativo en la escuela media", Taller de la Palabra, (Pág. 16).
Cecilia Beuchat: "Escuchar: el punto de partida", en Lectura y Vida (pág. 21).
Victoria Ojalvo: "¿Cómo hacer más efectiva la comunicación?", en Comunicación Educativa, (Pág. 141).
Cecilia Beuchat: "Escuchar: el punto de partida", en Lectura y Vida (Pág. 24).
Alexis Codina: "Comunicaciones interpersonales efectivas en el trabajo directivo", en Espacio, (Pág. 46).
Cecilia Verdecia: "¿Escuchar es simplemente oír o supone algo más?", en Con luz propia No 6, (Pág. 63).
Bibliografía
Arias, María Georgina: "Hablemos sobre comunicación oral", en Cartas al Maestro. Folleto 3.
Beuchat, Cecilia: "Escuchar: el punto de partida", en revista Lectura y vida, Argentina, 1989.
Codina, Alexis: "Comunicaciones interpersonales efectivas en el trabajo directivo", en revista Espacio.
MINED, Colectivo de autores, Ajustes curriculares para le enseñanza primaria, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2004.
Ojalvo, Victoria: "¿Cómo hacer más efectiva la comunicación?", en Comunicación Educativa, CEPES, Universidad de La Habana, La Habana, 1999.
Parra, Marina: "La lingüística textual y su aplicación en la enseñanza del español en el nivel universitario". Material Impreso. Universidad Nacional, Bogotá, 1989.
Roméu, Angelina: "Aplicación del enfoque comunicativo en la escuela media", en Taller de la Palabra, La Habana, Editorial Pueblo y Educación, 1999.
Verdecia, Cecilia: "¿Escuchar es simplemente oír o supone algo más?", en revista, Con luz propia No 6, La Habana, mayo - agosto, 1999.
revista
digital · Año 11 · N° 106 | Buenos Aires,
Marzo 2007 |