Basquetbol argentino. 1956, donde habita el olvido | |||
Entrenador de Basquetbol Docente en Educación Física Lic. en Sociología (UBA) |
Emilio Gutiérrez asturycris@fibertel.com.ar (Argentina) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 106 - Marzo de 2007 |
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Basquetbol argentino. 1956, donde habita el olvido
Autor: Emilio Gutiérrez
164 páginas, versión digital en .PDF
Bajar el archivo completo (9.96 Mb)Hubo una vez, en que el sólido desarrollo del deporte nacional se interrumpió: fue en 1956.
Dentro de un contexto rencoroso y hostil hacia todo lo que oliera a peronismo, la Revolución Libertadora también barrió con la actividad deportiva nacional.
Los hechos comenzaron antes y se los puede ubicar fácilmente en las crónicas periodísticas desde septiembre de 1955, pero el nudo de la historia transcurre durante 1956 y finaliza a principios de 1957. Las consecuencias que produjeron las decisiones tomadas durante ese período no son tan fáciles de medir ni de ubicar en el tiempo.
El básquetbol, que contaba con envidiables pergaminos, fue la disciplina más lacerada: Campeones Sudamericanos Argentina 1934, Brasil '35, Argentina '41, Chile '42 y Perú '43; Equipo sensación JJOO de Londres 1948; Campeones Mundiales en Buenos Aires 1950; Subcampeones Panamericanos en Buenos Aires 1951; Semifinalistas JJOO de Helsinsky 1952; Campeones Mundiales Universitarios en Dortmund 1953; Subcampeones Panamericanos en Ciudad de México 1955; Campeones Sudamericanos Juveniles en Cúcuta 1955; serios aspirantes al título en Melbourne 1956; exitosas giras internacionales: Hindú, Racing, Ateneo de la Juventud, Palermo, Parque; test matches versus los equipos más importantes del mundo: All Star, Philips 66, Rusia, Uruguay, Brasil, Universidad de SF; Harlem Globetrotters; una competencia interna envidiable: Campeonatos Argentinos que parecían Juegos Olímpicos; memorables Torneos Metropolitanos en un Luna Park colmado para ver los clásicos: Parque - Palermo; Platense - San Lorenzo, River - Boca, Racing contra todos ellos.
Todo se desvaneció en unos pocos meses. Nuestros extraordinarios jugadores convocaban la atención del público y los medios, que como nunca, pugnaban por cubrir la competición dedicándole grandes espacios consumidos con avidez.
El beneficio estaba a la vista: cada día había más entendidos y el círculo virtuoso se ampliaba para bien del deporte. El básquetbol nunca había vivido un desarrollo similar, estaba en la cresta de la ola. Pero, como ocurre habitualmente, algunos dirigentes con impronta librepensadora, decidieron que en vez de jugadores tuviéramos mitos, leyendas. Ni bien pudieron, aprovecharon el contexto creado por la "Revolución", para sancionar de por vida a la mejor camada de jugadores que haya tenido Argentina en todo el siglo XX. Los acusaron de actos de profesionalismo durante el gobierno peronista, reñidos con la moral que en esa época, estaba regida por el "Código del Aficionado". Una acusación gravísima que no necesitó de juicio alguno y que sancionada por decreto, apartó de las canchas a un cuarto de los mejores jugadores FIBA por que sí.
"Una canallada que no sirvió para nada" dijo el capitán del equipo, Ricardo González.
Del mal nos dimos cuenta tarde.
Muchas veces escuché este cuento, nunca entendí el final. ¿Por qué hicieron lo que hicieron? ¿Qué pasó realmente?
No estaban claros ni los tiempos, ni la metodología, ni cuantos jugadores estuvieron involucrados en los hechos o cuantos fueron los suspendidos efectivamente por la Intervención a la Confederación Argentina.
Tampoco el rol jugado por la nefasta Comisión de Investigaciones N° 49 (una más entre las tantas que armó la Revolución Libertadora), ni el de los dirigentes de la Intervención, quienes finalmente son como queda demostrado, quienes destruyeron al deporte al que siempre dijeron amar.
Pasaron cincuenta años y creo que ya está bien. La historia estaba ahí, escrita con puntos y comas pero algo desordenada. Al menos para mí, era imprescindible juntar las piezas y armar el puzzle.
Así quedó.
Lic. Emilio J. Gutiérrez
Buenos Aires, marzo de 2007
Testimonios
revista
digital · Año 11 · N° 106 | Buenos Aires,
Marzo 2007 |