efdeportes.com
Orígenes histórico-renacentistas del concepto actual
de educación física para la salud: aportaciones del
humanista inglés Richard Mulcaster

   
*Doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Profesora de la asignatura de Teoría e Historia del Deporte.
**Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
***Decana de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Universidad Europea Miguel de Cervantes, Valladolid.
 
 
Beatriz Fernández Díez*  
Juan Azael Herrero Alonso**  
Olaia Abadía García de Vicuña***
beatriz@uemc.edu
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
     El presente artículo trata de poner de manifiesto las relaciones existentes entre las consideraciones actuales sobre ejercicio físico, educación física y salud, y las que el humanista inglés, Richard Mulcaster, defendía ya en el siglo XVI en su obra educativa Positions. De este modo, se pretende contribuir a la fundamentación histórica de las teorías actuales sobre educación para la salud y ejercicio físico. El concepto de salud, los hábitos de vida y el ejercicio físico como estrategia para mantenerla y mejorarla, son aspectos que ya eran tratados por el humanista renacentista hace más de cuatrocientos años.
    Palabras clave: Historia. Ejercicio físico. Hábitos de vida. Positions. Humanismo. Enfermedad.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 105 - Febrero de 2007

1 / 1

Introducción

    El aumento del sedentarismo de la población, junto con una creciente conciencia social sobre la salud, han contribuido a la popularización de la práctica física y deportiva, así como a una progresiva atención educativa sobre el problema de la salud. Desde una perspectiva histórica, encontramos en el Renacimiento a Richard Mulcaster, humanista inglés que ya supo intuir presupuestos similares a los actuales acerca del ejercicio físico, la educación y la salud, dejándolos plasmados en su obra educativa Positions1. En dicho libro, dedica treinta y cinco capítulos, de un total de cuarenta y cinco, a la educación física.

    Hay que resaltar el gran mérito de Mulcaster, que confió en la utilidad pedagógica del ejercicio y la gimnástica, aprovechando la doctrina médica frente al escepticismo que había estado patente en el siglo XV, en el que únicamente se veía en la gimnástica una aplicación terapéutica. Como pedagogo y humanista que era, no concebía este afán por mantener y potenciar la salud de los ciudadanos separado de un proyecto educativo que comenzara ya en los primeros años de vida, y es así como su concepción de cuerpo resulta de su empeño por educar conjuntamente lo físico, lo intelectual y lo espiritual, es decir, por formar al hombre en su totalidad.

    De este modo, el presente artículo pretende poner de manifiesto los paralelismos existentes entre las concepciones actuales sobre el ejercicio físico, la salud y la educación, y los presupuestos que ya defendía Mulcaster hace más de cuatrocientos años, y que en cierta medida, son la simiente de lo que más tarde se habría de gestar.


Breve contextualización del autor

    Parece que el lugar de nacimiento de Mulcaster se sitúa en el castillo de Brackenhill (Carlisle), en la frontera con Escocia. La fecha exacta de su nacimiento es incierta, pero se encuentra entre el 1530 y el 15312. Mulcaster es considerado uno de los maestros más importantes de la época Isabelina. Su influencia, logros y habilidades se combinaron para hacer de él una persona memorable, hasta el punto de que en la Historia de Inglaterra se le ha llegado a catalogar como "padre de la pedagogía inglesa"3.

    El humanista inglés escribió su obra Positions en 1581, durante su etapa de director y profesor de la Escuela "Merchant Taylors", de 1561 a 15864. Aunque ignorada por muchos, constituye la primera obra educativa que abordó el ejercicio físico de una manera intensamente detallada, tanto desde el punto de vista metodológico, como desde los aspectos más fisiológicos.

    Cuando Richard Mulcaster escribe Positions, el gran movimiento cultural del Renacimiento se encontraba en Inglaterra en su etapa más floreciente, aunque de una forma ciertamente tardía. En la búsqueda de nuevas vías educativas, la sociedad renacentista inglesa, siguiendo el ejemplo de sus humanistas europeos precursores, se inclina favorablemente hacia una educación armónica y equilibrada, en la que el cuerpo juega un papel relevante, y la educación física constituye el medio fundamental para el establecimiento y progreso de la salud comunitaria.


Los conceptos salud y enfermedad

    Los conceptos de salud y enfermedad que maneja Mulcaster son similares a los que ya utilizaba Hipócrates y posteriormente Galeno5, y son estos conceptos los que condicionan la orientación que el autor inglés da al ejercicio físico.

    La salud es para Mulcaster un equilibrio de las partes semejantes -fuego, tierra, agua y aire-, y de las partes funcionales, de tal modo que todas están proporcionadas y se ayudan mutuamente; la noción de salud también se refiere a la correcta mezcla y equilibrio de los humores6. Por el contrario, la enfermedad aparece por la desigualdad o desproporción de las partes y de los humores, que Mulcaster llama "destemplanza"7. La enfermedad ataca, entonces, de tres formas diferentes: por cambios de temperatura y humedad excesivos, por una desproporción de la cantidad, forma o número de todo el cuerpo o de parte de él, y por una división o desunión de las partes del cuerpo8. Las causas de la enfermedad pueden ser internas: el envejecimiento y el desgaste; o externas: el aire y la violencia. Según Mulcaster, cada una de estas causas tiene su forma particular de prevención: la violencia, porque se puede prever; el aire, gracias a la sabiduría; la vejez, por medio de una buena dieta y vestimenta, así como de la moderación; el desgaste, a través de la reposición de la comida y la bebida, de la respiración y el pulso9.

    Partiendo de que la noción de salud varía de acuerdo con los individuos, las civilizaciones y las épocas10, cuando tratamos de comparar la concepción de salud que se refleja en Positions con la que nuestra sociedad actual concibe, encontramos notables diferencias. En primer lugar, porque se ha ampliado el campo o extensión de la noción, y en segundo lugar porque se le ha dado matices diferentes a los tradicionales. Exponemos brevemente la noción actual de salud, para compararla en un segundo momento con la que el humanista inglés presenta en su obra.

    Aún a principios del siglo XX, la salud aún aparecía muy ligada al higienismo y al eugenismo, a la armonía de las funciones y a la conservación de la energía humana11. La salud se inscribiría así como lo contrario de la enfermedad, se convertiría en una frontera entre lo normal y lo patológico. Sin embargo, la tendencia actual intenta ir más allá del concepto de salud como mera ausencia de enfermedad, así como del aspecto estático de la definición idealista que la OMS propondría en 194612. La salud de la persona se vincula, también, a los procesos socio-culturales a los que se ve sometido, es decir, se encuentra en relación muy próxima al ámbito de la educación, rebasando los límites de influencia del paradigma médico-sanitario. La educación para la salud responsabiliza al individuo en la adquisición de hábitos, actitudes y conocimientos para la promoción de la salud individual y colectiva; la salud es entendida así, como un proceso, un camino de permanente avance13.

    La tendencia actual, por tanto, intenta ir más allá del aspecto estático de la definición idealista de la OMS, comprendiendo la salud como "un equilibrio dinámico, una capacidad del hombre para adaptarse a su entorno y soportar sus agresiones"14, como algo complejo "donde la sensación de bienestar, la capacidad para ejercer toda clase de funciones, e incluso la de contribuir a la felicidad de los semejantes, tienen un sitio reservado"15; la salud implica, junto con la sensación de bienestar, un camino hacia la potenciación de las capacidades del individuo y de la sociedad16. Sánchez Bañuelos, basándose en Rodríguez Marín, propone una serie de aspectos significativos en relación al concepto de salud, de los cuales, destacamos los siguientes, por su correspondencia con las ideas de Richard Mulcaster:

  • Es un concepto cambiante, dinámico, que varía en función de las condiciones históricas, culturales, sociales, etc.17

  • La promoción de la salud implica a distintos tipos de profesionales, es por tanto una tarea interdisciplinar18.

  • La salud es una cuestión colectiva, un problema que implica la participación activa y comunitaria19.

    Si establecemos un paralelismo entre los rasgos característicos del actual concepto renovado de salud y los rasgos que se manifiestan en Positions, nos damos cuenta de que, en esta obra, a pesar de encontrar el término definido dentro del marco médico-galénico, Mulcaster refleja en diferentes momentos connotaciones que bien nos podrían recordar el perfil moderno de salud; al menos nos permiten una comparación, pues la similitud es prácticamente imposible si tenemos en cuenta que en el Renacimiento la salud se concebía, sobre todo, como un estado físico, orgánico, como ausencia de enfermedad.

    Podemos destacar algunos aspectos principales que aproximan la concepción de salud de Mulcaster a la actual:

  • La idea de que la salud no es algo estático que se consigue para siempre, sino cambiante, dinámica20.

  • La apreciación de que un estado perfecto de salud no se puede dar21. Frente al paradigma de salud perfecta o enfermedad, la concepción actual plantea la posibilidad de la existencia de muy diversos estados intermedios dentro de la dimensión salud-enfermedad22.

  • Mulcaster no hace a los médicos únicos responsables de la salud de los individuos, sino que encarga además la promoción de la salud del niño a los padres y maestros23; la salud del adulto y del anciano sería más bien una cuestión de tipo individual, una especie de compromiso personal, que para nada lo relaciona Mulcaster con la sociedad o la colectividad. En la actualidad, el campo de profesionales implicados se ha ampliado, considerándose, como ya hemos dicho, una labor que compete a un equipo multidisciplinar que abarcaría desde médicos, epidemiólogos, psicólogos y personal de enfermería, a preparadores físicos, educadores, etc. Además de haberse ampliado el campo de responsabilidad de la salud, también se ha señalado el rol social o papel colectivo implícito en la salud de las personas que, a diferencia de Mulcaster, dejan de considerar al individuo adulto como responsable exclusivo de su propia salud.

  • Si nos centramos solamente en la salud física, encontramos gran similitud entre la importancia que se concede en nuestros días a la prevención y al fomento de la creación de hábitos de vida saludables, y el valor que concedía Mulcaster a estos mismos aspectos. Mulcaster defiende con ahínco la prontitud de la prevención24, algo que en nuestros días sigue siendo de suma prioridad. Del mismo modo, afirma que no es bueno dejar el cuerpo en la pasiva y arbitraria inercia biológica, sino moldearlo por medio de una disciplina diaria, de una creación de hábitos25; desde la moderna dimensión de salud, cada vez se trata de relacionar más ésta con la calidad y el estilo de vida, con los hábitos cotidianos. Por su importancia seguiremos desarrollando este punto en lo que sigue.


Los hábitos de vida como mediadores de salud

    Continuando con esta comparación referente a la importancia que tanto Mulcaster como los autores actuales confieren a la creación de hábitos de vida saludables, encontramos en Positions referencias a tres aspectos, que en los estudiantes y, por extensión, en todos los individuos sedentarios se concretan en26:

  • La dieta, que debe ser ligera, para prevenir un exceso de residuos y desechos.

  • Las ropas, que cuanto más finas y livianas sean más endurecerán y curtirán la piel27.

  • El ejercicio, que debe ser moderado para no alterar demasiado el organismo -lo que llamaríamos en la actualidad homeostasis-, para no provocar "destemplanza" o desequilibrio de humores. Gracias a este ejercicio se consigue un cuerpo fuerte, firme, duro, longevo, que influirá, a su vez, en el espíritu.

    Una defensa muy similar la encontramos cuatrocientos años después en autores como Sánchez Bañuelos (2001), que identifica tres tipos de hábitos entre los comportamientos que se consideran favorables para la salud y que, en consecuencia, deberían formar parte de un estilo de vida saludable28:

  • Una alimentación correcta.

  • La práctica adecuada y regular de actividad física.

  • Pautas de descanso regulares y de duración apropiada.


El ejercicio físico como principal hábito de salud

    De los tres aspectos que señala Mulcaster, sitúa en la categoría más elevada la acción del ejercicio en el mantenimiento, potenciación y recuperación de la salud29: "Porque, ¿quién es tan necio que niegue que el ejercicio es bueno y tanto que no tiene comparación...?30 Su insistencia en que el sedentarismo o "negligencia" del cuerpo deteriora el organismo y lo conduce a la enfermedad, y su persistente recomendación -principalmente al estudiante y, secundariamente, al sedentario en general- de una práctica regular de ejercicio físico como hábito saludable, tiene más sentido que nunca en nuestra sociedad presente. Parece como si Mulcaster se hubiera adelantado a una de las principales preocupaciones de los gobiernos de las sociedades desarrolladas. La actividad física para la salud fue uno de los temas abordados en la cuarta Conferencia de Promoción para la Salud que tuvo lugar en Jakarta, Indonesia, en 1997. En dicha conferencia se consideró la actividad física "una de las diez principales prioridades para la promoción de la salud pública y uno de los desafíos futuros más importantes. Por primera vez, "la actividad física para la salud" se incluyó como un objetivo prioritario del programa de las conferencias internacionales de promoción de la salud"31.

    La necesidad de una política de salud se hizo ya patente en Europa en el siglo XIX, durante el período de fuerte industrialización de los países32, pero fue en el siglo XX, concretamente a principios de la década de los ochenta, cuando los organismos oficiales -sobre todo en Estados Unidos, pero también en España- se comprometieron con más fuerza a lanzar campañas destinadas a incentivar la realización de ejercicio físico, a promover programas y a dar recomendaciones destinadas a modificar las pautas de sedentarismo de la población33. Según Tomás Blasco, desde el punto de vista de la salud pública interesa más conseguir que la población sedentaria se convierta en activa, que los que ya son activos incrementen sus niveles de ejercicio34. Mulcaster ya afirmaba que para conseguir una justificación de la defensa de ejercicio no se necesitaría más razón que conseguir que los "entumecidos" y "perezosos" tuvieran salud35 y, añadiendo una pregunta retórica, trataba de poner en evidencia y acusar a aquellos que, para inculpar su falta de movimiento, se escudaban en la escasez de tiempo o dedicación completa a los negocios:

"¿… quién está tan sumamente atado al estudio o a los negocios que no pueda moverse, cuando en realidad debería y tendría que hacerlo, y no sólo cuando tenga tiempo?"36

    La salud se convierte así en una moral práctica en todo instante, un "ethos"37, que engendra un estilo de vida y no sólo la preocupación por un momento u otro de la jornada, por una época u otra de la vida.

    Esta creación de un hábito de ejercicio debe estar presente, según Mulcaster, en todos los hombres, ya sean jóvenes o viejos, fuertes o débiles, niños o niñas, porque:

"… todos necesitan ayuda para mantener la salud necesaria y la rápida ejecución de sus funciones naturales, pero especialmente aquellos cuya vida es sedentaria, cuyo cerebro está muy ocupado y su inteligencia muy cansada. A esta clase no pertenece una minoría de estudiantes, sino la gran mayoría,..."38.

    En la actualidad, aun contando con la carga de evidencia que presenta esta opinión, no es raro encontrar todavía la defensa de una idea similar, en la que el ejercicio físico enfocado a la salud es una herramienta para cualquier persona: "la actividad física y el bienestar son para todas las personas, sea cual sea su capacidad física y funcional y su estado de salud"39; otros autores hablan de una educación física enfocada a la salud dirigida a todo tipo de individuos, sea cual sea su condición: "La educación física, cuya principal preocupación es la salud, concierne al conjunto de la población y a todas las edades"40, especificando, como Mulcaster hizo en su obra, la inclusión de niños y niñas, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, fuertes y débiles, etc.


Efectos del ejercicio físico sobre la salud a nivel físico

    La actividad física se considera en nuestros días un medio de prevención indiscutible de las enfermedades denominadas "de la civilización" o degenerativas41. Autores como Devís Devís (2000), hablan de beneficios del ejercicio físico a nivel preventivo, rehabilitador y de bienestar, y los acompañan de una confrontación paralela de los riesgos en función del tipo de actividad, el medio y el mal uso42.

    Al comparar las aportaciones actuales referentes a los efectos del ejercicio físico sobre la salud, con las que identifica el autor renacentista, descubrimos una similitud global en cuanto al reconocimiento del ejercicio físico como agente de mejora del organismo en general y de su salud. Desde una visión actual podemos agrupar en cinco bloques los efectos del ejercicio físico que relata Mulcaster:

  1. Efectos sobre la salud en general:

    • El ejercicio ayuda a prevenir enfermedades, contribuyendo a alargar la vida y mantener alejada la muerte43.

    • Tiene la capacidad de mejorar todas las funciones orgánicas44.


  2. Efectos sobre el aparato respiratorio:

    • El ejercicio "entrena los pulmones"45.

    • "Ensancha el tórax"46.

    • "Limpia los conductos47.


  3. Efectos sobre el aparato cardiovascular:

    • Limpia los "conductos" de la sangre48.

    • Ayuda a que "fluya" la sangre49.


  4. Efectos sobre el metabolismo:

    • Se incrementa el calor natural50.

    • Mejora el apetito51.

    • "Alivia al estómago de la digestión pesada"52.

    • Ayuda a "liberarse de los humores innecesarios y superfluos" y contribuye a "rechazar y desechar los excrementos que no sirven para nada"53.


  5. Efectos sobre el aparato locomotor:

    • Moldea las partes del cuerpo54.

    • Evita el "entumecimiento"55.

    • Fortalece las extremidades débiles56.

    • "Mantiene las articulaciones con movilidad"57.

    • Consigue que los ligamentos "sujeten mejor", que los músculos "se activen", que los tendones "se fortalezcan"58.

    En cuanto al primer grupo, los efectos del ejercicio físico sobre la salud en general, merece la pena destacar que en la actualidad aún sigue siendo un tema que atrae la atención de los investigadores. Las modificaciones del sistema inmunitario debidas al ejercicio son un tema que provoca cierta controversia, pues los resultados son confusos59. Mientras que algunos autores afirman que aún no se ha demostrado que el ejercicio moderado tenga la capacidad de aumentar la actividad de las células NK -natural Killer o asesinas naturales60 y, por tanto, no se puede concluir que el ejercicio pueda ser un medio para aumentar la inmunidad natural contra las infecciones y el cáncer61, otros, en estudios más recientes, sí se decantan a favor de los efectos positivos del ejercicio sobre la capacidad de respuesta inmune62. Se habla de una acción beneficiosa del ejercicio moderado sobre la capacidad del sistema inmune y, por el contrario, el ejercicio desmedido, intenso y de larga duración, como es posible en el deporte profesional de competición, puede provocar una inmunosupresión que comprometa la salud de la persona y su rendimiento.

    En lo referente al segundo grupo, los efectos sobre el aparato respiratorio, cabe destacar una correspondencia entre el ensanchamiento del tórax referido por Mulcaster y la actual consideración de un aumento de la ventilación pulmonar máxima. El entrenamiento de resistencia origina modificaciones notables en los volúmenes y capacidades pulmonares, en estático y en movimiento63. Por otra parte, el efecto del ejercicio físico que señala Mulcaster como "entrenamiento" de los pulmones, se refiere en términos actuales a una mejora de la funcionalidad y eficiencia de los mismos; esta mejora obedece fundamentalmente a una mayor eficacia funcional de la musculatura respiratoria y del diafragma, y a la disminución de resistencias respiratorias estáticas y dinámicas64.

    En lo que respecta al tercer grupo, los beneficios sobre el aparato cardiovascular, podemos decir que desde un punto de vista fisiológico actual, los efectos descritos por Mulcaster se considerarían, más bien, como adaptaciones hematológicas que cardiológicas. Las palabras del autor inglés sobre el beneficio de la "fluidez" sanguínea, se podrían interpretar desde varios puntos de vista: en primer lugar como modificaciones del ejercicio físico sobre el flujo sanguíneo, en segundo lugar como cambios en los parámetros sanguíneos y, en tercer lugar, como modificación de las funciones de coagulación.

    Al centrarnos en el cuarto grupo de efectos, los referentes al metabolismo, encontramos como efecto beneficioso del ejercicio, el incremento del calor "natural" del cuerpo. En la actualidad, dicho calor natural se correspondería con el calor endógeno, proveniente de las contracciones musculares. La consideración del incremento de calor por el ejercicio, como un efecto positivo sobre el organismo, encontraría su base, desde una perspectiva moderna, en acciones beneficiosas, que Lehmann (1993) concreta en: aumento la extensibilidad del tejido con colágeno, disminución de la rigidez de las articulaciones, produce alivio del dolor, alivio del espasmo muscular, aumento del flujo sanguíneo, colaboración en la resolución de procesos inflamatorios, edema y exudados; el calor ha sido empleado, también, como parte de la terapéutica contra el cáncer65. Autores como Plante y Rodin (1990), refieren un beneficio del calor de carácter psicológico, principalmente por el efecto tranquilizante a corto plazo que produce un incremento en la temperatura corporal por el ejercicio66.

    El ejercicio también produce una mejora de las funciones digestivas según Mulcaster: un incremento del apetito y una ayuda al estómago en las digestiones pesadas. Hoy en día, a pesar de su importancia, las modificaciones y adaptaciones producidas por el ejercicio sobre el sistema digestivo han sido muy poco estudiadas; los cambios que se han registrado dependen de la intensidad y duración del esfuerzo. Mientras que ejercicios extenuantes y de larga duración67 pueden producir trastornos digestivos como el estreñimiento, cólicos, flatulencias, diarreas, ardor gástrico, etc., ejercicios de intensidad moderada68, tienen un carácter estimulante ligero y favorable sobre la secreción de jugos digestivos y sobre el peristaltismo intestinal y el vaciado gástrico. De ahí que se considere el paseo como una herramienta para realizar una buena digestión y para combatir el estreñimiento. En base a estos estudios, podemos decir que la afirmación de Mulcaster acerca de la contribución beneficiosa del ejercicio a eliminar los desechos y excrementos, sólo es válida cuando se trata de ejercicio moderado, pues éste acelera el ritmo de evacuación gástrica e intestinal, retardándolo el intenso69.

    Por último, en cuanto a los beneficios del ejercicio físico para el aparato locomotor, encontramos cierta similitud entre los propuestos por Mulcaster y los que en nuestros días se consideran como más importantes.

    Como similitudes directas, podemos señalar el fortalecimiento muscular, tendinoso y ligamentoso; de un modo más indirecto, la mejora de la habilidad y coordinación, en palabras actuales se podría corresponder con el mantenimiento de la movilidad de las articulaciones y la desaparición del entumecimiento a que Mulcaster hace referencia. Asimismo, este beneficio de mantener las articulaciones con movilidad se puede relacionar con la terminología actual de mejora de la nutrición de los cartílagos articulares y protección de las superficies articulares, pues al mantenerse las articulaciones con movilidad estamos garantizando una correcta lubricación, nutrición y protección de las superficies articulares bañadas por el líquido sinovial que se halla dentro de la cápsula articular.

    Todos estos efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre la salud física, parecen estar muy relacionados en la obra Positions con la posesión de una buena condición física70; sin embargo, en la actualidad se distingue entre condición física orientada a la salud y condición física orientada al rendimiento.


Conclusiones

  • El autor de Positions pone el acento en el aspecto preventivo del ejercicio, y no tanto en el terapéutico. Su principal preocupación es la modificación de los malos hábitos de salud de los ciudadanos y la creación de estilos de vida activos desde la primera infancia, algo que sigue siendo de extrema importancia en nuestros días.

  • Para Mulcaster la salud es cambiante, dinámica, y nunca se puede alcanzar su estado perfecto, siempre nos mantenemos en estados intermedios. El ejercicio debe ser también intermedio si queremos beneficiarla, nunca debe estar sujeto a extremismos sino a la moderación. Del mismo modo, en la actualidad se defiende esta misma máxima cuando se habla de ejercicio para la salud.

  • La obra de Mulcaster no manifiesta una visión de la salud exclusivamente higiénica o profiláctica. También aparece la dimensión educativa porque en ella se reclama la colaboración de los padres, vecinos y maestros a la hora de velar por la salud del niño, en vez de dejarla exclusivamente en manos de los médicos. Como diferenciación entre la perspectiva actual y la que nos presenta la obra Positions, cabe decir que, hoy en día, la educación física, a través de la elaboración de unos objetivos y contenidos orientados a la salud, integra no sólo el aspecto físico de nuestra corporeidad, sino también el psicológico y el valor socio-cultural. "Su acción preventiva se situaría de este modo en el desarrollo de la personalidad y de las capacidades de adaptación al entorno psicosocial"71. El marco de trabajo para la práctica que se propone hoy en día integra, por tanto, tres modelos: "médico", "psico-educativo" y "sociocrítico"72. Es aquí donde radican las principales diferencias con la educación física para la salud que planteaba Mulcaster, pues a través de ella contemplaba únicamente el primer modelo mencionado, y parte del segundo, olvidando sobre todo la perspectiva social y crítica que encierra la educación para la salud.

  • Como conclusión final, hay que decir que de alguna forma, el papel de la educación física en cuanto a la creación de hábitos para salud en el alumno, que parece presentarse como algo de reciente creación en nuestros días, ya era defendido por Mulcaster hace más de cuatrocientos años en su constante insistencia de fomentar, gracias al "maestro entrenador", hábitos activos en los sedentarios y, con prioridad especial, en los estudiantes. No obstante, las diferencias entre la visión de Mulcaster y la actual son considerables pues, entre otras cosas, la introducción de objetivos afectivos y su consideración para la elaboración de los contenidos didácticos en el marco de la educación física referida a la salud, presenta un carácter particularmente innovador en el marco escolar. Otra de las diferencias es la concesión de autonomía al alumno que en la actualidad se pretende fomentar, animándole a hacerse responsable de sí mismo a través de la autoobservación, de la autoevaluación y de una planificación de su propia conducta.


Notas

  1. Mulcaster, R. (1581), Positions, wherin those primitive circumnstances be examined, wich are necessarie for the training up of children Esther for skill in their booke, or health in their body, Thomas Vautrollier, Londres.

  2. Klärh, T. (1893), Leben und werke Richard Mulcaster's, Bleyl & Kaemmerer, Dresden, pp. 3 y 4.

  3. Oliphant, J. (1903), The Educational Writings of Richard Mulcaster, 1532-1611, Abridged and arranged, with a critical estimate, by J. Oliphant, James McLehouse & Sons, Glasgow, p. 245.

  4. Cfr. Lowndes, W.T. and Bohn, H.G. (1869). The Bibliographer's Manual of English Literature, Bell and Daldy, Londres, p. 1628.

  5. Los hipocráticos ya entendían la salud como un equilibrio o "buena mezcla" de los humores, o un "buen flujo" del neuma, y le atribuían una serie de connotaciones: "la justicia cósmica, la pureza, la belleza, la fortaleza y la recta proporción". Por el contrario, la enfermedad era entendida como un desorden en el flujo del neuma a través del cuerpo o un desajuste, desequilibrio o desproporción en la mezcla de humores. Se le daban connotaciones de "injusticia". Posteriormente, Galeno, siguiendo con esta idea, concebía la enfermedad como "una 'disposición preternatural' del cuerpo, por obra de la cual padecen inmediatamente las funciones vitales" y consideraba que ésta recaía sobre las llamadas "cosas naturales": los elementos, los humores, espíritus, facultades, etc. Cfr. Laín Entralgo, Historia Universal de la Medicina, Salvat, Barcelona, tomo II, p. 94 y 246.

  6. Cfr. Mulcaster, R. (1581), Positions,... edición facsímil (1971), Da Capo Press & Teatrvm Orbis Terrarvm Ltd., Ámsterdam, pp. 43-44..

  7. "La enfermedad en todo el cuerpo aparece por la destemplanza del todo; en las partes, porque la composición esté mal conformada e inconexa, porque el tamaño sea demasiado grande o pequeño, porque la medida tenga mala forma o esté mal diseñada, porque el número sea excesivo e innecesario, o muy poco y defectuoso". En el original ingles se lee: "In the whole bodie by distemperature of the whole, in some part, by composition, out of place, and disioynted, by greatnes, being to bigge or to small: by measure, being misshapen and fashionles: by number, being to many and needlesse: or to few, and failing". Ibídem, pp. 43-44.

  8. Cfr. Ibídem., p. 109.

  9. Cfr. Ibídem, pp. 44 y 45.

  10. Los trabajos de Boltanski (1969), Herzlich (1969), Jodelet (1986) y Houtaud (1989) pusieron de manifiesto que las representaciones de salud varían, además, de un grupo social a otro o de una posición social a otra, dentro de una misma sociedad. Cfr. Manidi, M-J. y Dafflon-Arvanitou, I. (2002), Actividad Física y salud (Aproximación histórica, por Thierry Terret, gérard Bruant e Yvés Gougeon), Masson, Barcelona, p. 49.

  11. Ibídem, p. 19.

  12. En 1946 la OMS propuso una definición que se contraponía claramente a la noción tradicional de salud como ausencia de enfermedad: la salud como estado completo de bienestar físico, mental y social. Por oposición, siguiendo esta definición, la enfermedad se daría a tres niveles, que determinarían la clasificación de la misma en: enfermedad física, psíquica y social. Ver González Gallego, J. (1992), Fisiología de la actividad física y el deporte, Interamericana, McGraw Hill, Madrid ("Actividad Física y Salud" por Juan Francisco Marcos Becerro), pp. 4, 7-15.

  13. Sánchez Bañuelos resume los planteamientos básicos de la reforma educativa respecto a la educación para la salud, en los siguientes puntos: 1- Cada persona y cada agente social tiene una responsabilidad en la promoción y desarrollo del concepto moderno de salud; 2- Se ha pasado de entender la salud como ausencia de enfermedad, a una visión más global, en la que se destaca la promoción de la misma; 3- Los factores derivados del comportamiento humano tienen un mayor peso sobre la salud del individuo que los hereditarios o el sistema sanitario, en contra de lo que hasta ahora se pensaba; 4- Puesto que los comportamientos son educables, el Sistema Educativo tiene que estar implicado en la consecución de personas responsables de su propia salud; 5- Los hábitos de vida saludables se deben adquirir desde edades muy tempranas, para conseguir así actitudes positivas ante la vida. Cfr. Sánchez Bañuelos, F. (1996), La actividad física orientada hacia la salud, Biblioteca Nueva, Madrid, p. 17.

  14. Manidi, M-J. y Dafflon-Arvanitou, I., op. cit. ("Aproximaciones psicosociológicas", por Claire Perrin et al.), p. 49.

  15. González Gallego, J., op. cit., ("Actividad Física y Salud" por Juan Francisco Marcos Becerro), p. 4.

  16. Cfr. Blasco, T. (1994), Actividad Física y salud, Martínez Roca, Barcelona, p. 31. En la misma línea, Salleras (1985), avanzando en el concepto salud, propone la siguiente definición: "el nivel más alto posible de bienestar físico, psicológico y social, y de capacidad funcional, que permitan los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y la colectividad". Tejada Mora et al. (2001), Actividad Física y Salud, Universidad de Huelva, Huelva, ("El papel de la E. F. escolar en la adopción de estilos de vida saludables" por Fernando Sánchez Bañuelos), p. 13.

  17. Cfr. Tejada Mora et al. (2001), Actividad Física y Salud, op. cit., ("El papel de la E.F. escolar en la adopción de estilos de vida saludables" por Fernando Sánchez Bañuelos), p. 14.

  18. Ibídem

  19. Ibídem

  20. "Tanto si la salud está en el grado medio, en el que todas las funciones se llevan a cabo sin obstáculo aparente y no se manifiesta la enfermedad, de tal manera que el cuerpo no siente ninguna dolencia evidente, como si está en el nivel más perfecto, como nadie nunca ha visto, lo que ocurre rara vez, ya que nuestra naturaleza es de gran fragilidad y quebradiza, dicha salud nunca permanece en un estado, sino que se altera y se destruye, sin que esto ocurra a diario y con rapidez, y sin que se pueda reparar a cada hora", en el original se lee: "This health whether it be in the middle degre, wherin all executions be complete whithout any sensible let: and no infirmitie appeareth, that the bodie feeles with any plaine offence: Or if it be in the perfectest degree, which is so seldom, as neuer any saw, bycause of great frailty, and britlenesse in our nature: it neuer continueth in one estate, but altereth still, and runnes to ruyne, without both speedy and daily, nay without hourely reparation". Mulcaster, Positions, p. 44.

  21. "Por medio de la investigación no se va a encontrar un cuerpo en perfecto estado de salud, porque no se puede dar por naturaleza ya que, en un cambio tan continuo, tal perfección no puede existir, puesto que nuestros cuerpos están sujetos a muchísimas imperfecciones, de modo que no es de extrañar que los hombres hagan lo que está en su mano y deseen lo mejor, aunque esté fuera de su alcance"; las palabras originales son: "For as a perfit healthfull body is not to be found by enquirie, which is not to be hoped for in nature, bycause in so continuall a chaunge such a perfitnes cannot chaunce, our bodyes being subiect to so many imperfections: so is it no wonder for men to do what they may & to wish for the best, though still beyond their reach". Ibídem, p. 107.

  22. Cfr. Tejada Mora et al. (2001), Actividad Física y Salud, op. cit., ("El papel de la E. F. escolar en la adopción de estilos de vida saludables" por Fernando Sánchez Bañuelos), p. 14.

  23. Cfr. Mulcaster, Positions, pp. 22 y 24.

  24. Cfr. Ibídem, p. 22-23.

  25. Cfr. Ibídem, pp. 41-42.

  26. Cfr. Ibídem, pp. 23 y 46.

  27. En este aspecto se adelantó a las teorías de Rousseau sobre el endurecimiento del niño.

  28. Cfr. Tejada Mora et al. (2001), Actividad Física y Salud, op. cit., ("El papel de la E. F. Escolar en la adopción de estilos de vida saludables" por Fernando Sánchez Bañuelos), p. 15.

  29. Estas tres acciones del ejercicio sobre la salud se pueden relacionar directamente y respectivamente, con las tres perspectivas de relación entre la actividad física y la salud que nos proporciona Devís Devís (2000): la perspectiva preventiva, la perspectiva orientada al bienestar, y la rehabilitadora. Cfr. Devís Devís, J., Actividad Física, Deporte y Salud, op. cit., p. 14.

  30. "For who is so grosse, as he will denie that exercise doth good, and that so great, as is without comparison,...". Mulcaster, Postions, p. 42.

  31. Manidi, M-J. y Dafflon-Arvanitou, I., op. cit., (Prólogo de la Organización Mundial de la Salud, a cargo de Pamela Hartijan), p. VIII.

  32. Cfr. Ibídem, p. 83.

  33. Blasco, T., op. cit., p. 21.

  34. Ibídem, p. 23.

  35. "para conseguir la aprobación y aceptación del ejercicio, no necesitaría ninguna otra razón más que el hecho de que los más perezosos y entumecidos tuvieran buena salud y estuvieran bien"; en el original se lee: "But the matter being confessed, euen by the most idle, and vnweildy to be healthfull and good, I shall neede no more reason, to procure assent, and allowaunce for exercise". Mulcaster, Positions, p. 42.

  36. Ibídem.

  37. "La fuerza del ethos es que consiste en una moral convertida en hexis, gesto, postura". Bourdieu, P. (1980), Questions de sociologie, Éditions de Minuit, Paris, p. 134.

  38. Mulcaster, Positions, p. 686.

  39. Devís Devís, J., Actividad física, deporte y salud, op. cit., p. 15.

  40. Cfr. Manidi, M-J. y Dafflon-Arvanitou, I. (2002), op. cit., (Aproximación histórica, por Thierry Terret, gérard Bruant e Yvés Gougeon), p. 20.

  41. Basado en el informe de la Dirección General Americana de Salud Pública, 1996. Cfr. Ibídem., (Deporte y sedentarismo en el adulto, por Emmanuel Van Praagh), p. 117.

  42. Entre los riesgos por el tipo de actividad se encuentran: realizar actividades con movimientos bruscos, la dificultad para autocontrolar la intensidad, la posibilidad de impactos con objetos u oponentes, los problemas psicológicos y de relación derivados de la competitividad; entre los riesgos debidos al medio: la falta de seguridad en los equipamientos y el clima, las caídas y accidentes, los relacionados con el medio natural; entre los riesgos por mal uso se encuentran: los relacionados con el abuso de ejercicio, tales como las lesiones por sobrecarga y accidentes, la dificultad para conciliar el sueño, la irritabilidad y el nerviosismo, la apatía, la adicción y obsesión por el ejercicio, y los relacionados con el uso inadecuado, tales como la falta de seguridad en la práctica, el desajuste entre las actividades y las características personales. Cfr. Devís Devís, J., Actividad física, deporte y salud, op. cit., p. 31.

  43. Cfr. Mulcaster, Positions, pp. 45-46.

  44. Cfr. Ibídem, p. 48.

  45. Cfr. Ibídem, p. 49.

  46. Cfr. Ibídem.

  47. Cfr. Ibídem.

  48. Cfr. Ibídem, pp. 47 y 49.

  49. Cfr. Ibídem, p. 47.

  50. Cfr. Ibídem, p. 45.

  51. Cfr. Ibídem, p. 49.

  52. Cfr. Ibídem, p 703.

  53. Ibídem, pp. 45 y 47.

  54. Cfr. Ibídem, p. 693.

  55. Cfr. Ibídem, p. 49.

  56. Cfr. Ibídem.

  57. Ibídem, p. 57.

  58. Ibídem.

  59. "Los resultados respecto al beneficio del ejercicio en el sistema inmunitario son confusos, ya que hay datos a favor de que el ejercicio produce inmunodepresión (Rodríguez, 1992). En todo caso, el resultado parece depender de la interrelación de diferentes variables como el tipo, la intensidad y la duración del ejercicio, el nivel de forma física del sujeto, etc.". Blasco, T., op. cit., p. 41.

  60. Las células asesinas naturales o NK son un tipo de subpoblación perteneciente a uno mucho mayor, los grandes linfocitos granulares (CGC), capaces de reconocer y destruir ciertas células tumorales, las infectadas por virus y algunos gérmenes. Se hallan dotadas de actividad citotóxica espontánea contra sus células diana, sin requerir ningún tipo de contacto previo. En los humanos, las NK comprenden entre el 10 y el 15% del total de los linfocitos circulantes en sangre periférica. Cfr. Marcos Becerro, J.F. (1991), La salud del deportista, Comité Olímpico Español, Madrid, p. 309.

  61. Cfr. Ibídem, p. 310.

  62. "La actividad física regular moderada aumenta la capacidad inmune, disminuyendo la incidencia y la gravedad de los procesos infecciosos, en especial en las poblaciones de mayor riesgo (los ancianos). Por el contrario, en entrenamiento intensivo la disminuye, lo que explica la elevada susceptibilidad de los deportistas de competición a las infecciones, en especial de carácter vírico". Barbany, J.R., op. cit., p. 112. Ver también, Córdova Martínez, A. y Álvarez de Mon, M. (2001), Inmunidad en el deporte, Gymnos, Madrid, pp. 138-139.

  63. Cfr. Barbany, J,R, op. cit., pp. 96-97; González Gallego, J. op. cit., pp. 214-217; Astrand, P.O. y Rodahl, K. (1992), Fisiología del trabajo físico, bases fisiológicas del ejercicio, Médica Panamericana, Madrid, pp. 339-343.

  64. Cfr. Barbany, J.R., op. cit., p. 165; Barrios Pitarque, C., op. cit., p. 41.

  65. Para ver de manera amplia todos estos efectos positivos del calor debido al ejercicio sobre el organismo, consultar: Lehmann, K. (1993), Medicina física y rehabilitación (Krusen), Médica Panamericana, Madrid, p. 297.

  66. Cfr. Bañuelos, S. (1992), La actividad física orientada a la salud, Biblioteca Nueva, Madrid, p. 53.

  67. En este tipo de ejercicio se produce una vasoconstricción esplácnica -reducción del flujo de sangre por los territorios digestivos-, un predominio del sistema simpático -altera el peristaltismo y la actividad secretora-, una deshidratación que favorece el estreñimiento, y cambios hormonales que pueden alterar también las funciones digestivas. Cfr. Barbany, J.R., op. cit., p. 116.

  68. En este tipo de ejercicio la participación vegetativa simpática no es tan destacable y la vasoconstricción esplácnica sólo ligera. Ibídem.

  69. Cfr. Barrios Pitarque, C., op. cit., p. 299.

  70. "Condición física es la tradución española del término inglés 'physical fitness', también conocido en nuestro país como acondicionamiento físico, relacionado directamente con el desarrollo de las cualidades físicas básicas". Devís, Devís, J., Nuevas perspectivas curriculares en educación física: la salud y los juegos modificados, op. cit., p. 29. Según este autor los componentes de la condición física serían la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad, es decir, las capacidades físicas básicas, mientras que según Caspersen, Powell y Christenson (1985), los componentes serían de dos tipos: 1) Relacionados con la salud: eficiencia cardiorrespiratoria, resistencia muscular, fuerza muscular, constitución corporal, flexibilidad; 2) Relacionados con las habilidades: agilidad, equilibrio, coordinación, velocidad, tiempo de reacción. Tomado de Blasco, T., op. cit., p.117.

  71. Manidi, M.J. y Dafflon-Arvanitou, I., op. cit., p. 168.

  72. Devís Devís, J. y Peiró Velert, C., op. cit., pp. 35-39


Referencias bibliográficas

  • ASTRAND, P.O. Y RODAHL, K. (1992). Fisiología del trabajo físico, bases fisiológicas del ejercicio. Madrid: Médica Panamericana.

  • BARBANY, J.R.. (2002). Fisiología del ejercicio físico y del entrenamiento. Barcelona: Paidotribo.

  • BARRIOS PITARQUE, C. et al. (2000). Salud y práctica deportiva, aplicaciones clínicas del ejercicio físico. Madrid: Fundación de estudios y formación sanitaria.

  • BLASCO, T. (1994). Actividad física y salud. Barcelona: Martínez Roca.

  • BOURDIEU, P. (1980). Questions de sociologie. Paris: Éditions de Minuit.

  • CÓRDOVA MARTÍNEZ, A. Y ÁLVAREZ DE MON, M. (2001). Inmunidad en el deporte. Madrid: Gymnos.

  • DEVÍS DEVÍS, J. et. al. (2000). Actividad Física, Deporte y Salud. Barcelona: INDE

  • DEVÍS DEVÍS, J. y PEIRÓ VELERT, C. (1992). Nuevas perspectivas curriculares en Educación Física: la salud y los juegos modificados. Barcelona: INDE

  • GENERELO LANASPA, G. (2001). La salud… algo más que un discurso teórico. En Tejada Mora, J. et al. Actividad física y salud (pp. 115-135). Huelva: Universidad de Huelva.

  • GONZÁLEZ GALLEGO, J. (1992). Fisiología de la actividad física y el deporte, Interamericana. Madrid: McGraw Hill ("Actividad Física y Salud" por Juan Francisco Marcos Becerro, pp. 4, 7-15).

  • KLÄRH, T. (1893). Leben und werke Richard Mulcaster's. Dresden: Bleyl & Kaemmerer.

  • LAÍN ENTRALGO, P. (1976). Historia Universal de la Medicina. Barcelona: Salvat, tomo II.

  • LEHMANN, K. (1993). Medicina física y rehabilitación (Krusen). Madrid: Médica Panamericana.

  • LOWNDES, W.T. AND BOHN, H.G. (1869). The Bibliographer's Manual of English Literature. Londres: Bell and Daldy.

  • MANIDI, M.J. y DAFFLON-ARVANITOU, I. (2002). Actividad física y salud. Barcelona: Masson.

  • MARCOS BECERRO, J.F. (1991). La salud del deportista. Madrid: Comité Olímpico Español.

  • MULCASTER, R. (1581). Positions, wherin those primitive circumnstances be examined, wich are necessarie for the training up of children Esther for skill in their booke, or health in their body. Londres: Thomas Vautrollier.

  • MULCASTER, R. (1581). Positions. Edición facsímil (1971). Ámsterdam: Da Capo Press & Teatrvm Orbis Terrarvm Ltd.

  • OLIPHANT, J. (1903). The Educational Writings of Richard Mulcaster, 1532-1611, Abridged and arranged, with a critical estimate, by J. Oliphant. Glasgow: James McLehouse & Sons.

  • PLANTE, T.G. y RODIN, J. (2000) "Physical fitness and enhanced psychological health". Current Psychology: Research and Reviews, (9), 3-24.

  • SÁNCHEZ BAÑUELOS, F. (1996). La actividad física orientada hacia la salud. Madrid: Biblioteca Nueva.

  • SÁNCHEZ BAÑUELOS, F. (2001). El papel de la Educación Física escolar en la adopción de estilos de vida saludables. En Tejada Mora, J. et. al. Actividad física y salud (pp. 13-25). Huelva: Universidad de Huelva.

  • TEJADA MORA et al. (2001). Actividad Física y Salud. Huelva: Universidad de Huelva.

Otros artículos sobre Historia

  www.efdeportes.com/
Google
Web EFDeportes.com

revista digital · Año 11 · N° 105 | Buenos Aires, Febrero 2007  
© 1997-2007 Derechos reservados