Soñemos... pero con derechos | |||
Profesor y Licenciado en Educación Física (Argentina) |
Daniel Germán Zucchi danielz@delacosta.com.ar |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 103 - Diciembre de 2006 |
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En mi recorrida habitual por la hemeroteca de EFDeportes (aquella que hago todos los domingos) me encontré con un artículo que me permitió volver a pensar en una vieja quimera: la de los hombres y sus sueños.
Aquel soñar despierto que muchos se animaron a contar como Martín Luther King y el inolvidable discurso leído en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica marcha sobre Washington el 28 de agosto de 1963, donde pedía por el sueño de la libertad y la igualdad de derechos sin importar la raza o el credo. O aquellos soñadores que hicieron de la práctica la vía para sus ilusiones. Como los ayunos y el ejemplo de Mahatma Gandhi transitando por el camino de la paz; o la inmensa obra de caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
Ninguno de estos grandes personajes de la historia soñó para adentro. Todos ellos compartieron sus sueños, porque de eso se trataba, de imaginar un mundo para todos.
Ahora bien estos sueños y sus prácticas para lograrlos, nunca fueron mediatizados o alienados bajo un condicionamiento mercantilista propio de la cultura consumista. Bajo ningún precepto cabía la posibilidad de comprar los derechos de la marcha que encabezó Martín Luther King, o contratar a la Madre Teresa de Calcuta para que demuestre sus bondades en público.
Con estos pragmáticos se construyó la lucha por un sueño; y sus prácticas históricas le dieron significancia a dicha premisa.
Lejos, y hasta en un sentido opuesto, se encuentran las intenciones del famoso conductor de Bailando por un Sueño. Banaliza y exagera las situaciones hasta convertir sus producciones en un culebrón. Y cuando incluye en su programa o en sus eventos deportivos a alguna persona con discapacidad lo hace bajo los mismos parámetros. Banalizando toda situación social en la que viven las personas que pertenecen a grupos vulnerables, y en consecuencia (por conveniencia), como dice Martín Sharples en su artículo: "no da conciencia social a la población para exigir a sus representantes que den cumplimiento efectivo a lo expuesto en nuestra Constitución".
Por otro lado exagera toda conducta de lástima, comprensión, ayuda e inclusión, buscando que el drama le permita algunos puntos más de rating.
Pero por desgracia no es solo una persona quien extrae ventaja de los espacios olvidados por el gobierno de turno. Hay muchos otros que legitiman sus programas y eventos bajo falsarios propósitos de salud, educación, bienestar social y deporte.
Como también hay bufones y reidores que viven alrededor del gran simulador.
Los derechos a la rehabilitación, a la educación, a la vivienda, al juego y deporte, deben ser avales garantizados por el estado desde el propio nacimiento de la persona.
Qué desafortunado es un pueblo donde los derechos son solo sueños, con un estado ausente, sin ningún Luther King o ninguna Madre Teresa que nos ayude a pelear por alcanzarlos.
Qué desafortunado es un pueblo que deja que sus derechos sean explotados por los mercaderes de sueños.
Exijamos derechos, no sueños.
Nota
1. El día 10 de Diciembre se celebra el Día Universal de los Derechos Humanos.
revista
digital · Año 11 · N° 103 | Buenos Aires,
Diciembre 2006 |