Notas sobre la violencia en el fútbol: el discurso del salvajismo |
|||
Carrera de Antropología Facultad de Filosofía y Letras - UBA (Argentina) |
Julián Ponisio yula32@hotmail.com |
|
|
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 102 - Noviembre de 2006 |
1 / 1
Estoy leyendo en el diario lo que pasó ayer en Chile con Gimnasia y Colo Colo, el titular de Clarín y Olé dice así: "Goleaba Colo Colo cuando aparecíó el salvajismo".
Y siempre asistimos a la misma perorata. El discurso del salvajismo para explicar la violencia en el fútbol nos retrotrae a justificar que en nuestra sociedad contemporánea conviven elementos residuales de épocas pasadas: violencia es igual a salvajismo y/o barbarie, comportamientos ligados a una etapa anterior de la humanidad según el discurso evolucionista de los medios masivos de comunicación.
Sin embargo, las manifestaciones de violencia son producto de individuos actuales, producto de esta sociedad inmersa en el sistema capitalista que bajo el manto teórico del neoliberalismo sigue encendiendo la mecha de la desigualdad y la marginación social.
Que la violencia en el fútbol tiene diferentes explicaciones e hipótesis ya es conocido:
- La violencia que hay dentro de la sociedad se traslada al fútbol
- que los denominados "barrabravas" están ligados a la dirigencia en un círculo de conveniencias mutuas también
- que la tríada dirigentes, barrabravas y policía como mecanismo para justificar el orden y la represión de las "fuerzas del orden".
Actualmente llama la atención ver la impunidad con la cuál los máximos representantes de las hinchadas de los clubes mas importantes de la Argentina salen en televisión, (otra forma de vedettismo del espectáculo, como bien lo analiza el antropólogo Christian Bromberger) quejándose del "derecho de admisión"; una mentira más del circo corporativo de la dirigencia futbolística con la cuál pretenden mantener un imagen de "seguridad" que el argentino, particularmente en el sector de la clase media, se aferra de manera compulsiva.
¿Hasta cuando vamos a permitir tantos engaños? Juguemos a pasarnos la pelota: en el plano social el mito del primer mundo, la modernización destructiva, la deficiente industria nacional, las empresas estatales que son deficientes (sería mejor recordar que "las hacen"deficientes) que la convertibilidad, que el riesgo país, que ahora asistimos a un gobierno progresista, etc.
¿Y en el planeta fútbol? Las mismas mentiras de siempre. El negocio cada vez más ambiciosos del establishment futbolístico que acrecienta sus ganancias destruyendo los resortes estilísticos del juego, el placer y las posibilidades de creatividad que genera este maravilloso deporte.
La participación de los socios, del hincha, del espectador en general, se reducen a un consumismo de tilinguería y pasividad.
No nos engañemos más. El ser hincha de un equipo, ser parte de un "nosotros", no es solamente estar parado en una tribuna alentando o sentado en un cómodo sillón mirando los partidos por TV. Ya estamos un poquito grandes como para no tomar la responsabilidad de hacernos cargo de lo que elegimos y tomar iniciativas constructivas; si es que todavía consideramos que esta actividad placentera forma parte importante de nuestras vidas.
revista
digital · Año 11 · N° 102 | Buenos Aires,
Noviembre 2006 |