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Análisis nutricional en jugadoras
de hockey de alto rendimiento

   
Licenciados en CC de la Actividad Física
y del Deporte en la Facultad de Madrid.
(España)
 
 
María Alonso Ojembarrena  
Amaia García Aparicio  
Antonio Torres García
gadinef@telefonica.net
 

 

 

 

 
Resumen
     El hockey es un deporte intermitente, con una demanda metabólica alta en el entrenamiento y la competición. La relación directa entre la nutrición y el rendimiento nos lleva al objetivo de este estudio, conocer el estado y hábitos nutricionales de las jugadoras de hockey de la élite española, para poder detectar estados carenciales o negativos para su salud y rendimiento.
     Existe poca información sobre las necesidades nutricionales específicas de las jugadoras de hockey, por lo que se tiende a extrapolar de la investigación en jugadores (FIH 1998; AIS2004) o en jugadoras de otros deportes similares más estudiados, como el fútbol (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002; Clark, Reed et al. 2003; Ruiz, Irazusta et al. 2005; Martin, Lambeth et al. 2006; Rosenbloom, Loucks et al. 2006).
     Se realizó un análisis de la dieta de once jugadoras del CAR de Hockey de Madrid, de edades comprendidas entre los 17 y 24 años, por medio de pesada durante cinco días y los datos se analizaron por medio del programa informático NUTRITIONIST IV (San Bruno, First Data Bank). La información se complementó con una encuesta sobre aspectos generales personales y un cuadrante de actividad diaria para determinar el factor de actividad. Los aspectos nutricionales fueron comparados con las recomendaciones DRI'S (2002) correspondientes a su edad y sexo, obteniéndose desajustes en cuento a la ingesta de macronutrientes (baja ingesta de hidratos de carbono y alta de proteínas y lípidos) y ciertos micronutrientes (a destacar la vitamina D y el calcio).
     Se debería cuidar la alimentación de las jugadoras para evitar comprometer rendimiento y en ciertos casos la propia salud, y para ello debería existir una mayor información y adopción de hábitos alimenticios correctos y adecuados a la actividad desarrollada.
    Palabras clave: Hockey. Jugadoras de alto rendimiento. Análisis nutricional.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 102 - Noviembre de 2006

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Introducción

    Unos correctos hábitos nutricionales son esenciales para lograr éxitos deportivos y permitir un aumento de la calidad del entrenamiento, maximizando el rendimiento y acelerando la recuperación.

    El hockey es considerado como un deporte intermitente de alta intensidad, dónde los cambios de velocidad y actividad de la jugadora son constantes. Con una demanda metabólica alta en el entrenamiento y la competición, la alimentación debe de ser adecuada dada su relación directa con el rendimiento.

    Hoy en día existe poca información sobre las necesidades nutricionales de las jugadoras de Hockey y mucha de esta información se extrapola de la investigación en jugadores (FIH 1998; AIS2004) o en jugadoras de otros deportes similares más estudiados, como el fútbol (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002; Clark, Reed et al. 2003; Ruiz, Irazusta et al. 2005; Martin, Lambeth et al. 2006; Rosenbloom, Loucks et al. 2006).

    Dado que el entrenamiento al que son sometidas las jugadoras es similar y no existen diferencias significativas en su alimentación, mientras que las recomendaciones son distintas según el grupo de edad, se hace necesario un análisis para detectar desequilibrios en su alimentación-requerimiento.

    El objetivo de este estudio es conocer el estado y hábitos nutricionales de las jugadoras de hockey de la élite española, para poder detectar estados carenciales o negativos para su salud y rendimiento.


Material y métodos

Sujetos

    La muestra incluyó 11 jugadoras de Hockey, todas ellas jugadoras de División de Honor, con edades comprendidas entre los 17 y 24 años. Encontramos dos grupos de edad: 14-18 (seis jugadoras) y 19-30 (cinco jugadoras) según las recomendaciones dietéticas (DRI'S 2002), pero dado su escaso número no podemos diferenciarlas en subgrupos.

    La selección se realizó escogiendo a las jugadoras internas del CAR de Hockey de Madrid. Cada jugadora dio consentimiento informado para participar en el estudio. La tabla 1 resume las características principales de la muestra.

    El tiempo medio de entrenamiento semanal de las jugadoras durante la recogida de datos fue de 11,5 ± 1,9 horas.

    Los años promedio entrenando más de 10 hs. semanales llegan a 5,2, mientras que los años promedio que llevan en el CAR de Madrid son 3,7. En ambos valores existe una variación importante de unas a otras, comprensible si tenemos en cuenta la diferencia de edad de las jugadoras.

    La tabla 2 resume los datos sobre el historial médico y la suplementación que toman las jugadoras. Como datos generales decir que solo dos de las jugadoras aseguran tener ciclos menstruales irregulares y que el 73% de las jugadoras toma suplementos (hierro y/o vitaminas). De ellas, todas toman suplementos vitamínicos y todas menos una suplementos de hierro.

    En las encuestas, solo dos de las jugadoras afirma sufrir de un proceso anémico.


Análisis de la dieta

    Los sujetos rellenaron una encuesta sobre aspectos generales personales, en dónde se incluía el peso, altura, edad, información sobre el ciclo menstrual, control de dieta y variación de peso, enfermedades crónicas, lesiones recientes, suplementos, años entrenando más de 10 horas semanales, años en el CAR y edad de inicio en el deporte.

    La determinación de la ingesta diaria se realizó por medio de pesada de los alimentos ingeridos durante 5 días. Estos datos fueron analizados para determinar la composición en nutrientes de cada comida por medio del programa informático NUTRITIONIST IV (San Bruno, Firts Data Bank).

    Para conocer del Factor de Actividad (FA), cada jugadora rellenó un cuadrante para determinar su actividad diaria durante esos 5 días, teniendo en cuenta que uno de ellos debía ser de descanso.

    Gracias al dato del FA, y la edad, talla y peso de las jugadoras, se calculó las necesidades energéticas diarias de cada una de ellas (EER).

    Los aspectos nutricionales fueron comparados con las recomendaciones DRI'S (2002) correspondientes a su edad y sexo.


Análisis estadístico

    Se determinó para cada uno de los sujetos el aporte energético (Kcal/día) durante los 5 días de evaluación de la dieta, macronutrientes (g, g/Kg, %), micronutrientes (mg, µg) y el aporte hídrico (L), así como los valores estimados del EER y FA.

    Para realizar el análisis estadístico se utilizó el programa informático SPSS for Windows 9.0.0. Se estableció un nivel de significancia de p< 0.05.

    Se realizó estadística descriptiva para cada una de las variables. Se comprobó la normalidad de las variables por medio del test de Kolmogorov-Smirnov.

    Para identificar carencias, se utilizó una prueba no paramétrica de contraste de homogeneidad con 2 muestras relacionadas (contraste de homogeneidad de Wilcoxon) (ingesta VS requerimientos), o comparación de medias (t-Test) según se requiriese (ingesta VS recomendación).

    Para evaluar la asociación entre las diferentes variables se calcularon los coeficientes de correlación y se determinó su significancia estadística.


Resultados

Evaluación nutricional

Equilibrio energético

    En valores medios, el aporte energético diario registrado fue de 2194,4 ± 273,0 Kcal, frente al EER medio estimado de 2202,3 ± 203,9 Kcal/día. Esta diferencia no resultó estadísticamente significativa (p>0,05).

    Individualmente, cuatro jugadoras superan su EER (ingesta media de 336 Kcal/día por encima del EER), mientras que las siete restantes tienen un aporte energético menor a su EER (ingesta media de 203,3 Kcal/día de déficit).


Macronutrientes

    La energía ingerida proviene en los siguientes porcentajes de los macronutrientes (Tabla 3): 57,1% de la energía procede de los hidratos de carbono, el 26,6% de los lípidos y 16,0% de las proteínas (gráfico 2).

    Estos porcentajes, de forma global, están dentro de los rangos de referencia para el grupo de edad según las AMRD (DRI'S 2002). Individualmente, hay jugadoras que están fuera de dicha recomendaciones, sobretodo en cuanto a la ingesta de lípidos.

    Respecto a las cantidades ingeridas relativas al peso corporal, la tabla 4 resume los resultados.

    Decir que Devlin y Williams (1991) citados por Martin (2006), recomiendan una ingesta de hidratos de carbono de 4,0-6,0 g/Kg. para deportistas, así como de 1,2-1,4 g/Kg. de proteínas. Según esto, la ingesta media de carbohidratos/Kg (5,49 ± 0,9 g/Kg) es correcta y entra dentro de dicho rango al ser significativamente superior al margen inferior (p<0,05) pero no al superior (p>0,05).

    En cuanto a la cantidad de proteínas diarias por Kg. de peso, la recomendación (DRI'S 2002) es de 0,66 g/kg. Todas las jugadoras están por encima de esta proporción. Si tomamos en consideración la recomendación de 1,2-1,4 g/Kg, la ingesta entraría dentro del rango, al no existir diferencias significativas (p>0,05) entre lo consumido y el límite superior.

    Respecto al azúcar, a pesar de no darse recomendaciones en cuanto a cantidad diaria, si se recomienda que su ingesta no llegue a sobrepasar el 25% del aporte total de energía de la dieta. Cuatro de las once jugadoras superan este porcentaje, y, como media, el azúcar aporta el 25.8% del aporte energético diario. Debería controlarse su consumo desde el punto de vista de la salud.

    Ocho de las jugadoras consumen menos agua de la recomendada (tabla 4). Cabe destacar que en las recomendaciones no se incluye el fluido perdido por el sudor en el entrenamiento y la competición, lo cual debería ser determinado para permitir su posterior reemplazo.


Micronutrientes

    Según las ingestas medias de las jugadoras, son deficitarios el calcio y las Vitaminas E, D y K. El resto de los micronutrientes está por encima de las recomendaciones de ambos grupos (sin llegar a valores tóxicos).

    A pesar de que los datos indican una ingesta media insuficiente de vitaminas E y K, no existen diferencias significativas entre la recomendación y su ingesta (p>0,05).

    La ingesta de calcio es muy pobre respecto las recomendaciones (DRI'S 2002) solo llegando a las mismas 2 jugadoras.

    La vitamina D ingerida es significativamente inferior (p<0,05) a la ingesta recomendada.

    Cabe destacar que la mayoría de las jugadoras toman suplementos vitamínicos, como se indicó anteriormente. Por ello quizás se corrijan algunas de las carencias nutricionales encontradas.


    En nuestro estudio existe correlación significativa entre las bajas ingestas calóricas (total y de Kcal/Kg) y de calcio, así como también a las bajas ingestas de hidratos de carbono (total y relativa) con las bajas ingestas de calcio (p<0,05). Por lo cual se presume que mejorando la calidad de la dieta (aumento de Kcal, disminución de peso y aumento de proporción de ingesta de hidratos de carbono, se logrará un aumento de las tasas de calcio.


Discusión

Equilibrio energético

    Los resultados de este análisis nutricional de las jugadoras del CAR de Madrid de Hockey demuestran una ingesta calórica media de 2194,4 Kcal/día. En estudios similares con jugadoras de fútbol de élite, en jugadoras Sub 21 (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002) se registró una ingesta media de 2014 Kcal/día, mientras que en jugadoras de categoría absoluta (Clark, Reed et al. 2003) se registró una ingesta media de 2290 Kcal/día.

    Según las recomendaciones de la FIH (1998), una jugadora debería tomar entre 2000 y 3000 Kcal diarias. Estas recomendaciones son muy amplias si las comparamos con el EER medio estimado. A pesar de no ser una diferencia estadísticamente significativa, al igual que en otros estudios (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002; Clark, Reed et al. 2003), las jugadoras tienden a consumir menos energía de la que teóricamente necesitan.

    Las jugadoras de nuestro estudio consumieron una media de 37,65 ± 4,8 Kcal/Kg de peso, similar a las 37 Kcal/Kg obtenidos por Nutter (1991) en jugadoras de Hockey. Estas tasas de Kcal por Kg de peso corporal pueden no ser adecuadas para lograr un rendimiento adecuado según dicho autor.

    Existe una tendencia en la deportista femenina de controlar su alimentación para evitar el aumento del peso (Hinton y col, 2004, citado por Rosenbloom y col, 2006), más aun cuando el 90,9% de la muestra aseguró en la encuesta inicial que intentan controlar su alimentación para no aumentar de peso. Cabe destacar que los medios de control de la ingesta de alimentos por parte de las propias jugadoras dan pie a errores, al ser frecuente el que omitan alimentos en las encuestas.

    A pesar de todo ello, no se encontró significancia estadística entre el desajuste de requerimientos e ingesta, como ocurre en el estudio sobre jugadoras de fútbol de élite de Martin, Lambeth y Scout (2006). Quizás, el no significativo déficit de 100-200 Kcal. que presentan algunas de las jugadoras pueda significar a largo plazo un condicionante de la recuperación, de la capacidad de adaptación al entrenamiento, el funcionamiento cognitivo y el sistema inmune (Martin, Lambeth et al. 2006)


Macronutrientes

Hidratos de Carbono

    Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía del Hockey y por tanto se recomienda una dieta alta en ellos (AIS 2004). Se suele recomendar el 60-70% de la energía consumida proceda de ellos (FIH 1998; Clark, Reed et al. 2003), y en nuestro estudio el aporte energético de los carbohidratos no supera el 57%, por lo que a pesar de que todas las jugadoras entran en el rango recomendado para su edad en las DRI'S (2002), no se adecuan a lo recomendado para deportistas de élite.

    A pesar de ello, si se compara la ingesta de carbohidratos con estudios anteriores en jugadoras de fútbol (Clark, Reed et al. 2003; Martin, Lambeth et al. 2006), el porcentaje es más adecuado (57% frente a 53,8% y 52% respectivamente) que el hallado por dichos autores.

    Una ingesta limitada de hidratos de carbono influye en la capacidad de recuperación de la deportista, la reposición de los depósitos de glucógeno muscular y su disponibilidad a la hora de la práctica física (sobretodo en la competición) (Burke, Loucks et al. 2006). Clark (1994) citado por Martin, Lambeth y Scout (2006) recomienda un porcentaje del 55-65% para promover la máxima reposición de glucógeno y para mantener sus niveles en músculo. Basándonos en ello, podemos afirmar que las jugadoras de este estudio mantienen ingestas de hidratos de carbono que no ayudan todo lo posible a reemplazar el glucógeno hepático y muscular, el cual se vacía rápidamente en los picos de intensidad del entrenamiento y la competición.

    En cuanto a la cantidad total de hidratos de carbono (5,49 g/Kg), a pesar de estar por encima de las ingestas en futbolistas (4,7 g/kg (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002; Clark, Reed et al. 2003) y 5,2 g/kg en pretemporada y 4,3 g/kg tras la temporada (Clark, 2003)) de otros estudios, los valores están por debajo de los 6-10 g de carbohidratos por Kg de peso corporal recomendados (Bewer, 1994). Por ello podemos llegar a la misma conclusión, debería aumentarse la tasa de hidratos de carbono en la dieta, para asegurar la reposición y disponibilidad de glucógeno en el ejercicio y la recuperación (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002).


Proteínas

    En cuanto a las proteínas, al igual que los sedentarios, muchas deportistas suelen consumir más proteínas de las requeridas (Rosenbloom, Loucks et al. 2006), al igual que lo que ocurre en nuestro estudio si se compara la ingesta con las recomendaciones (DRI'S 2002). La ingesta media de nuestras jugadoras es de 1,54 ± 0,3 g/Kg, similar a la obtenida por Clark (2003) en sus jugadoras de fútbol (1,4 ± 0,3 g/Kg.).

    Lemon (1994) citado por Mullinix (2002) y Martin (2006) recomienda un ingesta de 1,4-1,7 g por Kg. de peso para deportistas. Según dicha recomendación, la ingesta de proteínas/Kg. de las jugadoras es correcta.

    Respecto al porcentaje de calorías que deben aportar las proteínas, se recomienda un 12-15% (Clark, Reed et al. 2003). En nuestro estudio se obtiene que las proteínas aportan, en promedio, el 16% de la energía. El resultado obtenido es ligeramente superior a los porcentajes obtenidos en jugadoras de fútbol, tanto sub21 (15%) como absolutas (12%) (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002; Clark, Reed et al. 2003)

    Por ello, y siguiendo las recomendaciones de Lemon, creemos que sería recomendable controlar la ingesta de proteínas.


Lípidos

    Los lípidos de la dieta suministraron el 26,6% de la energía, estando en el límite inferior de lo recomendado por las DRI'S 2002, pero llegando casi al rango máximo de las recomendaciones para jugadores de Hockey por la FIH (15-30%) (1998) y por Ruiz y col (2005) (<30%). Por ello no creemos recomendable que dicha proporción aumente.

    El dato obtenido es ligeramente inferior al de otros estudios similares en Hockey (Nutter 1991) y en fútbol (Clark, Reed et al. 2003) donde se llega al 29-30%.

Micronutrientes

    Como se indicó en los resultados, los únicos micronutrientes estudiados cuya ingesta es significativamente inferior (p<0,05) a las recomendaciones (DRI'S 2002) son la vitamina D y el calcio.

    Hay que tener en cuenta, además, que las recomendaciones DRI'S 2002 no contemplan las necesidades del deportista, y por tanto, si hay una diferencia en cuanto a dicha necesidad entre el sedentario y la mujer deportista, será el aumento de estas necesidades de micronutrientes (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002). Por ello es más grave aun no llegar a las recomendaciones en el caso de las deportistas de alto rendimiento, en las cuales las necesidades han de verse aumentadas.

    La insuficiente ingesta de calcio suele asociarse a las deportistas que restringen su alimentación (Clark, Reed et al. 2003) o con baja ingesta de grasa (Rosenbloom, Loucks et al. 2006). Además, la vitamina D está asociada a la absorción de calcio y la regulación de sus niveles.

    Según Clark (2003), existen dos explicaciones para la pobre ingesta de macronutrientes de las jugadoras: poco consumo de alimentos con alta densidad de nutrientes, como las frutas, verduras o grano entero, o por otro lado, una alta ingesta de comidas preparadas o de alimentos ricos en "calorías vacías".

    Estudios anteriores (Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002; Clark, Reed et al. 2003; Martin, Lambeth et al. 2006; Rosenbloom, Loucks et al. 2006) ya hablan de los micronutrientes que suelen ser deficientes en las deportistas de alto rendimiento en deportes de equipo. Si bien es cierto que se suele citar una falta de hierro en la dieta, no es el caso en nuestro estudio.

    Si comparamos la ingesta de hierro con otros estudios de mujeres deportistas (Blum, Sherman et al. 1986; Nuviala, Castillo et al. 1996; Mullinix, Jonnalagadda et al. 2002; Clark, Reed et al. 2003; Martin, Lambeth et al. 2006; Rosenbloom, Loucks et al. 2006), encontramos que las jugadoras de Hockey del CAR de Madrid (GM) toman de media 18,5 mg de hierro al día, frente a los 12,0 mg encontrados por Blum (1986) en mujeres que hacen actividad física variada, los 12,9 mg en balonmano y 15,8 mg en baloncesto de Nuviala (1995), y los datos sobre futbolistas de Mullinix (2003), 16 mg y de Martin (2006), 12,1 mg.

    Como podemos ver la ingesta media de las jugadoras de hockey es superior al resto, lo cual puede valorarse como positivo.


Conclusiones

    Las jugadoras de hockey de alto rendimiento del CAR de Madrid, debido a las exigencias de su práctica, deben cuidar sus hábitos alimenticios para lograr un mayor rendimiento y no caer en estados carenciales. Así mismo se debería tratar dicho tema desde los inicios, para evitar los problemas relacionados con una mayor tasa de entrenamiento.

    Debería existir una información nutricional y formación al respecto que les ayude a evitar y corregir sus defectos en la dieta y les permita adoptar hábitos alimenticios más correctos.


Bibliografía

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  • Blum, S. M., A. R. Sherman, et al. (1986). "The effects of fitness-type exercise on iron status in adult women". Am J Clin Nutr 43(3): 456-63.

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  • Ruiz, F., A. Irazusta, et al. (2005). "Nutritional intake in soccer players of different ages" .Journal of Sports Sciences 23 (3): 235-242.

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