La vela, una actividad extraescolar
alternativa en los centros docentes |
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*Licenciado en Educación Física. **Director Instituto Ciencias del Deporte. Facultad de Educación - Universidad de Murcia. (España) |
Vicente Morales Baños* vicentemorales@teleline.es Arturo Díaz Suárez** ardiaz@um.es |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 101 - Octubre de 2006 |
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Introducción
A la hora de llevar a la práctica cualquier actividad que se desarrolle en el medio natural, el factor de organización adquiere una gran importancia debemos intentar no dejar nada a la improvisación, no podemos olvidar, que en muchas ocasiones nos vamos a encontrar con nuestros alumnos alejados de núcleos de población y por lo tanto las imprevisiones pueden llevarnos a situaciones incómodas o a tener que alterar las actividades que teníamos previstas.
Si partimos de que los contenidos de los programas no tienen un tratamiento lineal a lo largo del curso, esto nos llevará a basar la programación en un conjunto de proyectos, concretos distribuidos a lo largo del curso de una forma progresiva según su grado de complejidad, adaptando la duración, intensidad y tipo de actividad a las características de nuestros alumnos.
Las actividades extraescolares forman parte de la vida de nuestros hijos y alumnos como una parte más de su formación educativa. Estudiaremos su situación actual y estableceremos pautas que deben ser mejoradas y que nos proporcionarán instrumentos de optimización que nos permitan desarrollarlas en las condiciones más adecuadas posibles.
Es nuestra intención presentar las actividades náuticas como una de las alternativas más interesantes en las actividades extraescolares de los centros docentes. Veremos diferentes formas de plantear y desarrollar las tareas náuticas, teniendo en cuenta los objetivos que pretendemos conseguir y como se adecuan al tiempo de que disponemos.
Analizaremos como desarrollar estas actividades en un marco tan incomparable como el Mar Menor y aprovecharemos todas las oportunidades educativas que nos proporciona la estancia en un medio tan poco habitual para nuestros alumnos.
Las actividades extraescolares en centros docentesPodríamos definir las actividades extraescolares como aquellas que encauzan al Centro Docente a abrir sus puertas fuera del horario lectivo a la sociedad en la que está inmerso, así como a procurar la formación integral del alumnado en aspectos referidos a la ampliación de su cultura, la preparación para su inserción en la sociedad o el uso del tiempo libre. Las actividades extraescolares tienen carácter voluntario para el alumnado y buscan la implicación activa de toda la comunidad educativa
El programa de actividades extraescolares en horario de tarde, supone una puerta abierta al futuro de los nuevos profesionales de la Educación.
Defender un nuevo modelo de escuela supone asumir con todas sus consecuencias el valor de las denominadas actividades extraescolares e integrarlas dentro del concepto dinámico de Educación para la vida y para el desarrollo de las potencialidades. Para ello entendemos que debemos desarrollar los siguientes objetivos:
Apostar por un concepto dinámico y creativo de las actividades extraescolares que parta de la comprensión de su importancia para el desarrollo de la personalidad y que sea capaz de superar el concepto de apéndice o de adorno postulado por una visión reduccionista, economicista y clasista de la educación.
Asumir desde criterios participativos que la responsabilidad en la puesta en marcha de las actividades extraescolares ha de implicar a toda la comunidad educativa y está marcada por un carácter activo e innovador vinculado al desarrollo de la personalidad.
Defender las actividades extraescolares como un servicio público más para dignificar y elevar la calidad educativa y denunciar con firmeza su utilización espuria como negocio por parte de algunos sectores y colectivos interesados.
Vincular las actividades extraescolares a unos hábitos, valores y conductas que posibiliten una forma creativa y no alienada de vivir el ocio y el tiempo libre.
Impulsar un conjunto de actividades extraescolares en la escuela que apoye, respalde, complemente y complete la implantación de los ejes transversales como la Educación para la Paz, Medioambiente, Salud, Igualdad de oportunidades...
Sensibilizar a la comunidad educativa sobre la idea de que las actividades extraescolares pueden ser un instrumento formativo de gran utilidad para contribuir a superar las desigualdades sociales y garantizar una serie de derechos democráticos contenidos en la Constitución.
Implicar al Consejo Escolar del centro en la planificación y desarrollo de las actividades extraescolares y proponer una comisión "ad hoc" que coordine y evalúe su funcionamiento.
Incluir las actividades extraescolares en la Programación General Anual (P.G.A.) como un mecanismo para que su puesta en marcha favorezca la continuación de aspectos fundamentales del currículo.
Articular las actividades extraescolares de forma eminentemente práctica e implicativa, organizando talleres y actuaciones que favorezcan la adecuada canalización de habilidades y destrezas que complementen un modelo de educación integral.
Potenciar, a través de las actividades extraescolares, tanto la proyección del centro al entorno, vinculándolo con el barrio, como la participación de las organizaciones de voluntariado del entorno que deseen colaborar sin ánimo de lucro con un concepto de Educación Comunitaria.
Tomar conciencia de que las actividades extraescolares posibilitan la consecución de una serie de objetivos y finalidades de las Leyes Educativas de inequívoco contenido social, progresista y democrático.
El creciente interés en ofertar ocupaciones vespertinas para los alumnos de secundaria y bachillerato, que cada vez son más debido al paso de los dos primeros cursos de E.S.O. del Colegio de primaria al instituto, ya que la pérdida de atracción por las tareas formativas de cualquier índole (musicales, de idioma, artísticas, deportivas, etc.) es claramente manifiesta a favor de labores de ociosidad y de permanencia callejera que llevan a degradar la formación de estos jóvenes, estableciendo unos hábitos poco recomendables para su futuro en sociedad.
Por otro lado, la progresiva implantación de la jornada continua en los centros de educación primaria, promueve la aparición obligatoria del ofrecimiento de programas de caracteres diversos (entre ellos los deportivos), que complemente la formación académica matutina, que favorezca los hábitos de aprovechamiento del tiempo de ocio y que de respuesta a la demanda de padres y madres de proporcionarle a sus hijos actividades de entretenimiento y a la vez con un marcado carácter educativo que supla la no atención que producen los horarios laborales.
Según García S., Pujante V. y Rodríguez E. (2005), "No podemos olvidar las numerosas razones por las cuáles es de vital importancia llevar a cabo estas actividades en nuestros centros educativos como son el deseo de movimiento libre y espontáneo que tienen los niños, el poder disfrutar de una convivencia social más intensa, el aprendizaje no condicionado tanto por la calificación, la comunicación y la motivación propiciadas por el propio escenario en que tienen lugar y la promoción de una educación de ocio y tiempo libre".
De todas formas, con jornada continua o sin ella, existe cierta tendencia de desinterés por las actividades deportivas a favor de las actividades de carácter "útil" para el futuro laboral como el inglés o la informática. Aquí es donde debemos intervenir y plantear soluciones que devuelvan a las actividades físico-deportivas a la primera línea de demanda de las actividades extraescolares.
Sánchez G. (2001) establece diversas causas en esta desmotivación por la práctica deportiva extraescolar. Por un lado la contratación de monitores entre padres voluntariosos y hermanos mayores que han practicado el deporte con escasa preparación pedagógica en muchos casos, esto nos lleva a una remuneración de compromiso y por supuesto deficiente. Al ser las AMPAS-APAS las que habitualmente se encargan de la labor de seleccionar y programar las actividades, el grado de vinculación y de coordinación con el equipo docente y con el proyecto de centro es a todas luces insuficiente. Y por otro lado la proliferación de contrataciones de empresas de servicios, puede llevarnos a perder totalmente el control sobre las actividades a desarrollar.
Lo ideal sería que el proyecto de las actividades extraescolares deportivas siguiera un proceso de planificación y programación concreta coordinada con la del área de Educación Física del centro. Convendría que la cualificación de los monitores responsables de estas actividades fuera lo suficientemente amplia como para aportar versatilidad y flexibilidad a dicha programación.
También conservarían su atractivo las actividades físico-deportivas extraescolares si ofertáramos aquellas que no son habituales en su entorno o de cierta complejidad logística en su desarrollo, ya que lograríamos captar la atención de los alumnos sobre algo novedoso y, a su vez, ampliaríamos el catálogo de práctica deportiva sobre todo en lo referente a deporte recreativo.
El tiempo que necesitan estas prácticas debe ser organizado, creativo y estimulante para el alumnado, para ello Sánchez G. (2001) promueve la colaboración de todas las instituciones implicadas (Ayuntamientos, Centro Docente, Apas, Consejería, etc.), como ya ocurre en otros ámbitos.
Sobre el Profesorado:El acelerado crecimiento en materias educativas, las repercusiones sociales que este desarrollo conlleva, junto con la aparición de nuevos esquemas sociológicos, hace necesarios nuevos planteamientos y una nueva realidad, no sólo cuantitativamente diferente, sino también cualitativamente, que afronte la esencia misma de estos problemas, es importante destacar la importancia que tienen las practicas deportivas extraescolares y en este sentido debemos preparar a los futuros docentes para:
Que ejercerá profesionalmente en el sector Servicios, teniendo conocimiento de algunos deportes para aplicarlo en el ámbito de la educación y otros espacios deportivos.
En todo caso intervendrá de forma cualificada en actividades deportivas, recreativas, socioculturales y educativas.
Estas actividades se inscribirán en la oferta deportivo-cultural-recreativa tanto de instituciones públicas como privadas, dentro del horario extraescolar
Conocer todo lo referente sobre competiciones y centros escolares, campañas de "deporte para todos", actividades de animación socio-cultural, etc...
Prepararles para la inserción en el sistema productivo del Deporte que se caracteriza por:
Realizar su trabajo en una empresa pública o privada en el ámbito de la animación deportivo-recreativa, la actividad físico-educativa y la práctica deportiva.
Actuar profesionalmente a nivel de técnico conociendo el deporte necesario.
Responsabilizarse de planificar, organizar, dirigir y adaptar a la diversidad de los participantes las actividades deportivas que le competen.
Puede actuar como entrenador deportivo en todos aquellos casos en que la legislación respectiva no los excluya.
Interviene como juez o árbitro en competiciones deportivas de cualquier rango, siempre que la normativa establecida al respecto no lo impida.
El Mar MenorPocas regiones tienen la fortuna de contar con un lago de agua salada junto al Mar Mediterráneo. Este Mar entrañable, históricamente conocido, visitado y poblado, recibe el nombre de MAR MENOR. En su perímetro litoral cuenta con 73 kilómetros de Costa en la que se van sucediendo playas de aguas transparentes y poco profundas (la profundidad máxima no es superior a 7 metros), y con 170 Km2 de superficie, lo que convierte a la albufera del Mar Menor en el lago de agua salada más grande de Europa.
La temperatura media anual es de 17°C, y las medias mensuales de junio, julio, agosto y septiembre son superiores a los 21 °C. El invierno es muy suave, pues las temperaturas medias de los meses fríos no descienden de los 10°C. Otro dato a destacar es el escaso régimen de lluvias, con menos de 300 l/m2. al año. La aridez es aquí fundamental, sobre todo por sus 320 días y 3.000 horas anuales de insolación. Estas características climatológicas nos conducen al privilegio de saborear un clima de dioses en el Mar Menor durante todo el año. La temperatura de las aguas está estrechamente relacionada con la temperatura atmosférica, como corresponde a una masa de agua relativamente pequeña para la escala con la que operan los procesos atmosféricos. Esta circunstancia hace que la inercia térmica de la laguna sea menor que la del Mediterráneo. En los meses más fríos la temperatura del agua se sitúa alrededor de los 11°C mientras que en Agosto llega a ser de 30°C. En determinadas zonas de las orillas, debido a la escasa profundidad se pueden registrar temperaturas de 8°C y hasta 36°C en época estival. Por otra parte la distribución espacial de las aguas es uniforme, siendo las diferencias entre las distintas zonas inferiores a 1-2°C. La salinidad de las aguas oscila entre 42 0/00 y 47 0/00 frente a los 36-38 0/00 del Mediterráneo. A lo largo del año se encuentran valores algo mayores en Septiembre -Octubre y mínimos de Enero a Mayo. En términos generales los valores de salinidad muestran un ligero gradiente positivo de norte a sur y de la superficie al fondo.
Las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones, junto con la ausencia de los aportes permanentes de agua dulce, hace que la laguna se encuentre en una situación de déficit que se compensa con la entrada de agua procedente del Mediterráneo, resultando que el Mar Menor se comporta como una cubeta de concentración. Son muy fáciles de detectar estas entradas de agua mediterránea en las bocas de las golas por su diferente temperatura y salinidad.
El Mar Menor por la serenidad y limpieza de sus aguas, así como por su meteorología favorable es como una piscina gigantesca en la que se pueden hacer deportes náuticos sin peligro, y ofrece a los amantes de la vela, del esquí náutico o del buen buceo unas posibilidades ilimitadas. Aquí no hay que estar pendiente de parte meteorológico, ni esperar a los días centrales del verano para encontrar condiciones idóneas para la navegación. En el Mar Menor se navega los 365 días del año y en cualquier embarcación, incluso es uno de los pocos lugares donde todavía se realizan regatas de vela latina. La ausencia de olas grandes y la imposibilidad de encontrar corrientes traicioneras hacen de él uno de los mejores campos de regatas del mundo, y el escenario ideal para la navegación placentera y para que los más pequeños se inicien en la vela ya que pueden manejar su propia embarcación en unas aguas seguras, donde las posibilidades de un golpe de mar o de una súbita tempestad son nulas.
Escuelas de vela de categoría internacional y clubes náuticos magníficamente dotados, jalonan el contorno del Mar Menor, contando incluso con el Centro de Alto Rendimiento "Infanta Cristina".
La mayoría de las instalaciones de enseñanza náutica conforman la "Estación Náutica Mar Menor", pionera en España y que permanece abierta todo el año para la práctica del deporte tanto de élite como el ocasional o el debutante. La belleza y variedad de los fondos marinos, como la Reserva marina de "Islas Hormigas", hacen que el submarinismo sea también una opción a tener en cuenta con multitud de escuelas y centros de buceo de primer orden en el Mar Menor.
Para los windsurfistas, las brisas continuas que genera el Cabo de Palos aseguran días de viento intenso y favorable, pero sin la incomodidad de un mar bravío. También la práctica de kite-surf goza de magníficas brisas en la zona norte del Mar Menor, donde se congregan ya numerosos practicantes de esta modalidad.
Las actividades náuticasEn la actualidad el aumento en la variedad de deportes náuticos (vela, surf, windsurf, kite-surf, esquí náutico, piragüismo, remo, kayak-polo, etc.) nos lleva a pensar que también ha aumentado el número de practicantes de estos deportes. Nos centraremos en el deporte náutico por excelencia y que más gloria deportiva ha dado a nuestro país en competiciones internacionales, la vela. En concreto, la modalidad de vela ligera que es sin duda, la idónea para aprender este deporte y fortalecer los conocimientos tanto teóricos como prácticos que se requieren para realizar esta actividad de forma eficaz y segura.
En esta actividad se hace patente, como en otras que se desarrollan en plena naturaleza, la importancia del primer contacto con el deporte, ya que al depender enteramente de las condiciones meteorológicas y de mar, las primeras sensaciones son importantísimas para captar un nuevo navegante y disfrutar de la navegación. Debemos cuidar que ese primer contacto sea en las mejores condiciones posibles de viento, ni muy fuerte, ni muy flojo, y de temperatura, es primordial no pasar frío los primeros días, este factor es clave para obtener éxito en este tipo de actividad.
A diferencia de otros deportes, la vela no está constituida por movimientos naturales que se aprenden sin darse cuenta, para poder simplemente dar una vuelta, se requieren técnicas específicas que sólo se dan en una embarcación sobre el agua. Algunas de ellas, incluso contrarias a lo que los reflejos habituales o la lógica podría indicarnos (el movimiento de la caña para llevar el rumbo).
Como hemos podido apreciar, en este tipo de actividades el carácter cambiante de la naturaleza va a convertirse en el principal exponente de su desarrollo y precisamente va a ser la incertidumbre asociada a sus imprevisibles cambios el principal rasgo que las define y diferencia.
Otro de los rasgos comunes y esenciales a este tipo de actividades se centra en el tipo de compromiso que exigen de aquel que las practica. Cada actividad exige el dominio de determinadas técnicas que varían considerablemente; así, por ejemplo, tanto los aspectos cognitivos como los aspectos motrices que se desarrollan con la vela son diferentes si se comparan, por ejemplo, con la bicicleta de montaña. Sin embargo, todas ellas comprometen de modo esencial el mecanismo de captación de la información circundante. Por consiguiente, la buena discriminación perceptiva, acerca de los cambios del entorno, puede ayudar al niño no sólo en su adaptación a los mismos sino también en la toma de una decisión motriz acertada.
El niño que hace vela debe captar la información acerca, por ejemplo, del cambio de la dirección del viento; así como aquel que conduce la bicicleta intenta averiguar los cambios del terreno por el que transita. Ambos, en función de esa información reorganizarán su comportamiento e intentarán encontrar la respuesta motriz que más convenga a cada nueva situación. Progresivamente, el practicante podrá anticipar su respuesta al ser capaz de interpretar cada situación externa y responder acertadamente con la ejecución del patrón motriz o de la técnica más adecuada en cada situación.
Ligado al factor incertidumbre, el riesgo se revela como otro de los rasgos consubstanciales de estas actividades. En principio, hay que señalar el hecho de que la naturaleza se ha convertido para nuestra sociedad occidental en un ámbito muy desconocido. Lejos de las comodidades de las que nos hemos rodeado, el medio natural se nos presenta como un medio hostil y peligroso. Es su carácter imprevisible, inhabitual, y en no pocas ocasiones incontrolable, lo que confiere la existencia de un riesgo real en todo aquel que se acerca a la naturaleza.
El riesgo, así entendido, no es atribuido solamente a un posible vuelco del barco por escasa maestría técnica, sino que es esa incertidumbre externa, ese cambio imprevisto de situación que el practicante no ha percibido y de la que no tiene información la que lo provoca.
Las exigencias principales o características de la vela como actividad física son las siguientes:
Al desarrollarse en un medio inhabitual al hombre, requiere una especial pedagogía que tenga en cuenta el posible "rechazo" inicial que puede producirse. Se pueden presentar problemas de tipo psíquico y de tipo físico, como son los derivados del equilibrio.
No es sólo necesario enseñar al alumno la realización de unos "gestos determinados, sino que es preciso que consiga el dominio y control de un instrumento complicado".
La vela tiene mucho de técnica y se sustenta en una amplia base científica. Se relaciona con disciplinas muy variadas (meteorología, aerodinámica, hidrodinámica), cuya consideración no puede siempre soslayarse.
La vela es parte de un entorno náutico mucho más amplio. El alumno necesita, ante todo, introducirse en este "nuevo mundo" y familiarizarse con él. Proporcionar al alumno una "base marinera" es imprescindible. La enseñanza de la vela se desarrolla en un medio que, además de ser "inhabitual al hombre, puede ser hostil". Existe siempre un riesgo en la práctica de este deporte y, más cuando se trata de principiantes.
De ahí que la SEGURIDAD de todos los que en ella intervienen, sea algo prioritario y que toda organización, debe estar hecha y aplicada sin perder de vista esta premisa fundamental en el desarrollo de la actividad.La aplicación de los programas es, a su vez, muy dependiente del medio en cuanto a las condiciones meteorológicas.
De todo ello, se deduce la necesidad de contar con un profesorado muy preparado y competente, con una amplia base náutica, con conocimientos pedagógicos y con una práctica y experiencia suficientes. Contar con personas que sean a la vez buenos maestros y buenos "navegantes" no es realmente fácil.
Toda esta serie de factores y variables (material de disponibilidad aleatoria, medio inhabitual, ambiente poco controlable, exigencias de seguridad, etc.) hacen que la actividad debe estar muy bien estructurada y organizada, con las bases y principios perfectamente claros. Debe existir un marco de actuación preciso y definido aunque, dentro del mismo, la flexibilidad no debe faltar.
Programas náuticosNo es nuestra pretensión desarrollar en estas líneas un curso de iniciación a la vela, pero si nos propondremos marcar las pautas que nos permitan desarrollar adecuadamente los diferentes programas con los que, según el tiempo de que dispongamos, nos enfrentaremos a la ardua y excitante tarea de aprender a navegar.
La transversalidad es una de las características que hace de este deporte una buena herramienta educativa para estas edades. Entre otros elementos podemos destacar:
Conocimiento de la Naturaleza y el Medio Ambiente. Aprovechar la estancia en el medio acuático natural para percibir los fenómenos naturales que se implican en la navegación, la formación de olas, del viento, las corrientes, las mareas, los efectos del sol en el organismo, etc. Inculcar el respeto al medio ambiente y fomentar la recogida de residuos de espacios naturales que deben permanecer limpios.
Conocimientos físico-matemáticos. La comprensión de los puntos cardinales en el espacio, su división en 360º que nos permite establecer los diferentes rumbos de navegación, la dinámica de fluidos que nos explica el desplazamiento del barco en el agua y como con las velas conseguimos propulsar las embarcaciones en los diferentes rumbos, las diferentes fuerzas y su composición que actúan sobre la nave y nos proporcionan flotabilidad, estabilidad, escora, balanceo, etc.
Refuerzo de valores y actitudes. Dentro de una embarcación se hace indispensable el trabajo en equipo entre todos los tripulantes, ya que la sincronización y coordinación de los movimientos en las diferentes maniobras es fundamental para mantener la seguridad ser eficientes en la navegación. Por supuesto el respeto mutuo es un factor clave, teniendo en cuenta que en un barco las decisiones debe tomarlas el patrón (líder) y transmitirlas de forma clara, concisa y rápida. El resto de tripulantes debe aceptar el rol que le corresponde a su formación, capacidad o simple rotación en el aprendizaje.
Por último, podemos organizar diferentes programas náuticos dependiendo de los objetivos que nos planteemos o de la estructura temporal a la que podamos recurrir para realizar esta práctica. Hay que tener en cuenta que por las circunstancias especiales de esta actividad las sesiones deben tener una duración de entre 2 y 3 horas.
Bautismo de marActividad puntual que puede durar de 1 a 3 días. Se realiza una introducción a la navegación, generalmente a bordo de embarcaciones colectivas (barco-escuela), acompañados de un profesor-monitor por embarcación. También aprenderán nudos marineros básicos para navegar. Se trata básicamente de descubrir el mar y la vela.
Curso intensivo (campamento)Durante esta actividad (de 5 a 10 días) el alumno asume una mínima autonomía de navegación y conoce las funciones básicas de la embarcación en el agua. El aprendizaje se estructura de forma gradual combinando conocimientos teóricos con conocimientos prácticos. Se puede combinar con otra actividad náutica como el windsurf o el piragüismo.
Curso extensivo (escuela - taller)Este programa dura todo el curso escolar distribuyéndose semanal o quincenalmente, si bien se podría desarrollar semanalmente sólo durante un cuatrimestre. Se trata de una práctica regular que ayudará a afianzar los conocimientos.
Bibliografía
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revista
digital · Año 11 · N° 101 | Buenos Aires, Octubre 2006 |