Propuesta de jerarquización en el
nivel de estabilización de los ejercicios |
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*Asociación Técnicos y Profesionales de la Actividad Física y el Deporte de la Comunidad Valenciana. Departamento de Formación, Investigación e Innovación Técnica. Lcdo. Educación Física. Especialista Actividad Física y Salud. **Estudiante de 5º curso Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. |
Juan Ramón Heredia Elvar* Miguel Ramón* Iván Chulvi** juanrafitness@hotmail.com (España) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 101 - Octubre de 2006 |
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Introducción
Con la aplicación de las investigaciones, trabajos y metodologías provenientes de otras ciencias, el trabajo de propiocepción (entendiendo la estimulación de la vía aferente-eferente neuromotora) ha ido ganando adeptos entres los practicantes del fitness y del entrenamiento funcional, apareciendo incluso en muchas de las propuestas en clases colectivas.
El planteamiento pasa por "comprometer" el nivel de estabilización haciendo participar un mayor número de grupos musculares, mejorando el control y provocando una alta estimulación senso-motora.
Muy interesante (en todo su concepto) es la propuesta de autores como Leal (2005), al respecto de las microprogresiones en integración neuromuscular y su excelente trabajo con equipos como KINESIS- RADIANT, en la que El sistema 3D Pulley System permite que los cables se desplacen en los tres planos del espacio, pudiendo cada cable trabajar de manera independiente.
Nosotros vamos a intentar abordar una humilde propuesta para establecer criterios de micro-progresión (el concepto es extraordinariamente rico y acertado) en estabilización, aplicados al desarrollo de ejercicios, de manera sencilla y nunca como propuesta de método o sistema de entrenamiento.
De esta manera debemos abordar, entender y diseñar los ejercicios en función de desarrollarse en unas condiciones donde exista un alto nivel de estabilización pasiva-externa (el sujeto realiza el movimiento en unas condiciones preestablecidas de estabilidad, donde la actividad muscular se centra, principalmente en la acción muscular agonista, no se requiere una alta participación de musculatura sinergista que proporcione equilibrio, ni un alto nivel de integración neuromuscular) y rango de movimiento pre-establecido (esto nos lo permite, por ejemplo el empleo de las máquinas tradicionales de musculación).
Por el contrario, podríamos desarrollar el ejercicio en condiciones de altos requerimientos de estabilización activa (del propio sujeto), haciendo participar una mayor masa muscular en el movimiento merced a la participación (integración) de agonistas, sinergistas (estabilización activa dinámica, donde se producen ajustes de determinada musculatura a fin de mantener la posición óptima -ATPE- y mantienen la misma durante el desarrollo del ejercicio) y fijadores (estabilización activa estática: donde determinada musculatura aumenta su nivel de activación estática -isométrica- a fin de permitir una adecuada ATPE y adecuada distribución de fuerzas durante el desarrollo del ejercicio), favoreciendo la dinámica global del gesto y sus factores cinestésicos, pudiendo considerar una mayor actividad muscular (entre otras mejoras como mayor capacidad kinestésica y propioceptiva, control muscular, etc...)
Debemos plantearnos una realidad cotidiana, que pasa por el hecho de que los requerimientos de estabilización activa estática es menos usual, casi inexistente y lo si lo es en mayor medida a nivel dinámico. Además deberíamos considerar la gran influencia sobre diversas respuestas hipertensivas de las acciones de tipo estático (isométrico), debiendo considerarse, a este respecto, los factores de intensidad y duración de las mismas.
Muchas veces, el primer elemento de estabilización, adecuada progresión y trabajo de la musculatura estabilizadora, nace de una correcta ATPE durante la ejecución de los ejercicios (Heredia y Ramón, 2005) y no de comprometer la capacidad neuromuscular para desarrollar ejercicios desafiando a dicha musculatura.
En el desarrollo de ejercicios con estos requerimientos (esto podría lograrse con el empleo de pesos libres en un primer paso en progresión -donde exista cierto grado de estabilización pasiva-, o mediante el planteamiento de situaciones de que favorezcan dichos requerimientos de estabilización activa, por ejemplo mediante el empleo de fit-ball), debemos considerar el progresar desde situaciones más o menos estables hacia movimientos en situaciones-superficies inestables.
En un estudio realizado por Lehman y col., 2005 con el objetivo de comparar la activación de la musculatura abdominal en la realización de press banca entre otros ejercicios utilizando el banco convencional y el fitball. Las conclusiones que notifican son que la incorporación del fitball incrementa de actividad estabilizadora del tronco, aunque no de forma significativa y con gran variabilidad entre sujetos. Recomiendan que se aprenda la ejecución de los ejercicios en medio estable y una vez aprendido se pase progresivamente al medio inestable, para reducir el riesgo de lesión.
El riesgo que potencialmente puede suponer al realización de ejercicios con alta demanda de estabilización activa, entre iniciados y poco, entrenados es un factor a considerar por el técnico que podrían aconsejar proceder a un acondicionamiento general previo por medio de métodos menos intensos y a la enseñanza adecuada de la técnica en estas situaciones, previo al trabajo de mayor estabilización activa.
Además cuando los niveles de estabilización activa requeridos son altos, supondrá el manejo de resistencias inferiores a las realizadas en condiciones de alta estabilidad pasiva-externa. Ello nos hará plantear las estrategias para la inclusión de dicha metodología en el proceso global de planificación:
Como elemento importante en la fase de entrenamiento con orientación metabólica y funcional.
Como elemento complementario en fases con orientación estructural.
Replantearse su incorporación a fases de entrenamiento con orientación neural.
Extraído de Preibsch y col., 1989. A través de la presión de los dedos de
los pies contra las manos del compañero, se activa toda la cadena muscular dorsal.El material desestabilizador, es aquel que emplearíamos para aumentar los requerimientos de estabilización activa, proporcionando un entorno inestable que potenciará la actividad propioceptiva y las demandas de control neuromuscular. La utilización de dicho material, su combinación y el manejo de otras variables como pueden ser la base de sustentación, amplitud y patrón de movimiento, velocidad de ejecución, etc, son algunas de la claves para avanzar en las microprogresiones en integración neuro-muscular.
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revista
digital · Año 11 · N° 101 | Buenos Aires, Octubre 2006 |