Plínio José Labriola de C. Negreiros (Brasil)
Resumen
Y a pesar de no ser posible detectar un proyecto claro desde distintas esferas del poder público en el sentido de utilizar al fútbol como un legitimador del regimen político vigente, se vuelve evidente como la ausencia de ese proyecto formal no impidió que todos los fenómenos que rodeaban al fútbol en esa época, prestasen una sólida colaboración en el sentido de reforzar la idea de la construcción de una identidad nacional. Desde mediados de la década del '10 hasta los finales de los años '20, hubo muchos cambios en el fútbol. Este se volvió un deporte mucho más popular, llegando a casi todo el país, a pesar del dominio de los paulistas y cariocas. Y el aumento de la popularidad del fútbol se fue produciendo debido a muchos factores, entre ellos: el proceso de metropolización de algunas ciudades, que hicieron del fútbol un deporte especial, pues cumplía el papel de adaptar a la población urbana al ritmo industrial que se imponía; la aparición y la expansión de la radiodifusión, que permitió al fútbol llegar a más personas y a lugares distantes; además de la transformación de la prensa escrita deportiva, que acercó todavía más simpatizantes al fútbol, y más que todo eso: la prensa deportiva supo promover al fútbol. Mário Filho en Río y la Gazeta en Sao Paulo son buenos ejemplos. Es a partir de los años '20 que las multitudes se hicieron todavía más evidentes en los estadios. También aprarecieron las manifestaciones populares en razón de victorias importantes, como era el caso de competencias interestatales; una victoria carioca en Sao Paulo daba como resultado, por ejemplo, una enorme recepción preparada por los hinchas de Río, que se iniciaba en la estación del tren. Vale reafirmar que la prensa tenía un papel muy importante en la motivación de los simpatizantes. En este sentido, la prensa tuvo destacada actuación en los momentos previos a la Copa de 1938. Surgió un sistemático desarrollo en los periódicos, dando a conocer a los simpatizantes las cuestiones organizativas del fútbol. En Sao Paulo, esa tarea fue realizada con mucha naturalidad por la Gazeta, que publicaba un suplemento deportivo semanal, A Gazeta Esportiva. De esta manera, a principios de abril de 1938, cuando la selección brasileña ya se preparaba para disputar la Copa del Mundo en Francia, la Confederación Brasileña de Deportes (CBD), lanzó una campaña, que inmediatamente fue apoyada por la Gazeta. De esta manera, Thomaz Mazzoni, el principal cronista deportivo de este periódico1 , presentaba la campaña.
"La 'Campaña del Sello Postal', una muy buena iniciativa, tuvo un singular éxito, al iniciarse hace unos días, en Río, está casi agotada la emisión de 100 mil sellos postales. Con esta campaña los aficionados pueden interesarse directamente por el viaje de nuestra selección, porque adquiriendo un sello, el 'hincha' hace su apuesta para ir también a la 'Copa del Mundo'. (...) Este artículo es muy significativo, con dos ideas recurrentes: la selección necesitaba de los simpatizantes para vencer en Francia y, que algunos simpatizantes, gracias a su patriotismo, serían felizmente sorteados. Al mismo tiempo, surge otra cuestión: recaudar fondos para financiar el bienestar de los jugadores brasileños, tendría una finalidad patriótica, porque debería lleva al equipo brasileño a la tan soñada victoria. Y lo más importante: la responsabilidad del éxito, o no, de la selección brasileña, pasaba, en parte, por las manos de los simpatizantes. Ser patriota era adquirir el sello. En el fondo, Thomaz Mazzoni entendía la participación brasileña en Francia como un evento que debería, o a la vez podría, llevar el nombre de Brasil al exterior, principalmente a la "civilizada" Europa. Así, ayudar a CBD a proporcionar bienestar a los jugadores brasileños, significaba, en última instancia, un acto patriótico, ya que Brasil sería reconocido en el Viejo Mundo como victorioso. El fútbol, al mostrar su organizacón, el talento y la disciplina de los jugadores, se estaría dando a conocer al pueblo brasileño. En definitiva, era el fútbol en cuanto vidriera de Brasil. Pero no alcanzaba con que los simpatizantes ayuden en la participación del seleccionado nacional en la Copa de Francia. La comisión directiva de la CBD entendía que el apoyo del poder público, así como del empresariado, era fundamental y justo, ya que no se trataba de una disputa deportiva cualquiera. De esa manera, podemos encontrar en las páginas de los periódicos las justificaciones para que el apoyo material a la delegación deportiva fuese lo más amplia posible:
"La presencia de Brasil en el certamen del Mundo es lo más destacable en este momento en el deporte brasileño. Se espera, de hecho, que esta vez nuestro país actúe en la 'Copa del Mundo' con todas sus mejores posibilidades. No estamos ahorrando ningún esfuerzo. Se espera dar a nuestra delegación el mayor apoyo moral y material posible, para que no sólo sea digna de nuestra capacidad futbolística en los campos de Francia, sino también, para llevar a cabo en Europa, una importante y eficiente propaganda del Brasil (...)" 3 Si para la CBD los beneficios de la concurrencia del fútbol brasileño sería del país como un todo, la contribución debería ser generalizada. Así tambien, según el periódico la Gazeta: "(...) Dada la gran cantidad de gastos previstos para que nuestra selección representativa tenga todo el bienestar indispensable, la CBD tuvo a bien solicitar entre los interventores federales de los Estados, en el comercio especial, los de productos de primera necesidad y, también, ya se dirigió por carta a los interventores en los siguientes Estados: Amazonas, Pará, Maranhao (...) a los directores de la Compañía Light, Instituto del Azúcar y del Alcohol, Banco de Brasil (...) La idea que tenían los dirigentes de la CBD, una entidad de carácter privado, era que el fútbol ya había traspasado los límites del deporte, habiendo adquirido un significado que obligaba a todos los sectores de la sociedad brasilera a contribuir económicamente para una actuación digna del fútbol brasileño en Europa. En la práctica, la CBD comprometía a todos los brasileños, sea del sector público o privado, ya que los beneficios, supuestamente, serían para todos, con la publicidad que se llevaría a cabo en tierras europeas. De esta manera, este campeonato de fútbol ponía en juego los propios destinos de la nación, al menos podrían tener contacto con el actual estado de desarrollo del país, o, como se decía en aquella época, podrían conocer los niveles de progreso conseguidos por el país. Por otro lado, estaría en juego la capacidad de organización y de desarrollo de la población brasileña dentro de ese proceso. Al contrario de otras competencias deportivas, no alcanzaba simplemente con alentar, el simpatizante tendría nuevas tareas, como la de financiar al equipo nacional. Por otro lado, el inicio de la participación brasileña en la Copa de Francia no estuvo marcada solamente por momentos de euforia u optimismo. Surgieron algunos problemas, haciendo que emergiesen contradicciones en torno al modelo ideal que se había creado, que apuntaba a la formación de una delegación fuerte y disciplinada, con la misión de mostrar al Brasil y a su pueblo para el resto del mundo. Con la selección ya convocada, se inició la preparación del equipo, concentrado en Caxambu, en el estado de Minas Gerais. Después de muchos días de convivencia, y con la proximidad de la partida para Francia, surgió una grave crisis entre los jugadores y la dirección de la CBD. Esa crisis se ahondó aún más cuando los jugadores realizaron una serie de reivindicaciones a la entidad máxima del fútbol brasileño. Veamos el documento que materializó esas reivindicaciones:
"Sr. Presidente de la Federación Brasileña de Fútbol: Sean nuestras primeras palabras de sincero agradecimiento por la honrosa visita que se dignó en hacernos, en la concentración de Caxambu, brindando el apoyo moral tan necesario para la ardua misión que nos ha confiado, cual es de incitar con la honrosa tarea de elevar bien alto, en el mayor certame de fútbol del mundo, el "association" brasileño. Tan trascendental misión, por lo tanto, para ser realizada sin deshonra, por todos los jugadores, exige que podamos cumplir con dignidad y excelencia. Por eso, solicitamos a v. Exa., sin que este gesto signifique de nuestra parte cualquier exigencia, exponer y pedir lo siguiente: Dentro de la práctica del fútbol profesional, nada era más lógico que esas demandas de los jugadores del seleccionado brasileño. Sin embargo, esa cuestión no era tan sencilla como se podría suponer. A pesar de eran oficialmente profesionales desde 1933, los jugadores que reclamaban por salarios, premios o por transferencias ventajosas, eran muy mal vistos. Parte de la prensa deportiva los llamaba mercenarios, sin ninguna relación sentimental con el club o la hinchada, a los jugadores que reclamaban y exigían mejores contratos. Y el momento no era el más propicio para las reivindicaciones. Se trataba de un momento especial, a tal punto que el presidente de la Federación Brasileña de Fútbol, el Sr. Castello Branco, afirmaba que había hecho "(...) una invitación a la señorita Alzira Vargas, que servirá de madrina del 'scratch' y pude comprobar que aceptó complacida."6 Y el mismo dirigente se va a manifestar sobre el problema que se creó en torno al documento reivindicatorio de los jugadores de la selección:
"(..) Fue esa la única nota desagradable de la concentración. No tomé conocimiento oficial del asunto, pues solamente el sr. Luiz Aranha podía resolver un caso de esa naturaleza. Estoy en desacuerdo en principio con esa pretensión de los jugadores, que tendrán en Europa, los gastos diarios y todos los dispendios pagos (...) Un importante dirigente del fútbol de Brasil se mostraba contrariado por los exigencias hechas por los jugadores. Le correspondía a la CBD, según las palabras del Sr. Castello Branco, mantener la disciplina, que en ese momento era interpretada en forma muy simple: los dirigentes mandaban y los jugadores obedecían. No había espacio para actitudes atrevidas. O sea, cómo hablar de beneficios materiales, frente a una batalla inminente?. Por otro lado, se anunciaban las transmisiones radiotelefónicas de la Copa, que representaban un impulso más en toda la euforia que significaba la vinculación de los torcedores brasileños con la disputa de un campeonato tan importante; se trataba de una gran novedad: por primera vez los brasileños escucharían la transmisión de los partidos de fútbol directamente desde Europa. Es posible imaginar los esfuerzos hechos por el Radio Club de Brasil para conseguir los derechos de transmisión, ya que por cada salida al aire, que se utilizaría de línea telefónica, costaría cada vez 100 contos8 , cantidad nada despreciable, aunque fuese repartida entre las radios transmisoras.
Año 3, Nº 10. Buenos Aires. Mayo 1998 http://www.efdeportes.com |